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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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284 El «otro» movimiento obrero<br />

mundial con todas sus guerras y alianzas económicas continentales bien<br />

delimitadas. 81 A pesar de ello, la «economía social de mercado», que ahora<br />

quedaba fi jada en la alianza occidental, era difícil de diferenciar, en<br />

muchos aspectos esenciales del dominio de clase del periodo anterior.<br />

Las modifi caciones quedan claras, si pensamos que el sistema económico,<br />

orientado ahora hacia una nueva expansión, se volvió mucho más<br />

exhaustivo que antes en su lucha contra el antagonismo de clase —y esto<br />

a pesar de que el reformismo obrero estaba al principio tan desactivado<br />

como en la época de 1933. ¿Cómo era posible que un sistema económico<br />

reducido a un tercio de su potencial, diez años después del estallido de la<br />

guerra dispusiera de un poder político-económico que le permitía hacer<br />

realidad el sueño de una hegemonía en un sistema económico europeo<br />

unifi cado que había tirado fi nalmente por la borda Versalles? ¿Y cómo<br />

se había llegado ahí, a pesar de que el mando empresarial se preocupara<br />

conscientemente de repetir los oscuros excesos del nazismo para estimular<br />

de la plusvalía? De hecho, muchos de aquéllos para los que el Estado<br />

planifi cador nacionalsocialista sólo había sido una encarnación del sadismo<br />

y la barbarie, no podían comprender la continuidad que se podía observar<br />

en todos los ámbitos del dominio de clase. Una condición central<br />

del boom fue el mantenimiento de la misma gestión de la segmentación<br />

del mercado de trabajo. Hasta principios de los años cincuenta llegaron<br />

al Estado separado de Alemania Occidental nueve millones de refugiados<br />

y desplazados de los territorios más allá del río Elba, el Oder y el Neisse,<br />

a los que hay que añadir otros tres millones que llegaron durante los años<br />

cincuenta. De estos doce millones de refugiados, siete eran trabajadores.<br />

82 De este modo, el capitalismo de Alemania Occidental dispuso, en<br />

total, de siete millones de vendedores extra de fuerza de trabajo, en parte<br />

altamente cualifi cados, que por medio de la política radical de confrontación<br />

del régimen de Adenauer frente a Europa del Este, y también por<br />

medio de la propaganda anexionista, más o menos pública, sobre todo<br />

con respecto a la RDA, 83 pudieron ser apartados durante muchos años<br />

81 A este respecto, a modo de resumen: A. Piettre, L’economie allemande contemporaine 1945-<br />

1952, París; K. W. Roskamp, Capital Formation in West Germany, Detroit, 1964; H. C. Wallich,<br />

Mainsprings of German Revival, New Haven, 1955.<br />

82 Para obtener datos más detallados sobre el estimulante papel del crecimiento de un mercado de<br />

trabajo que seguía segmentándose véase Kinleberger, Europe’s Postwar Growth. The Role of Labor<br />

Supply, Cambridge (Mass.), 1967, pp. 30 y ss.<br />

83 Nadie puede discutir ya que esta propaganda se mantuvo hasta bien entrados los años cincuenta.<br />

La reintegración de la economía de la RDA en el sistema económico de Alemania Occidental se

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