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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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168 El «otro» movimiento obrero<br />

de pequeños Estados dentro de Europa. Esta política eliminó todas las<br />

barreras entre la formación privada de capital y la producción pública,<br />

así como la infraestructura social (seguro de desempleo y otras políticas<br />

sociales, sanidad pública, etc.) con la intención de conseguir, al menos,<br />

un espacio de movimiento interno que estimulara las inversiones. 2 Hasta<br />

1931-1932 pareció como si la revisión de Versalles, que en vista de la<br />

rebeldía obrera se había vuelto inevitable, debiera ser impulsada a través<br />

de un colapso económico, por otro lado conscientemente calculado.<br />

Esta línea económica del capital eliminaba todos los puntos de apoyo<br />

de clase; atacaba frontalmente incluso a la potencia integradora decisiva<br />

de la época de Weimar, el reformismo obrero. A pesar del giro hacia<br />

el pasado y del fracaso de las organizaciones tradicionales de la lucha<br />

obrera, la revolución social parecía inevitable y al alcance de la mano, a<br />

la vista de las contradicciones sociales reales. Ésta se fue preparando en<br />

las grandes huelgas de 1930 y 1932 y en las iniciativas de los movimientos<br />

de desempleados, además de en las luchas violentas de los pequeños<br />

agricultores y de los desposeídos. 3 La investigación de esos masivos<br />

movimientos populares de principios de los años treinta mostrará que<br />

no es nada descabellada la hipótesis de aquellos historiadores que, más<br />

allá de categorías manidas, han adquirido una relación material con las<br />

luchas sociales de entonces y hablan de una composición revolucionaria<br />

en el año 1932. 4<br />

No obstante, entonces, no existía una estrategia de clase identifi cable<br />

y anclada en la clase por parte de los trabajadores. Las acciones ofensivas<br />

revolucionarias se quedaron siempre limitadas a puntos contra un<br />

capital amenazado por la quiebra. A pesar de la iniciativa de un Claus<br />

Heim y de los nacionalbolcheviques, no se consiguió sofocar a tiempo<br />

la subversión de los grandes agricultores contra los disturbios campesinos<br />

de 1930 y 1931, 5 y a pesar de sus complejos orígenes no se produjo<br />

2 Y en benefi cio de esta línea se apoyó explícitamente al gobierno de Müller en marzo de 1930.<br />

Véase K. Mammach, Der Übergang des deutschen Finanzkapitals zur Vorbereitung seiner offenen,<br />

terroristischen Diktatur, tesis doctoral, Berlín, 1963 (manuscrito).<br />

3 Sobre las acciones anticapitalistas de masas en la crisis económica mundial véase la nota al pie<br />

274 del capítulo anterior.<br />

4 Véase O. E. Schüddekopf, «Die revolutionäre Situation um die Jahreswende 1932-33», en la<br />

obra del mismo autor Linke leute von rechts, Stuttgart, 1960, pp. 274 y ss.<br />

5 Sobre el desarrollo del movimiento revolucionario de los campesinos y su división véase sobre<br />

todo Schüddekopf, op. cit., pp. 306 y ss: «Die revolutionäre Bauernbewegung».

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