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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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Lucha obrera y contraataque capitalista antes del Nacionalsocialismo<br />

métodos de lucha de los «trabajadores instruidos». Lo decisivo no fue<br />

el carácter masivo de las luchas, que en comparación con los ciclos de<br />

acción previos resultaba totalmente miserable; era más bien su carácter<br />

de señal, inherente a las formas de resistencia de los trabajadores de la<br />

cadena, lo que sacaba de sus casillas a los empresarios. Las luchas de los<br />

talleres de AEG, Bosch, Opel, Osram y Siemens fueron una bofetada<br />

a la caricatura de la «paz social». La formación del trabajador especial<br />

había aplastado toda una historia proletaria de luchas pero sólo para<br />

producir otra quizás mucho más peligrosa.<br />

Esto puede explicar por qué los empresarios empezaron tan sorprendentemente<br />

pronto a reaccionar con maniobras masivas frente a<br />

las luchas contra la racionalización. Los paros forzosos de 1926-1927,<br />

esto es, el intento por extender el modelo de selección que ya estaba<br />

relacionado con la racionalización, tenían como objetivo reconducir,<br />

por todos los medios y lo antes posible, el despotismo de la fábrica, de<br />

nuevo en cuestión, a un «oasis de paz social» a costa de la estabilidad<br />

social del capital. De manera similar a EEUU, 277 los empresarios alemanes<br />

reclutaron tropas de matones de las organizaciones «nacionales», 278<br />

que combinadas con los «servicios de seguridad de las fábricas», eliminaron<br />

físicamente todos los espacios concretos de rebeldía. 279 Pero los Pinkertons<br />

277 A este respecto véase sobre todo Leo Huberman, que ha resumido las consecuencias más<br />

importantes de la investigación del «La Follette Civil Liberties Commitee» sobre los tejemanejes<br />

del ejército de Pinkerton de los capitalistas estadounidenses: L. Huberman, The Labor Spy Racket,<br />

Nueva York, 1937. Por otro lado, habría que recurrir a toda la literatura estándar que se ocupa de<br />

la historia de las luchas de los trabajadores norteamericanos.<br />

278 En esto destacan sobre todo los Stahlhelm, que aparecen en casi todas las historias de las fábricas<br />

de la RDA que se ocupan de la situación de los trabajadores en los años veinte y en los comienzos<br />

de la crisis económica mundial. Véase K. Finker, Die militaristischen Wehrverbände in der Weimarer<br />

Republik, op. cit.; B. Mahlke, «Stahlhelm-Bund der Frontsoldaten 1918-1935», en Die bürgerlichen<br />

Parteien in Deutschland, vol. 2, op. cit., pp. 654 y ss. Todavía falta un análisis satisfactorio del<br />

enfrentamiento de clase de esa época; esto no se debe sólo a la necesidad de poner al día algunos<br />

mitos de la «lucha antifascista». El problema central de un análisis de este tipo podría consistir, a<br />

saber, en cómo se dividió la fuerza de empuje de las luchas de las organizaciones de clase media<br />

radicalizadas por el capital y sus organizaciones de masas, SA y NSBO, aprovechando las rivalidades<br />

entre las mismas. En todo caso, el NSDAP supo durante un tiempo llevar a su molino el impotente<br />

odio de clase de las masas de desempleados por medio de una refi nada política que no tenía miedo<br />

a la radicalización de las luchas. Este tema se tratará más detalladamente en el siguiente apartado.<br />

279 Ejemplarmente en la huelga de Mansfeld de 1930. Habría que verifi car, de la mano del material<br />

de las actas, el análisis de Imig, op. cit., que, basado en las actas de las fábricas, glorifi ca el papel<br />

del KPD en analogía con la historia ofi cial del partido. Véase Zentralarchiv des VEB–Mansfeld–<br />

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