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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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170 El «otro» movimiento obrero<br />

dominio tras la fachada de una dictadura presidencial recrudecida. Y<br />

cómo se dejó caer fi nalmente al modernizado reformismo obrero para<br />

impulsar la ampliación de la producción en masa por medio de unos<br />

nuevos dirigentes [Grenzträger 10 ] de masas. Al igual también de cómo<br />

se empezó a preparar una nueva composición histórica en la combinación,<br />

al principio tímida, entre producción pública y anticíclica y reintegración<br />

forzosa de las masas de desempleados por medio de una gran<br />

campaña de servicio de trabajo, en un principio «voluntario». 11 En sus<br />

comienzos, la política económica de la etapa de Papen estaba relacionada<br />

con una estabilización ofensiva del dominio de clase: atado a las<br />

ilusiones del Estado «total» del empleo público, el gobierno debía dirigir<br />

contra los trabajadores una movilización institucional de las clases<br />

medias radicalizadas, de los desempleados y de la capa de parias socialmente<br />

desarraigados, en benefi cio del capital del Nacionalsocialismo; 12<br />

ya que la desactivación política de la clase obrera era una condición<br />

previa para forzar la producción pública, estimular la formación de capital<br />

privado y ampliar de modo violento los límites externos impuestos<br />

por Versalles. Hacer esto de una vez era demasiado, tuvo un efecto<br />

todavía bastante difuminado en la época de Papen, y sólo después logró<br />

una solución a corto plazo para este nudo gordiano por medio de un<br />

plan, más económico que militar, que se llamaría «guerra relámpago».<br />

En realidad, la etapa presidencial de Papen consiguió el triste mérito de<br />

haber contribuido activamente en este sentido desde sus comienzos. La<br />

política de clase correspondiente tenía sin embargo muchas defi ciencias:<br />

«Por ejemplo, el sistema de rebajas de impuestos, que movilizaba<br />

crédito estatal y excluía de la tributación a aquellos capitalistas que estaban<br />

dispuestos a contratar de nuevo mano de obra —con un salario<br />

un 50 % menor de las tarifas del convenio anterior». 13 Todo esto no<br />

consiguió todavía que el terreno estuviera preparado para el ataque<br />

capitalista que se había ido perfi lando contra unas luchas de masas<br />

10 El término alemán Grenzträger, de difícil traducción, alude a la posición límite o fronteriza<br />

de estos «dirigentes» o representantes, y a su labor de «correa de transmisión» entre el poder y la<br />

clase obrera. [N. del T.]<br />

11 Sobre esto váse W. Schlicker, «Arbeitsdienstbestrebungen des deutschen Monopolkapitals in<br />

der Weimarer Republik», JWG, t. 3, 1971, pp. 95 y ss.<br />

12 Sobre los desplazamientos políticos del movimiento de clase de 1933-1934 véase sobre todo<br />

Ch. Bloch, Die SA und die Krise des NS-Regimes 1934, Fránkfurt, 1970.<br />

13 Citado por Proletarische Front, Arbeiterkampf in Deutschland, op. cit., p. 63.

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