Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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338 El «otro» movimiento obrero diversas revistas y folletos de la izquierda llamaban la atención sobre la existencia y las tradiciones del aparato represivo interno a las fábricas, promoviendo una resistencia activa frente a él. 229 Cuando el periodista Wallraff obtuvo fi nalmente una confi rmación exacta de estos análisis, como consejero ministerial fi cticio, por parte de varios responsables de seguridad, se creó un escándalo que empujó a los empresarios a una delicada posición defensiva. 230 La estrategia y la dirección del sistema de los Werkschutz se hicieron públicos. Los empresarios no reconocieron, en vano, la existencia de armamento paramilitar. 231 El desmentido, que ya comenzó antes de la publicación del artículo de Wallraff, 232 sólo era capaz de aclarar cuánta porcelana se había destrozado realmente. Las direcciones de empresa y los consejos empresariales quedaron en una complicada posición. El intento de los gerentes de Rheinstahl-Hanomag AG, por ejemplo, de evitar cualquier nuevo movimiento, endureciendo las represalias frente a las acciones obreras de mayo de 1967, aclaró a la vista de todos en qué dilema se encontraba la empresa desde la crisis. En un Reglamento para el Werkschutz y el servicio de bomberos de fábrica de Rheinstahl-Hanomag AG se decía que hay que «prohibir [...] la propaganda de huelga dentro del terreno de la fábrica», y que el Werkschutz tiene que «oponerse al intento de distribuir propaganda ilegal de ese tipo». Aparte de esto, a ser posible se debe «impedir la realización de asambleas de huelga en los terrenos de la fábrica [...] — eventualmente con ayuda policial—, los «cabecillas de dichas medidas» deben ser «detenidos». 233 Las instrucciones fueron apoyadas, de manera 229 Véanse los trabajos de W. Fischer, K. Kullmann, K. H. Roth y otros en las revistas de la oposición extraparlamentaria de 1966-1967. 230 Véase G. Wallraff, «Wehe, wenn sie losgelassen!», Pardon, junio de 1967. La reacción de la prensa diaria a este artículo llenaría un archivador completo; G. Wallraff lo ha puesto generosamente a disposición del autor. 231 Véase por ejemplo: «Mannesmann - Selbstschutz hat keine Waffen», Rheinische Post, 3 de junio de 1967; «Der Selbstschutz exerzierte ohne Waffen», Westfälische Rundschau, 3 de junio de 1967; «Waffen in Betrieb? Bastelarbeit einer Redaktion», Rheinischer Merkur, 9 de junio de 1967; «Invalidenarmee», Handelsblatt, 17 de julio de 1967; «Conti dementiert Selbstschutzübungen», Gewerkschaftspost, Hannover, 7 de julio de 1967. 232 Véase «Werkselbstschutz trägt keine Waffen», Rheinische Post, 27 de mayo de 1967. Este artículo periodístico hace referencia a la publicación de Wallraff, que sólo pudo ser impresa por primera vez el 1 de junio de 1967. Posiblemente, el Cuerpo de Defensa de la Constitución distribuyó las galeradas del artículo al Rheinischen Post y a otros periódicos empresariales. 233 Citado por Politischer Streik, Diskus Extra Blatt, núm. 4, mayo de 1968, p. 1.

Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo más o menos clara, por el consejo de empresa, y esto, a pesar de que en los círculos sindicales se sabía que el Werkschutz de Hanomag estaba siendo equipado con armas de fuego manuales. 234 Pero la marcialidad del reglamento no nos hace olvidar que la dirección empresarial se encontraba a la defensiva. Su respuesta a las acciones obreras de mayo de 1967 había sido descubierta; una respuesta que en la práctica estaba dirigida contra todos los trabajadores, y no sólo contra los trabajadores emigrantes y los jóvenes aprendices alemanes de la cadena de montaje. Se había renunciado ya a la esperanza de poder reclutar una gran cantidad de trabajadores alemanes de mantenimiento y reparación y a agruparlos en el Werkselbstschutz para mantener la moral del trabajo. Provisionalmente, el mecanismo de división estaba fuera de funcionamiento. Estos sucesos fueron además motivo sufi ciente para que los empresarios pusieran en cuestión sus anteriores instituciones de coordinación central en torno al Werkschutz. Se había descubierto la estructura y la función política no sólo del Werkschutz, sino de la Gemeinschaft zum Schutz der Deutschen Wirtschaft [Comunidad para la Defensa de la Economía Alemana]; esto sólo era ya motivo sufi ciente para cuestionarse la continuidad de su existencia. En segundo lugar, la GSW había perdido su buena imagen, incluso frente a los empresarios, debido a su integración demasiado fuerte con el modelo contrainsurreccional de la «guerra encubierta». El antagonismo obrero no parecía desarrollarse como la GSW había calculado previamente. Los empresarios se habían opuesto siempre a una integración demasiado fuerte de sus Pinkertons en el sistema de «defensa civil», tal y como sí habían realizado la GSW y algunos responsables de defensa de los consorcios, sobre todo en 1963-1964 —contra sus intenciones de que el Werkschutz tuviera que volver a tener un estatuto de policía auxiliar. 235 En tercer lugar, la GSW, que entrenaba desde hacía 15 años, de forma centralizada, a 234 Esto no era tampoco nada especial, ya que se sabía que en otros consorcios había armas automáticas almacenadas. 235 Para el caso de la petición del «encargado de seguridad» de Conti, Bockenkamp, véase el artículo de E. Nitschke, «Die Industrie hat Diebeskummer», Die Welt, 7 de octubre de 1964. Bockenkamp «manifestó» que, en aquel momento, en Bonn se estaba refl exionando acerca de si conceder el estatuto de policías auxiliares a los «más de 60.000 hombres de los servicios de seguridad de fábrica de toda la República Federal que ya estaban equipados en parte con armas automáticas y que incluso, en su mayoría, habían recibido formación por parte de la policía criminal». Podrían, por lo tanto, según deduce Bockenkamp, «convertirse quizás en parte de la reserva territorial militar, en forma de reserva policial, que en ese momento todavía sufría anemia». 339

