Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus
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Lucha obrera y contraataque capitalista antes del Nacionalsocialismo<br />
tampoco cambió mucho tras el Sexto Congreso de la III Internacional,<br />
que impulsó un análisis más detallado del nuevo radicalismo obrero en<br />
las industrias racionalizadas y contra las ofi cinas de trabajo. 258 En pocas<br />
palabras: a nivel organizativo, la clase obrera estaba desmoralizada. No<br />
ocurría nada que, desde una posición absolutamente antagonista, estuviera<br />
al nivel de la férrea dinámica del salto en el desarrollo capitalista.<br />
No había visos de que se fueran a formar nuevos espacios de agregación<br />
revolucionaria.<br />
Pero, ¿cómo utilizaron los empresarios la excepcional oportunidad<br />
de introducir a la clase en la nueva dinámica de desarrollo del trabajo<br />
objetivado? Trabajaron mucho por la estabilización de su ofensiva<br />
racionalizadora. Si se comparan las actividades de sus organizaciones<br />
especiales para el aumento de la plusvalía relativa dentro del proceso<br />
productivo mecanizado, como por ejemplo la Reichausschuss für<br />
Arbeitsstudien (REFA), con los métodos de trabajo habituales en<br />
Norteamérica, hay que reconocer que hicieron una gran cantidad de<br />
concesiones en benefi cio de un control sobre un trabajador a ser posible<br />
libre de confl ictos —sólo se excluía claramente de estas concesiones<br />
a las bestias que trabajaban en los departamentos completamente<br />
racionalizados. Las nuevas ciencias del trabajo y la «psicotécnica» desarrollaron<br />
sin duda un instrumental perfecto para la división y la despolitización<br />
de la clase obrera. Los equivalentes de un ascenso salarial,<br />
que sólo estaban disponibles a pequeña escala, y sus correspondientes<br />
maniobras sociopolíticas estaban en manos de grupos de trabajadores<br />
especializados, y se convirtieron en un importante arma para el<br />
prejuicios las actas de la Roter Frontkämpferbund [Alianza roja de luchadores del frente, RFB,<br />
organización paramilitar del KPD en la República de Weimar, N. del T.] en el archivo de partido del<br />
SED y en el archivo central alemán de Potsdam: en lugar de las esperadas vanguardias paramilitares<br />
de obreros, se encontrará un coloso de barro que disciplinaba a los trabajadores y petrifi caba su<br />
militancia con formalismos absurdos. Véanse las actas de la RFB en el IML (Instituto de Marxismo<br />
y Leninismo) del ZK (Comité Central) del SED de Berlín, núms. 81/1; 81/1042, 1133-35, 1185,<br />
1277; ibidem, «Reichsministerium des Innern», núms. 10/28, 158, 167, 177, 256, 404-406; ibidem,<br />
«Reichskommissar für Überwachung der öffentlichen Ordnung», núms. 12/12, 85, 116, 117, 189-<br />
190; ibidem, «Polizeipräsident Berlin», núms. 09/7, 14, 20, 21–22, 29; DZAP, RMI, núms. 13.225,<br />
25.646; así como «Kommando-Reglement des Roten Frontkämpferbundes», Militärwesen, núm.<br />
4, 1957, pp. 155 y ss.; y fi nalmente: Der Rote Führer, Funktionärzeitschrift des RFB und der Roten<br />
Jungfront, Berlín, 1927-1929, publicaciones aisladas en 1929-1932.<br />
258 Aquí sería necesario un análisis de la teoría del «fascismo social». Toda su dimensión se vuelve<br />
clara si demostramos que la base argumentativa, a saber, que el fascismo social moviliza a la<br />
«aristocracia obrera» para la reacción, va exactamente en contra de los hechos.<br />
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