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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo<br />

pasos que no se ajustaban a la estrategia de contención 34 que se estaba<br />

preparando a fi nales de 1946 y principios de 1947. Que para ellos se<br />

tratara de conservar, por todos los medios pensables, la base material<br />

de la constelación de clase nacionalsocialista y de celebrar de nuevo la<br />

resurrección del Estado planifi cado nacionalsocialista como «economía<br />

social de mercado» se debe a la decisión de los socios occidentales de<br />

la coalición anti-Hitler, tomada mucho antes de 1944-1945, de revisar<br />

defi nitivamente Versalles 35 y de incluir al capitalismo alemán, limitado<br />

en caso de emergencia a las tres zonas occidentales, en un sistema económico<br />

mundial reconstruido a nivel internacional. 36 Pero todo esto<br />

se conoce ya sufi cientemente y no es necesario seguir discutiéndolo<br />

aquí; en todo caso es necesario corregir, de paso, que este proceso no<br />

comenzó en 1947-1948 en conexión con la doctrina Truman y el Plan<br />

Marshall, 37 sino directamente tras la liquidación del Nacionalsocialismo,<br />

y que coincidía exactamente también, en una perspectiva a largo<br />

plazo, con los planes de postguerra de los capitalistas alemanes. 38 Mientras<br />

el reformismo obrero, extremadamente debilitado en comparación<br />

con 1918-1919, se agotaba en controversias organizativas y se dedicaba<br />

a la política diaria sólo cuando resultaba necesario para mantener bajo<br />

control a las masas que de cuando en cuando se rebelaban, 39 los aliados<br />

34 Sobre el sugimiento de la estrategia global de contención, véase sobre todo Alperovitz, Atomare<br />

Diplomatie -Hiroshima und Potsdam, Múnich, 1966; D. Horowitz, Kalter Krieg. Hintergründe der<br />

US -Außenpolitik von Jalta bis Vietnam, vols. I y II, Berlín, 1969.<br />

35 Por supuesto que esta decisión no se tomó sin obstáculos —también por parte de EEUU,<br />

donde incluso la doctrina del gobierno consideró durante un tiempo el plan Morgenthau como<br />

una reedición radicalizada de Versalles. Véase sobre todo J. M. Blum, Deutschland -ein Ackerland.<br />

Morgenthau und die amerikanische Kriegspolitik 1941-1945, Düsseldorf, 1968; J. L. Chase, «The<br />

Development of the Morgenthau Plan Through the Quebec Conference», The Journal of Politics,<br />

núm. 16, 1954, pp. 324-359.<br />

36 Hay que releer una obra tan apologética como metodológicamente frágil como la de H. P.<br />

Schwarz para observar lo rápido que las diferentes alas de la burguesía se interesaron por esta<br />

estrategia en las zonas occidentales: Vom Reich zur Bundesrepublik. Deutschland im Widerstreit<br />

der außenpolitischen Konzeptionen in den Jahren der Besatzungsherrschaft 1945-1949, Neuwied y<br />

Berlín, 1966.<br />

37 Véase al respecto H. Claude, Der Marshallplan, Berlín, 1949; Horowitz, Kalter Krieg, op.<br />

cit., vol. 1, pp. 43 y ss.; W. Willis (ed.), The Forrestal Diaries. The Inner History of the Cold War,<br />

Londres, 1952.<br />

38 Véase la descripción en la última parte del apartado anterior (vol. 1, III, 6).<br />

39 El papel más importante lo jugaron aquí las luchas populares entre enero y abril de 1947.<br />

Sobre ellas no hay todavía ningún análisis escrito desde el punto de vista de las masas. Podemos<br />

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