338 El «otro» movimiento obrero<br />

diversas revistas y folletos de la izquierda llamaban la atención sobre la<br />

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promoviendo una resistencia activa frente a él. 229 Cuando el periodista<br />

Wallraff obtuvo fi nalmente una confi rmación exacta de estos análisis,<br />

como consejero ministerial fi cticio, por parte de varios responsables de<br />

seguridad, se creó un escándalo que empujó a los empresarios a una<br />

delicada posición defensiva. 230 La estrategia y la dirección del sistema de<br />

los Werkschutz se hicieron públicos. Los empresarios no reconocieron,<br />

en vano, la existencia de armamento paramilitar. 231 El desmentido, que<br />

ya comenzó antes de la publicación del artículo de Wallraff, 232 sólo era<br />

capaz de aclarar cuánta porcelana se había destrozado realmente. Las<br />

direcciones de empresa y los consejos empresariales quedaron en una<br />

complicada posición. El intento de los gerentes de Rheinstahl-Hanomag<br />

AG, por ejemplo, de evitar cualquier nuevo movimiento, endureciendo<br />

las represalias frente a las acciones obreras de mayo de 1967,<br />

aclaró a la vista de todos en qué dilema se encontraba la empresa desde<br />

la crisis. En un Reglamento para el Werkschutz y el servicio de bomberos<br />

de fábrica de Rheinstahl-Hanomag AG se decía que hay que «prohibir<br />

[...] la propaganda de huelga dentro del terreno de la fábrica», y que<br />

el Werkschutz tiene que «oponerse al intento de distribuir propaganda<br />

ilegal de ese tipo». Aparte de esto, a ser posible se debe «impedir la<br />

realización de asambleas de huelga en los terrenos de la fábrica [...] —<br />

eventualmente con ayuda policial—, los «cabecillas de dichas medidas»<br />

deben ser «detenidos». 233 Las instrucciones fueron apoyadas, de manera<br />

229 Véanse los trabajos de W. Fischer, K. Kullmann, K. H. <strong>Roth</strong> y otros en las revistas de la<br />

oposición extraparlamentaria de 1966-1967.<br />

230 Véase G. Wallraff, «Wehe, wenn sie losgelassen!», Pardon, junio de 1967. La reacción<br />

de la prensa diaria a este artículo llenaría un archivador completo; G. Wallraff lo ha puesto<br />

generosamente a disposición del autor.<br />

231 Véase por ejemplo: «Mannesmann - Selbstschutz hat keine Waffen», Rheinische Post, 3 de<br />

junio de 1967; «Der Selbstschutz exerzierte ohne Waffen», Westfälische Rundschau, 3 de junio de<br />

1967; «Waffen in Betrieb? Bastelarbeit einer Redaktion», Rheinischer Merkur, 9 de junio de 1967;<br />

«Invalidenarmee», Handelsblatt, 17 de julio de 1967; «Conti dementiert Selbstschutzübungen»,<br />

Gewerkschaftspost, Hannover, 7 de julio de 1967.<br />

232 Véase «Werkselbstschutz trägt keine Waffen», Rheinische Post, 27 de mayo de 1967. Este<br />

artículo periodístico hace referencia a la publicación de Wallraff, que sólo pudo ser impresa<br />

por primera vez el 1 de junio de 1967. Posiblemente, el Cuerpo de Defensa de la Constitución<br />

distribuyó las galeradas del artículo al Rheinischen Post y a otros periódicos empresariales.<br />

233 Citado por Politischer Streik, Diskus Extra Blatt, núm. 4, mayo de 1968, p. 1.

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