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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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54 El «otro» movimiento obrero<br />

Werkschutz 5 contra los trabajadores de la cadena, reforzado por bandas<br />

de matones compuestas por «jefes, empleados de alto rango y personas<br />

que nunca antes habían sido vistas en la fábrica». 6 Estos guardias y<br />

matones acudieron en masa repentinamente al anterior punto de encuentro<br />

de los huelguistas, escenifi cando, sin ser molestados por ellos,<br />

una falsa asamblea de fábrica organizada por la dirección de la empresa.<br />

Ahí comenzó todo. Los matones se lanzaron contra los extranjeros, que<br />

estaban completamente perplejos. A un colega extranjero lo lanzaron<br />

contra un seto, lo sacaron otra vez, le volvieron a pegar, lo agarraron y<br />

lo volvieron a tirar contra el seto. Otra banda de matones se lanzó contra<br />

un extranjero débil, le pegaron entre todos y le hicieron jirones la<br />

camisa que llevaba bajo el mono. En un segundo plano, estaba el maestro<br />

Wilhelm de la machería (llamado SS-Wilhelm debido a su pasado)<br />

que gritaba: «Tenéis que pillar al de camisa roja, y a ése de ahí detrás, y a<br />

ése [...]». Se perseguía a los extranjeros como a conejos por el terreno de<br />

la fábrica. Algunos huían al aparcamiento. Entre la multitud se gritaba:<br />

«Ahora nos destrozarán los coches». Un colega vio cómo «el director<br />

Pohl pateaba a un extranjero caído en el suelo». 7 También el jefe de producción<br />

Fischer hacía de las suyas: «Vi cómo Fischer daba órdenes a los<br />

grupos de asalto tras lo cual se juntaban diez o quince encargados, sacaban<br />

a rastras a la gente, cogidos del pelo, detenidos de modo policial,<br />

y los entregaban al Werkschutz». 8 Pero eso no era sufi ciente. Cuando<br />

habían acabado con los trabajadores emigrantes en los alrededores del<br />

punto de encuentro de los huelguistas, los asaltantes fueron a por los<br />

trabajadores que estaban en los pabellones. Ahí recibieron también su<br />

parte los hombres de confi anza. Y esto a pesar de que, gobernados por<br />

el golpe de la descripción del representante de la fábrica, quien a pesar<br />

de haber estado en la pelea, sólo había visto extranjeros con barras de<br />

hierro, habían decidido por mayoría la ruptura de la huelga, volviendo<br />

a sus secciones. Así pasaron a la segunda fase de la acción. Los grupos de<br />

asalto registraron las secciones y llevaron a más trabajadores emigrantes<br />

5 Literalmente «defensa de fábrica» o «protección de fábrica», son los servicios de seguridad<br />

privada de las empresas organizados en Alemania desde fi nales del siglo XIX y con una importancia<br />

capital, tal y como se verá, en la gestión cotidiana de la fuerza de trabajo. [N. del T]<br />

6 «Der Streik bei John Deere», op. cit., p. 4.<br />

7 Ibidem, p. 4.<br />

8 Declaraciones del representante juvenil Rainer Wietstock, citado en «Fußtritte vom Personalchef,<br />

Pressekonferenz entlarvt John Deere-Rowdies», Unsere Zeit, 15 de junio de 1973.

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