Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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266 El «otro» movimiento obrero primera ciudad alemana liberada, fueron un buen ejemplo de ello, aunque después se habrían de repetir con incontables variantes. En octubre de 1944, justo después de la conquista de Aachen por parte de unidades militares de EEUU, tres sindicalistas de la ciudad fueron a hablar con la administración militar recién establecida para solicitar la legalización de los grupos sindicales «libres» de la ciudad, que habían quedado relativamente intactos. Esta petición fue denegada con el argumento de que era todavía muy pronto para eso, que la cuestión se habría de discutir sólo cuando las tropas aliadas tuvieran un descanso en el Rhin. 21 La situación quedó así hasta el 8 de febrero de 1945, cuando se pudo celebrar una «primera reunión sindical» «con autorización ofi cial del gobierno militar». 22 De las discusiones de los meses siguientes surgió una idea base de todo el movimiento sindical posterior, los «13 puntos de Aachen». Lo central era que había que fundar lo antes posible un sindicato unitario (Freier Deutscher Gewerkschaftsbund, FDGB [Unión Sindical Libre de Alemania]), precursor local de una organización central para toda Alemania, que pudiera superar la militancia tradicional organizada por grupos profesionales y sobre todo la fragmentación política de la época de Weimar, 23 considerada especialmente funesta. Así, la pasividad de la base obrera hizo posible de nuevo el resurgimiento del reformismo, como si la transformación de la clase durante el Nacionalsocialismo nunca se hubiera producido: mientras los trabajadores luchaban en sus comités de empresa por su mera supervivencia y por la reproducción de los puestos de trabajo amenazados por el desmantelamiento, sus delegados volvían a los debates estratégicos de 1932-1933. Las discusiones en las que estaban inmersas desde el principio todas las «tendencias de los partidos políticos» sólo se nutrían de algunos aspectos aislados de la dura realidad: así, se reivindicaba la «lucha contra el militarismo prusiano y el fascismo», «ayuda al distanciamiento ahora hay que concentrar todas las fuerzas en el trabajo de los órganos autogestionados». W. Ulbricht, Zur Geschichte der deutschen Arbeiterbewegung, vol. 2, de 1933 a 1966, artículos y discusión, Berlín, 1963, pp. 458 y 459. 21 DGB-Archiv Düsseldorf, Ordner Aachen 1945-1949, extracto del periódico del ejército estadounidense Yank, 1945; en J. Klein, op. cit., p. 165. 22 Die Gewerkschaftsbewegung in der britischen Besatzungszone. Geschäftsbericht des DGB der britischen Zone 1947-1949, Colonia, 1949, p. 22. 23 ¡Esto era una vuelta atrás vaga, pero muy extendida, a los esfuerzos realizados entre 1930 y 1932-1933 de forjar una extensa columna vertebral sindical para una revolución anticíclica de las rentas!

Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo de los nazis de la economía y la administración», «representación del sindicato en todos los sectores de la vida pública», «reimplantación de la jornada laboral de ocho horas y si es posible de la semana de cuarenta horas», «restablecimiento del derecho de huelga», «represión a las asociaciones del Werkschutz» y «protección de los libros del frente obrero». 24 En resumen, los acontecimientos de Aachen eran una señal: una autonomía obrera fragmentada que se agotó durante los decisivos meses de postguerra en solucionar el problema más importante para la existencia de la clase; y, a cierta distancia, un impotente reformismo obrero que de todos modos era sufi cientemente fuerte como para volver a poner bajo control, en el instante oportuno, los primeros pasos que, a pesar de todo, se daban hacia un poder obrero antagonista. No había ningún síntoma de que se fuera a manifestar una alternativa real proletaria contra la estrategia de la coalición anti-Hitler. La clase obrera había permanecido pasiva —una apreciación que posiblemente tampoco sería necesario corregir en una historia futura de los comités de empresa proletarios de los primeros meses de postguerra. 25 Del mismo modo, estaba clara la enorme distancia de las organizaciones obreras reformistas con respecto de los movimientos reales de la clase —en este asunto sería ilusorio esperar de ellos, justo en el año de la liberación del Nacionalsocialismo, una corrección de su anterior conducta. Con la misma orientación política de siempre: los cuadros organizativos supervivientes se distinguieron desde el principio por la neutralización de las acciones obreras apresuradas, «sin sentido» y orientadas hacia la cuestión de la toma del poder. Por ejemplo, los historiadores de la RDA indicaban orgullosos que el funcionario del KPD Hans Schiwon «en abril de 1945 consiguió evitar una huelga completamente sin sentido en la mina “Nordstern” (Gelsenkirchen-Horst)». «En la primera gran asamblea de los consejos de fábrica de Gelsenkirchen, Gladbeck, Bottrop, Recklinghausen, Wattenscheid y Wanne-Eickel, que tuvo lugar de manera clandestina el 19 de abril de 1945, casi todos los representantes informaron de fenómenos similares al de “Nordstern”. Debido a la posición que asumió Hans Schiwon, los delegados presentes acordaron no provocar ninguna huelga por la situación del momento y poner en 24 Los «13 puntos de Aachen» fueron publicados en el diario Aachener Nachrichten, 21 de marzo de 1945; y reimpresos en J. Klein, op. cit., pp. 166 y 167. 25 Carta de J. Klein al autor: Klein ha examinado también en su investigación sobre la reconstrucción del movimiento sindical en los primeros años de la postguerra numerosos materiales sobre el movimiento de base proletario. 267

