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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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120 El «otro» movimiento obrero<br />

y de la concepción de la «democracia económica». 145 ¿Por qué tendrían<br />

que acabar los Noske y compañía, si esto es cierto, con una fase de masacre<br />

y terror masivo contra la autonomía consejista? La respuesta más<br />

clara para ello está en el mayor desarrollo del sujeto obrero histórico.<br />

Somos de la opinión, al contrario que Bologna, 146 de que la imposibilidad<br />

de reconciliación de los trabajadores con la estrategia de<br />

reconstrucción capitalista-sindical no está fundada únicamente en la<br />

dimensión internacionalista del movimiento consejista, suponiendo<br />

también que en lo esencial era el internacionalismo, y no algo así como<br />

el formalismo autoorganizativo de la empresa, lo que bloqueaba el desarrollo<br />

capitalista. 147 Vemos una razón mucho más importante, y hasta<br />

hoy bastante inadvertida, en el hecho de que, si bien es cierto que la<br />

autonomía consejista del trabajador profesional-técnico controlaba<br />

la lucha obrera en la primera fase de postguerra, con su violenta derrota<br />

entraron en acción las propias masas de trabajadores no cualifi cados.<br />

Tras la espectacular derrota en los centros de trabajo especializado, sobre<br />

todo de Berlín, el movimiento consejista estaba muerto para ellos<br />

como motor de una transformación revolucionaria, con cuyos objetivos<br />

tenían de todos modos poco en común. «Los consejos están muertos.<br />

Por ello la autoridad de los consejos no puede ser ya la medida de<br />

la situación del movimiento revolucionario», podíamos leer a modo de<br />

ejemplo en una edición de verano de 1919 del Räte-Zeitung [Periódico<br />

de los consejos]. «La organización consejista de Berlín no tuvo nunca<br />

un poder real. Sólo era un poder con pies de barro que tras esquivar<br />

torpemente algunos golpes habría de derrumbarse. Y no podía ser de<br />

otro modo. La asamblea general berlinesa de los consejos obreros era un<br />

revoltijo de cadáveres vivos que no tenían ni idea del objetivo ni de la<br />

145 El famoso libro del teórico de la economía Naphtali —el cual por otro lado participó en<br />

el bautismo de la política económica del Israel sionista y demostró así justamente en la práctica<br />

como se hace realidad este modelo bajo las condiciones de acumulación inicial— continúa en<br />

lo esencial la línea desarrollada por Wissell en la Revolución de Noviembre. Véase F. Naphtali,<br />

Wirtschaftsdemokratie. Ihr Wesen, Weg und Ziel, edición especial para IG Metall, Neudruck<br />

Frankfurt, 1966.<br />

146 Véase S. Bologna, Zusammensetzung der Arbeiterklasse und Theorie der Partei in den Anfängen<br />

der Rätebewegung, op. cit., para el que las masas de trabajadores no cualifi cados casi no existen<br />

como sujeto histórico.<br />

147 Ibidem, p. 15.

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