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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo<br />

inversiones era exitosa, desde su punto de vista, para conseguir una base<br />

amplia para su ataque por medio de una sistemática y «saludable disminución<br />

de las plantillas». 217 Trescientos mil trabajadores emigrantes<br />

y casi otros tantos trabajadores alemanes fueron puestos de patitas en la<br />

calle. Las prestaciones sociales de las empresas y las primas especiales,<br />

sobre todo para las capas de trabajadores alemanes mejor situadas, fueron<br />

canceladas, o al menos reducidas, mediante un human engineering<br />

especialmente intensivo. 218 Los empresarios volvieron a confi rmar su<br />

resolución de aumentar sistemáticamente la moral del trabajo por esta<br />

vía. El punto de partida para otro salto más en el desarrollo capitalista<br />

general se produjo en 1966-1967, y se estableció con exactitud el camino<br />

tanto a nivel de las fábricas como a nivel social. La amenazante<br />

pérdida de puestos de trabajo y la eliminación de todos los grupos de<br />

trabajadores que habían desarrollado formas de lucha informales contra<br />

la organización del trabajo debían lograr una base común para la<br />

actuación, complicada en cada caso particular, contra los trabajadores:<br />

los trabajadores de las cadenas de los sectores de montaje y embalaje<br />

fueron sometidos de manera bastante brusca a las nuevas normas de<br />

trabajo del estilo de MTM y Work Factor ejecutados en realidad más<br />

allá del sistema REFA; los trabajadores de mantenimiento, reparación<br />

y control se tuvieron que enfrentar, por primera vez, con la «valoración<br />

analítica del trabajo», la cual estaba claramente dirigida a reventar su<br />

«moderación en el destajo» practicada de manera informal; 219 y por<br />

último, a los empleados comerciales y a los cuadros técnicos se les quitaron,<br />

también por primera vez, y por medio de la tecnología informática,<br />

sus antiguas reservas cognitivas, cincuenta años después de que<br />

es, de hecho, un arma de dos fi los.[...] Ahora [...] se utiliza cualquier posibilidad, por desagradable<br />

que sea, para deshacerse de los trabajadores y empleados con un rendimiento supuestamente<br />

débil, y se intenta al mismo tiempo ejercer presión sobre aquéllos que debido a los cambios en la<br />

situación económica, están atados en corto». O. Brenner, prólogo a Vorstand der IG Metall (ed.),<br />

Weißbuch zur Unternehmermoral, Fránkfurt, 1967, p. 7.<br />

217 Sobre esta mentalidad de «crisis depuradora» véase Brenner, op. cit., p. 15.<br />

218 Véase ibidem, pp. 29 y ss.: «Kürzung freiwilliger Sozialleistungen».<br />

219 «Hay compañías (o departamentos) en las que los trabajadores especializados podrían llegar<br />

fácilmente al 180 %. Pero para seguir manteniendo esta reserva de tiempo sin descubrir, este tiempo<br />

no se factura. Hay, pues, colegas, que tienen 20.000 minutos “en el cajón”. Estos minutos son<br />

cedidos también a otros colegas. Con un 125 %, el colega tiene “su dinero en el bolsillo”, ya que<br />

no puede facturar más. Esta reserva de tiempo sobrante es el tablero de juego de su libertad en la<br />

fábrica». F. Brandt, Träger der SPD-Ideologie im Betrieb, manuscrito sin lugar ni fecha (1973), p. 12.<br />

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