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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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208 El «otro» movimiento obrero<br />

de los deseos específi cos de cada consorcio, todos estaban fuertemente<br />

unidos en el objetivo de esta «propuesta de paz». La reordenación del<br />

mercado económico europeo conduciría a la sincronización políticoeconómica<br />

de la industria de Europa occidental y Escandinavia con los<br />

«acreditados métodos económicos alemanes» (leyes y decretos correspondientes,<br />

sistema de medición unifi cado, relaciones fi jas de divisas,<br />

equiparación de los costes salariales con el sustento vital, adopción de<br />

los tipos y estándares alemanes, etc.), al reforzamiento de la infl uencia<br />

del capital alemán (por medio del «entrelazamiento de capital» o<br />

«arianización» de los consorcios extranjeros) y a la eliminación de la<br />

competencia más incómoda. 155 Se aspiraba alcanzar y afi anzar el «orden<br />

común de los mercados implicados bajo la dirección alemana» por medio<br />

de un paquete completo de medidas forzosas. Entre otras cosas, para<br />

este nuevo mercado europeo bajo dirección alemana se debían declarar<br />

prohibiciones de cierre, construcción y ampliación, un amplio sistema<br />

de aduanas y comercio exterior «principalmente en benefi cio alemán»<br />

y el levantamiento de la cláusula de trato preferente en el comercio con<br />

terceros países, «para hacer frente a la competencia, en parte muy dura,<br />

especialmente americana». También se pensó un nuevo orden en las relaciones<br />

del cártel internacional «en el que Alemania puede reclamar el<br />

liderazgo, debido a la nueva situación», en tanto en cuanto, como en el<br />

caso de la industria eléctrica holandesa, afectaba a consorcios internacionales.<br />

156 Pero los planes para «una nueva Europa» tenían previstas muchas<br />

correrías más. Los países del sureste europeo fueron designados como los<br />

suministradores de bienes agrícolas y materias primas. Polonia y la URSS<br />

debían ser colonizadas para expoliar sus riquezas naturales e industriales.<br />

157 De este modo, Alemania quería crear para sí una reserva inagotable<br />

de mano de obra. Para millones de personas de toda Europa, el sistema<br />

de trabajo forzado erigido en Alemania durante la guerra hizo ya realidad<br />

lo que en estos «planes de paz» de los consorcios debería ser el destino del<br />

pueblo ruso y polaco para siempre: ser bestias de trabajo.<br />

Weltkrieges, editado por D. Eichholtz y W. Schumann, Berlín, 1969; Anatomie der Aggression.<br />

Neue Dokumente zu den Kriegszielen des faschistischen deutschen imperialismus im Zweiten Weltkrieg,<br />

editado por G. Hass y W. Schumann, Berlín, 1972.<br />

155 Citado por D. Eichholz, op. cit., p. 167.<br />

156 Ibidem.<br />

157 Véanse los documentos núms. 4, 16 y 27 de Anatomie der Aggression, op. cit.; y los núms. 142,<br />

150, 158, 159, 163 (extracto del «mapa verde») y 167 de Anatomie des Krieges, op. cit.,

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