Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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26 El «otro» movimiento obrero en vez de emplear la categoría de obrero masa como hipótesis que todavía había que verifi car, el coautor la habría empleado como «machete» para abrirse un camino entre la historiografía convencional. Mas tarde, Tilmann Rexroth, un antiguo activista de la red operaísta, fue un poco más lejos. 9 Al igual que toda la historiografía operaísta, habíamos prescindido de investigaciones profundas y propias de las fuentes y nos habíamos limitado a repetir una lectura a contrapelo de la literatura de investigación existente. Además, nos habíamos limitado completamente, al igual que los operaístas, al mundo masculino de la fábrica. Habíamos presentado un libro, «la historia obrera alternativa descrita de una manera no-alternativa». IV Pero también hubo opiniones constructivas que provenían de nuestro propio entorno, y de aquí vinieron impulsos que nos convencieron para corregir y profundizar nuestra iniciativa. Así, Sergio Bologna se remitió al signifi cado de un fenómeno resaltado por nosotros: desde la Primera Guerra Mundial había habido en Alemania una relación constante entre el mando tecnológico y de organización del trabajo y el aparato represivo, por lo tanto, el fordismo no llegó a Alemania de manera pacífi ca y con una orientación hacia el consumo. 10 Jürgen Klein hablaba, por el contrario, de la excesiva brevedad de la exposición de la historia obrera anterior a la Primera Guerra Mundial, que hacía que los modelos interpretativos de la nueva composición de la clase obrera y de sus organizaciones así como del signifi cado del obrero especializado en las décadas de 1880 y 1890, resultaran disonantes. 11 Esta crítica cayó en tierra fértil: Eckhard Brockhaus publicó ya en 1975 un estudio fundamentado 9 Tilman Rexroth, «L’altro movimento operaio negli USA», Collegamenti, núm. 1, 1978, p. 33. Citado por Wright, Den Himmel stürmen, p. 199. 10 Sergio Bologna, «Die Diskussion über die andere Arbeiterbewegung in Deutschland», en Bergmann, Janssen y Klein (ed.), Autonomie im Arbeiterkampf, Hamburgo y Múnich, 1978, p. 47. 11 Jürgen Klein, «Zur Diskussion in der Bundesrepublik über die “andere” Arbeiterbewegung», en Autonomie im Arbeiterkampf, p. 16.

Prólogo a la edición en castellano sobre la historia obrera alemana previa a la Primera Guerra Mundial, en el que no sólo presentaba un análisis detallado de la transformación de la composición política y social de clase, sino que también corregía la dicotomía, desarrollada de manera excesivamente esquemática, entre los dos sectores principales de la clase obrera, refi riéndose a los signifi cativos acercamientos en su relación confl ictiva en las fábricas. 12 Paralelamente, la coautora sondeó el terreno de la composición de clase técnico-organizativa en el ejemplo de la aplicación de la «gestión científi ca de la fábrica» sobre el modelo de desarrollo soviético. 13 Gisela Bock fue quien fi nalmente trabajó con mayor profundidad sobre esta base conceptual. En el análisis del «otro» movimiento obrero en EEUU, superó la relación, interpretada hasta el momento de manera excesivamente simplista, entre la composición de clase técnico-social y el comportamiento obrero, e introdujo en su descripción los parámetros de género, etnia y brecha generacional dentro de los discursos feministas actuales. 14 Con ello, el análisis de las relaciones entre formación de clase y fragmentación de clase ganó una nueva profundidad que corregía las hipótesis demasiado lineales del operaísmo. Finalmente, también Erhard Lucas, hasta el momento uno de los críticos más vehementes de El «otro» movimiento obrero se situó en el plano del diálogo constructivo. Publicó un trabajo de campo en 1976 en el que comparaba dos baluartes de la izquierda obrera alemana con una composición social y política extremadamente diferente: los trabajadores altamente cualifi cados de la industria del metal y de herramientas de Remscheid en Bergische Land [zona montañosa al oeste de Colonia] y los mineros y obreros metalúrgicos del consorcio Thyssen en Hamborn en la parte norte de la Cuenca del Ruhr. 15 A la situación vital y laboral extremadamente diferente de estas dos agrupaciones 12 Eckhard Brockhaus, Zusammensetzung und Neustrukturierung der Arbeiterklasse vor dem Ersten Weltkrieg. Zur Krise der professionellen Arbeiterbewegung, Múnich, 1975. 13 Angelika Ebbinghaus, «Taylor in Russland», Autonomie. Materialien gegen die Fabrikgesellschaft, núm. 1, 1975, pp. 3-15.; de la misma autora, Arbeiter und Arbeitswissenschaft. Zur Entstehung der «Wissenschaftlichen Betriebsführung», Opladen, 1984. 14 Gisela Bock, Die andere Arbeiterbewegung in den USA von 1909-1922. Die I.W.W. The Industrial Workers of the World, Múnich, 1976. 15 Erhard Lucas, Zwei Formen von Radikalismus in der deutschen Arbeiterbewegung, Fránkfurt, 1976. Lucas se distanció también de los ataques difamadores al coautor mediante su comportamiento personal, visitándole de manera notoria en la cárcel en 1976. 27

