Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus
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Introducción. Primavera verano de 1973: «Era como en 1933»<br />
igual que la guetización social de los extranjeros en Lippstadt y Paderborn.<br />
13 En consecuencia, la dirección de la empresa creyó llevar ventaja<br />
de antemano y consideró innecesario iniciar un contraataque específi co<br />
desde dentro. En cambio, se envió a Lippstadt a un batallón de policías<br />
antidisturbios de Bochum, que avanzaron bastante rápido frente a los<br />
huelguistas con porras de goma y pistolas en mano, con el fi n de acordonar<br />
la fábrica principal. Se desplegaron 50 policías en el terreno de<br />
la fábrica. 14 La policía siguió demostrando su brutal crueldad, 15 y tras<br />
4 días de huelga, en los que al fi nal el secretario general del agregado<br />
de trabajo español tuvo un papel importante, las acciones se redujeron<br />
mediante un compromiso salarial. 16<br />
c) Las huelgas de Mannheim, Bremen y Lippstadt fueron sólo un ensayo<br />
para el joven movimiento huelguista de la segunda mitad del mes de<br />
agosto. 17 Se trataba por primera vez de acciones en las que los obreros<br />
13 Ibidem, así como la descripción de un trabajador emigrante: «Wir wollen 50 Pfennig für alle!<br />
Wilder Streik in Lippstadt», Wir wollen alles, núm. 6, 1973, suplemento especial.<br />
14 «A pesar del terror policial contra los trabajadores en huelga [...] la solidaridad obtuvo una<br />
conquista salarial para 11.000 trabajadores», en: Unsere Zeit, 27 de julio de 1973, p. 3; sobre<br />
este asunto también: «Polizeiterror gegen streikende Metaller. Streiks bei den Hella-Werken in<br />
Lippstadt», Der Metallarbeiter, periódico del grupo KB, Hamburgo, año 3, núm. 9, 1973, pp. 1-2.<br />
15 «En efecto, todo era salvaje. Salvaje era sobre todo la policía: cuando azuzaban a sus perros<br />
contra nosotros y nuestras familias; cuando golpeaban incluso a nuestros niños; cuando<br />
provocaban a una chica española: “Qué, ¿quieres follar con nosotros?”, y entretanto le pegaban en<br />
la cara; cuando queríamos proteger a las colegas, y ellos tenían por fi n una excusa para avanzar con<br />
sus trabucos hacia nosotros; cuando nos sujetaban entre tres, y el cuarto nos daba una patada en<br />
los huevos.» Citado en «Wir wollen 50 Pfennig für alle», op. cit.<br />
16 Ésta era la valoración de los trabajadores emigrantes. Los periódicos del partido estaban más<br />
eufóricos. El UZ (op. cit.) habla de un impecable «éxito salarial para los 11.000». El Rote Fahne<br />
escribe: «Sin embargo, queda claro: ésta es una gran victoria y todos los sudores y esfuerzos han<br />
merecido la pena». Citado en «Erfolg selbständiger Streikführung!» en Rote Fahne. Zentralorgan<br />
der KPD, núm. 30, 25 de julio de 1973, p. 4. Esto es, a pesar de que la dirección de la empresa<br />
estaba en un difícil aprieto, los huelguistas se dejaron despachar con un acuerdo de mínimos. La<br />
cesión, sorprendentemente rápida, que hizo la dirección no era tan fácilmente explicable. Las<br />
fábricas de Hella producen sin interrupción de acuerdo a los planes adaptados a la industria<br />
automovilística: no disponen de grandes capacidades de almacenamiento. Una pérdida de pocos<br />
días en la producción puede tener consecuencias rápidas y costosas no sólo para la fábrica, sino<br />
también para todos los productores de automóviles. Citado en «Neue Zürcher Zeitung», op. cit.<br />
17 Se habían dado también, como ya se ha apuntado, otras huelgas paralelas, pero relativamente<br />
insignifi cantes y rápidamente aplacadas, así por ejemplo en el astillero Vulkan de Bremen, en<br />
Nordmende, Adler, etc. Véase también Unsere Zeit, mayo-agosto de 1973; Rote Fahne, mayoagosto<br />
de 1973; Wir wollen alles, núms. 5 y 6, 1973.<br />
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