Lucha obrera y contraataque capitalista a partir del Nacionalsocialismo<br />

de los nazis de la economía y la administración», «representación del<br />

sindicato en todos los sectores de la vida pública», «reimplantación de<br />

la jornada laboral de ocho horas y si es posible de la semana de cuarenta<br />

horas», «restablecimiento del derecho de huelga», «represión a<br />

las asociaciones del Werkschutz» y «protección de los libros del frente<br />

obrero». 24 En resumen, los acontecimientos de Aachen eran una señal:<br />

una autonomía obrera fragmentada que se agotó durante los decisivos<br />

meses de postguerra en solucionar el problema más importante para<br />

la existencia de la clase; y, a cierta distancia, un impotente reformismo<br />

obrero que de todos modos era sufi cientemente fuerte como para volver<br />

a poner bajo control, en el instante oportuno, los primeros pasos<br />

que, a pesar de todo, se daban hacia un poder obrero antagonista. No<br />

había ningún síntoma de que se fuera a manifestar una alternativa real<br />

proletaria contra la estrategia de la coalición anti-Hitler. La clase obrera<br />

había permanecido pasiva —una apreciación que posiblemente tampoco<br />

sería necesario corregir en una historia futura de los comités de<br />

empresa proletarios de los primeros meses de postguerra. 25 Del mismo<br />

modo, estaba clara la enorme distancia de las organizaciones obreras<br />

reformistas con respecto de los movimientos reales de la clase —en este<br />

asunto sería ilusorio esperar de ellos, justo en el año de la liberación<br />

del Nacionalsocialismo, una corrección de su anterior conducta. Con<br />

la misma orientación política de siempre: los cuadros organizativos supervivientes<br />

se distinguieron desde el principio por la neutralización<br />

de las acciones obreras apresuradas, «sin sentido» y orientadas hacia la<br />

cuestión de la toma del poder. Por ejemplo, los historiadores de la RDA<br />

indicaban orgullosos que el funcionario del KPD Hans Schiwon «en<br />

abril de 1945 consiguió evitar una huelga completamente sin sentido<br />

en la mina “Nordstern” (Gelsenkirchen-Horst)». «En la primera gran<br />

asamblea de los consejos de fábrica de Gelsenkirchen, Gladbeck, Bottrop,<br />

Recklinghausen, Wattenscheid y Wanne-Eickel, que tuvo lugar de<br />

manera clandestina el 19 de abril de 1945, casi todos los representantes<br />

informaron de fenómenos similares al de “Nordstern”. Debido a la<br />

posición que asumió Hans Schiwon, los delegados presentes acordaron<br />

no provocar ninguna huelga por la situación del momento y poner en<br />

24 Los «13 puntos de Aachen» fueron publicados en el diario Aachener Nachrichten, 21 de marzo<br />

de 1945; y reimpresos en J. Klein, op. cit., pp. 166 y 167.<br />

25 Carta de J. Klein al autor: Klein ha examinado también en su investigación sobre la<br />

reconstrucción del movimiento sindical en los primeros años de la postguerra numerosos<br />

materiales sobre el movimiento de base proletario.<br />

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