26 El «otro» movimiento obrero<br />

en vez de emplear la categoría de obrero masa como hipótesis que todavía<br />

había que verifi car, el coautor la habría empleado como «machete»<br />

para abrirse un camino entre la historiografía convencional. Mas tarde,<br />

Tilmann Rexroth, un antiguo activista de la red operaísta, fue un<br />

poco más lejos. 9 Al igual que toda la historiografía operaísta, habíamos<br />

prescindido de investigaciones profundas y propias de las fuentes y nos<br />

habíamos limitado a repetir una lectura a contrapelo de la literatura<br />

de investigación existente. Además, nos habíamos limitado completamente,<br />

al igual que los operaístas, al mundo masculino de la fábrica.<br />

Habíamos presentado un libro, «la historia obrera alternativa descrita<br />

de una manera no-alternativa».<br />

IV<br />

Pero también hubo opiniones constructivas que provenían de nuestro<br />

propio entorno, y de aquí vinieron impulsos que nos convencieron para<br />

corregir y profundizar nuestra iniciativa. Así, Sergio Bologna se remitió<br />

al signifi cado de un fenómeno resaltado por nosotros: desde la Primera<br />

Guerra Mundial había habido en Alemania una relación constante<br />

entre el mando tecnológico y de organización del trabajo y el aparato<br />

represivo, por lo tanto, el fordismo no llegó a Alemania de manera pacífi<br />

ca y con una orientación hacia el consumo. 10 Jürgen Klein hablaba,<br />

por el contrario, de la excesiva brevedad de la exposición de la historia<br />

obrera anterior a la Primera Guerra Mundial, que hacía que los modelos<br />

interpretativos de la nueva composición de la clase obrera y de sus<br />

organizaciones así como del signifi cado del obrero especializado en las<br />

décadas de 1880 y 1890, resultaran disonantes. 11 Esta crítica cayó en tierra<br />

fértil: Eckhard Brockhaus publicó ya en 1975 un estudio fundamentado<br />

9 Tilman Rexroth, «L’altro movimento operaio negli USA», Collegamenti, núm. 1, 1978, p. 33.<br />

Citado por Wright, Den Himmel stürmen, p. 199.<br />

10 Sergio Bologna, «Die Diskussion über die andere Arbeiterbewegung in Deutschland», en<br />

Bergmann, Janssen y Klein (ed.), Autonomie im Arbeiterkampf, Hamburgo y Múnich, 1978, p. 47.<br />

11 Jürgen Klein, «Zur Diskussion in der Bundesrepublik über die “andere” Arbeiterbewegung»,<br />

en Autonomie im Arbeiterkampf, p. 16.

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