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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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Lucha obrera y contraataque capitalista bajo el Nacionalsocialismo<br />

El Generalato había plasmado en muchos estudios las enseñanzas extraídas<br />

de la I Guerra Mundial, muy pronto empezó a planear la revisión<br />

militar de Versalles y la supremacía alemana en Europa. 153 Para<br />

evitar, desde el principio, una guerra de varios frentes sin salida, y también<br />

para vencer, se debía atacar, al menos según la idea previa, uno por<br />

uno a los Estados europeos. Las debilidades alemanas —el potencial<br />

armamentístico restringido y la limitada dimensión cuantitativa del<br />

Wehrmacht—, como inevitablemente se mostraría después en una larga<br />

guerra de varios frentes, se debían compensar por medio de la introducción<br />

de las armas y el equipo más moderno en una guerra relámpago.<br />

El alto grado de motorización por tierra, agua y aire convertían la maquinaria<br />

de guerra alemana en altamente fl exible y rápida de movilizar<br />

y desviar. Se pretendía batir completamente al adversario precisamente<br />

al comienzo de las operaciones militares, aprovechando la ventaja del<br />

ataque sorpresa. También la situación de la política exterior, que debía<br />

asegurar este comportamiento militar, estaba calculada con exactitud.<br />

El Estado atacado debía ser aislado en términos de política exterior para<br />

que Alemania tuviera probabilidades de tenerlo como único adversario<br />

durante el ataque. Esta concepción se saldó, como es conocido, con la<br />

fatal política de apaciguamiento de las potencias occidentales así como<br />

con el pacto Hitler-Stalin, y se convirtió en una condición nada insignifi<br />

cante para el éxito del liderazgo nazi de la guerra relámpago.<br />

Hasta el verano de 1940, fueron atacados, ocupados militarmente<br />

y anexionados nueve países: Austria, Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca,<br />

Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia. En los<br />

países del suroeste europeo no hacía falta una entrada militar, ya que la<br />

infl uencia político-económica estaba ya asegurada, y los países que se<br />

oponían a este proceso de incorporación, Yugoslavia y Grecia, no tenían<br />

que esperar mucho a las tropas alemanas. En las abundantes memorias<br />

publicadas en estos años, por parte de los consorcios más destacados,<br />

acerca de la reordenación de Europa se exponían con total claridad<br />

las razones de fondo del estallido de la II Guerra Mundial. 154 Más allá<br />

153 Véase Der Weltkrieg 1914 bis 1918, vols. 1-14, elaborado en el Archivo del Reich de Berlín<br />

de 1925 a 1944; véase el trabajo de G. Förster, Totaler Krieg und Blitzkrieg. Die Theorie des totalen<br />

Krieges und des Blitzkrieges in der Militärdoktrin des faschistischen Deutschlands am Vorabend des<br />

Zweiten Weltkrieges, Berlín, 1967.<br />

154 Véase al respecto los dos volúmenes documentales: Anatomie des Krieges. Neue Dokumente<br />

über die Rolle des deutschen Monopolkapitals bei der Vorbereitung und Durchführung des Zweiten<br />

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