Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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356 El «otro» movimiento obrero expande incluso aunque no esté organizada y no tenga un plan del Estado Mayor. Una simple manifestación de descontento basta para levantar la liebre. Debido a esto, la dirección de la fábrica VW está forzada a reprimir desde el principio». 285 Las unidades del Werkschutz se comportaron de manera especialmente dura en todas las acciones en las que la participación de emigrantes era mayoritaria. Fueron ejemplares, para muchos otros confl ictos locales, los sucesos en las fábricas BMW de Múnich en mayo de 1972, 286 en los que tras una manifestación de trabajadores italianos, los hombres de los Werkschutz formaron fi las junto con los encargados, capataces e ingenieros con el fi n de apalear entre todos a los huelguistas. Pero a esta contraestrategia de los empresarios dentro de las fábricas le faltaba todavía coordinación y planifi cación a largo plazo. 287 La huelga sólo pudo ser reventada tras una guerra de guerrillas de un día entero, en la que los obreros militantes fueron separados y golpeados antes del inicio del turno o en sus viviendas. En cualquier caso, los empresarios aprendieron rápidamente la lección de estos confl ictos locales. Entre 1970 y 1972, se reorganizaron en la mayor parte de los consorcios las «medidas de seguridad» contra los disturbios de los trabajadores. Fue surgiendo, paulatinamente, ese nuevo esquema represivo cuya realidad práctica conocemos desde mayo de 1973. Éste viene expuesto detalladamente, por ejemplo, en un «aviso urgente 7/71» del «departamento político-social» del consorcio Siemens. 288 En los primeros lugares de la lista fi gura un arsenal completo de medidas para comprender rápida y completamente el núcleo político de la rebeldía: «Preparación para la observación y el refuerzo en la seguridad de aquellas instalaciones de la empresa especialmente amenazadas y de todos sus accesos [...], equipamiento de la dirección administrativa de las principales ofi cinas con una conexión radiotelefónica con la ofi cina de lucha contra la huelga [...], y con cámaras fotográfi cas a fi n de asegurar pruebas en caso de disturbios». Después venían la «toma de contacto con la policía; entrega puntual del mapa 285 Sobre esto «Hanne Harm’s zweiter Sieg», Unsere Zeit, 3 de abril de 1971. 286 Véase Arbeitersache in München, Streik beim BMW, Múnich, sin año. 287 Esto se desprende del informe del Gruppe Arbeitersache. Véanse los apartados: «Werkschutz und Werksfeuerwehr kommen», «Werkschutzbullen verprügeln Arbeiter», etc. 288 Véase al respecto: «Internes aus der Kampfzentrale des Super-Konzerns Siemens», Unsere Zeit, 4 de diciembre de 1971.

Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo del terreno de la empresa a la policía y los bomberos. Indicaciones de las residencias, nombres de los directores y datos sobre las nacionalidades de quienes viven en las casas de la empresa al puesto de policía local». Y por último, reclutamiento de encargados, cuadros técnicos, etc., para el «servicio de emergencias». Queda claro que las unidades del «servicio de emergencias» servían de tropas de apoyo de los Werkschutz agrupados en la «ofi cina de lucha contra la huelga»; que no sólo mantenían la producción en la medida de lo posible, sino que constituían un importante contingente para un ataque violento, calculado con precisión, contra los puntos de cristalización de la huelga. Los empresarios consideraban estos planes claramente como una herramienta para prepararse en una línea de reorganización del enfrentamiento con los trabajadores. Los sucesos en John Deere y Ford destacaron claramente entre los muchos pequeños confl ictos que siguieron después de 1970; fueron la necesaria conclusión de los debates estratégicos entre empresarios y sindicatos tras las huelgas de septiembre. 289 Tan pronto como se determinó, fi nalmente, que el objetivo del nuevo programa de seguridad en las fábricas era el acorralamiento del obrero masa en el propio nivel de la fábrica, se pusieron a reconstruir los nuevos puntos centrales de su estrategia a nivel de las estructuras organizativas. Crearon, a una escala nunca vista, empresas altamente cualifi cadas que publicitaban abiertamente que estaban exclusivamente especializadas en la represión sistemática de las luchas obreras. En cuanto a los Werkschutz de los consorcios, éstos se convirtieron en una brigada policial bien armada, que participaba incluso en la captura de los militantes de la Fracción del Ejército Rojo [RAF], 290 dando por concluido el tiempo de las «sociedades de vigilancia y cierre». 291 Una empresa 289 El resultado de estas discusiones se puede leer en la ya mencionada serie de Blick durch die Wirtschaft (véase nota 267). Son especialmente importantes los siguientes artículos: A. Riester, «Auch Gastarbeiter werfen Sicherheitsproblem, BddW, 14 de diciembre de 1972; H. Sczesny, «Die Sicherheitsschlücken in der deutschen Wirtschaft», BddW, 8 de enero de 1973; W. Heidenreich, «Die Sicherheitsorganisationen der gewerblichen Wirtschaft», BddW, 25 de enero de 1973; C. Triesch, «Was tun bei politischen Störungen?», BddW, 8 de febrero de 1973; H. Neukirchner, «Wenn vor dem Werkstor Flugblätter verteilt werden», BddW, 19 de febrero de 1973; y H. Stohr, «Was bietet die Technik für die Betriebssicherheit?», BddW, 8 de marzo de 1973. 290 Véase «Bayer-Werkschutz misch mit», Die Pille, Betriebszeitung der DKP für die Bayer- Belegschaft, núm. 3, marzo de 1971. 291 Sin embargo, se hicieron grandes esfuerzos para reintegrar el «ofi cio de vigilante» en una concepción radicalizada de la seguridad de fábrica. Véase E. -G. Kusch, «Was die Wach- und Schließgesellschaften bieten», BddW, 11 de enero de 1973. 357

Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo<br />

del terreno de la empresa a la policía y los bomberos. Indicaciones de las<br />

residencias, nombres de los directores y datos sobre las nacionalidades de<br />

quienes viven en las casas de la empresa al puesto de policía local». Y por último,<br />

reclutamiento de encargados, cuadros técnicos, etc., para el «servicio<br />

de emergencias». Queda claro que las unidades del «servicio de emergencias»<br />

servían de tropas de apoyo de los Werkschutz agrupados en la «ofi cina<br />

de lucha contra la huelga»; que no sólo mantenían la producción en la<br />

medida de lo posible, sino que constituían un importante contingente para<br />

un ataque violento, calculado con precisión, contra los puntos de cristalización<br />

de la huelga. Los empresarios consideraban estos planes claramente<br />

como una herramienta para prepararse en una línea de reorganización del<br />

enfrentamiento con los trabajadores. Los sucesos en John Deere y Ford<br />

destacaron claramente entre los muchos pequeños confl ictos que siguieron<br />

después de 1970; fueron la necesaria conclusión de los debates estratégicos<br />

entre empresarios y sindicatos tras las huelgas de septiembre. 289<br />

Tan pronto como se determinó, fi nalmente, que el objetivo del nuevo<br />

programa de seguridad en las fábricas era el acorralamiento del obrero<br />

masa en el propio nivel de la fábrica, se pusieron a reconstruir los nuevos<br />

puntos centrales de su estrategia a nivel de las estructuras organizativas.<br />

Crearon, a una escala nunca vista, empresas altamente cualifi cadas que<br />

publicitaban abiertamente que estaban exclusivamente especializadas<br />

en la represión sistemática de las luchas obreras. En cuanto a los Werkschutz<br />

de los consorcios, éstos se convirtieron en una brigada policial<br />

bien armada, que participaba incluso en la captura de los militantes<br />

de la Fracción del Ejército Rojo [RAF], 290 dando por concluido<br />

el tiempo de las «sociedades de vigilancia y cierre». 291 Una empresa<br />

289 El resultado de estas discusiones se puede leer en la ya mencionada serie de Blick durch die<br />

Wirtschaft (véase nota 267). Son especialmente importantes los siguientes artículos: A. Riester,<br />

«Auch Gastarbeiter werfen Sicherheitsproblem, BddW, 14 de diciembre de 1972; H. Sczesny, «Die<br />

Sicherheitsschlücken in der deutschen Wirtschaft», BddW, 8 de enero de 1973; W. Heidenreich,<br />

«Die Sicherheitsorganisationen der gewerblichen Wirtschaft», BddW, 25 de enero de 1973; C.<br />

Triesch, «Was tun bei politischen Störungen?», BddW, 8 de febrero de 1973; H. Neukirchner,<br />

«Wenn vor dem Werkstor Flugblätter verteilt werden», BddW, 19 de febrero de 1973; y H. Stohr,<br />

«Was bietet die Technik für die Betriebssicherheit?», BddW, 8 de marzo de 1973.<br />

290 Véase «Bayer-Werkschutz misch mit», Die Pille, Betriebszeitung der DKP für die Bayer-<br />

Belegschaft, núm. 3, marzo de 1971.<br />

291 Sin embargo, se hicieron grandes esfuerzos para reintegrar el «ofi cio de vigilante» en una<br />

concepción radicalizada de la seguridad de fábrica. Véase E. -G. Kusch, «Was die Wach- und<br />

Schließgesellschaften bieten», BddW, 11 de enero de 1973.<br />

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