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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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348 El «otro» movimiento obrero<br />

Los sindicatos adquirieron, entretanto, sufi cientes razones como para<br />

mostrarse más «favorables a la racionalización» 259 que nunca antes. Los<br />

actores capitalistas reformistas tenían claro que su programa dependía<br />

de la evolución estructural de la explotación de las capas subproletarias<br />

de parias formadas por los trabajadores emigrantes, las mujeres y los<br />

desesperados alemanes no cualifi cados —¿cómo se conseguiría, si no,<br />

la enorme masa de plusvalía necesaria para la transformación de las<br />

industrias de materias primas y quizás también en algún momento para<br />

los sectores estancados tecnológicamente? 260 Tras los peligrosos estallidos<br />

de 1969, hacía falta, sobre todo, mucho margen de maniobra para volver<br />

a incluir, al menos, a las capas de trabajadores del grupo salarial VII hacia<br />

arriba, en las convenciones del sistema económico. A partir de 1969-<br />

1970, IG Metall, punta de iceberg del progreso sindical, experimentó<br />

nuevos modelos ejemplares para que estos grupos de trabajadores se identifi<br />

casen con los objetivos de la producción. El objetivo era detener, ante<br />

el creciente ataque de los trabajadores, la descomposición de los procesos<br />

de trabajo y la monotonía del trabajo que resultaban de ella, y delegar<br />

el mando sobre el curso de la producción a cada grupo de trabajadores.<br />

A modo de ejemplo, desde 1969-1970, en el astillero HDW de Kiel<br />

se introdujo, por iniciativa de IG Metall, una nueva forma de remuneración<br />

colectiva basada en una forma de trabajo muy desarrollada en la<br />

construcción de barcos. 261 El programa de incentivación salarial, negociado<br />

entre los grupos de departamento y el «director de incentivos»,<br />

debía garantizar la consecución de un programa de trabajo fi jado con la<br />

mayor continuidad posible en interés de planes claros de producción en<br />

serie por niveles productivos. Para ello, los hombres de confi anza de IG<br />

Metall se convirtieron, al mismo tiempo, en capataces y «directores de<br />

1967; H. Pornschlegel y R. Birkwald, Verfahren vorbestimmter Zeiten, editado por la junta directiva<br />

de IG Metall, departamento de formación, sin lugar ni fecha.<br />

259 En este contexto, habría que leer el ensayo programático del secretario de la junta directiva<br />

de IG Metall, Arno Schwarting, «Rationalisierung und Gewerkschaften», Rationalisierung, año<br />

24, núm. 1, 1973.<br />

260 Aquí hay que tener en consideración que a principios de los años setenta, también en la RFA,<br />

comenzó la discusión, hoy extendida a todo el mundo, sobre la «recualifi cación» del trabajador<br />

de la cadena de montaje.<br />

261 Y además con la introducción de la llamada construcción modular. Sobre la transformación<br />

en la industria de astilleros véase Proletarische Front (ed.), Rationalisierung und Massenarbeiter,<br />

Múnich, Trikont-Verlag, 1973.

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