Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus
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Lucha obrera y contraataque capitalista antes del Nacionalsocialismo<br />
movimientos obreros; era «integral», ya que la conciencia histórica del<br />
capital dictaminaba que no sólo había que golpear al movimiento de<br />
trabajadores especializados.<br />
La «lucha por el alma de los trabajadores», que se había iniciado, no<br />
era tan simple. 235 Había que introducir la cadena de montaje, pero esto<br />
no implicaba aún un aprovechamiento total de las posibilidades existentes<br />
para un «aumento desmesurado del ritmo de trabajo» 236 y una reducción<br />
fordista perfecta de la actividad de cada trabajador a operaciones<br />
aisladas repetidas de forma continua; el verdadero límite al que se enfrentaban,<br />
esto es, la incapacidad para subir de forma masiva el salario real, 237<br />
es algo que los empresarios, que tanto fanfarroneaban, 238 no querían<br />
lógicamente reconocer. Se debía romper el viejo orgullo por el trabajo,<br />
pero sólo si se ponía en su lugar una nueva «afi rmación del trabajo»<br />
que también impregnara a aquellos trabajadores que todavía sentían<br />
la fábrica como una prisión y una esclavitud sin sentido. El sentido<br />
profundo de la racionalización, en el llamado periodo de estabilización<br />
de Weimar, era la modifi cación de una composición de clase polarizada,<br />
y con ella la eliminación de dos formas de lucha polarizadas, de tal<br />
manera que no se diera una confl uencia en un nuevo nivel antagonista.<br />
De lo que se trataba ahora, era de perpetuar el desarme de la clase<br />
obrera, conseguido en 1921, como dominio despótico objetivado en la<br />
producción de plusvalía. La propaganda —por supuesto, enormemente<br />
manipulada— de la auto-introducción del trabajador en el ciclo de explotación<br />
reorganizado jugó aquí un papel relevante debido a las pocas<br />
posibilidades de concesión en el salario real y en la reducción del tiempo<br />
235 Véase al respecto la literatura estándar de aquel tiempo: H. de Man, Der Kampf um die<br />
Arbeitsfreude, 1927; P. Osthold, Der Kampf um die Seele des Arbeiters, 1927. Sobre esto también<br />
Götz Briefs en el año 1928: «La lucha por el alma de los trabajadores es el nuevo eslogan, —no por<br />
el alma al alcance psicotécnico, sino por el alma espiritual de los trabajadores, por los barrios que<br />
no pueden ser medidos, racionalizados y controlados». G. Briefs, «Rationalisierung der Arbeit»,<br />
en Industrie- und Handelskammer zu Berlin, Die Bedeutung der Rationalisierung für das deutsche<br />
Wirtschaftsleben, Berlín, 1928, p. 50.<br />
236 Véase C. Koettgen, «Das fl ießende Band», en ibidem, pp. 115-116.<br />
237 Sobre esto, véase Bry, Wages in Germany 1871-1945, op. cit.; J. Kuczynski, Darstellung der<br />
Lage der Arbeiter in Deutschland von 1917-18 bis 1932-33 (Die Geschichte der Lage der Arbeiter<br />
unter dem Kapitalismus), vol. 5, Berlín, 1966, pp. 208 y ss.; sobre todo las pp. 218-219, el cálculo<br />
estadístico del salario real neto, que según muestra Kuczynski, no volvió a alcanzar el nivel de antes<br />
de la guerra (1913-1914) hasta 1928.<br />
238 Véase por ejemplo al equipo directivo de la fábrica de Siemens-Schuckert, Koettgen, op. cit.<br />
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