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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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118 El «otro» movimiento obrero<br />

obrero por dar un golpe de timón en el último momento, con el fi n<br />

de lanzar una contraofensiva central proletaria en enero de 1919 frente<br />

a la contrarrevolución que entonces ya se había centralizado, 142 hizo<br />

completamente patente, por primera vez, la limitación de la iniciativa<br />

de los consejos.<br />

En los últimos años de guerra, Liebknecht había atribuido, en parte,<br />

el comportamiento defensivo y estrecho de miras de todas las alas<br />

del movimiento obrero profesional al fundamento de clase existente.<br />

A fi nales de 1916, en prisión preventiva, escribió sobre la polarización<br />

de las tres capas de la clase obrera controladas todavía por la socialdemocracia:<br />

sobre el aparato funcionarial político, que se orientaba desde<br />

tiempo atrás hacia el gran modelo de reorganización de un capital más<br />

socializado; sobre los «trabajadores instruidos mejor situados», que sólo<br />

querían «protestar» y «no [podían] decidirse a cruzar el Rubicón»; y<br />

sobre la «masa desposeída de trabajadores no cualifi cados», la parte de<br />

la clase obrera que no tenía absolutamente nada que perder y estaría<br />

preparada para abordar la cuestión del poder: «Para ellos la cosa estaba<br />

clara [...] En ese estado no tenían realmente nada que perder salvo sus<br />

cadenas, y todo por ganar mediante el sometimiento y la abolición de<br />

dicha situación». 143 Pero Liebknecht y con él todas las alas «radicales de<br />

izquierdas» de la socialdemocracia no habían querido extraer más consecuencias<br />

de este análisis, por el que la anticipación revolucionarioorganizativa<br />

de las relaciones entre autonomía consejista y clase armada<br />

contra el Estado capitalista habría ahorrado a la clase un primer periodo<br />

de luchas impotente que estaba completamente bajo control del «trabajador<br />

cualifi cado mejor situado». Las consecuencias sobre la cuestión<br />

organizativa, que venían con un retraso de décadas, ya no se podían<br />

142 Véase al respecto: Darstellungen aus den Nachkriegskämpfen deutscher Truppen und Freikorps,<br />

elaboradas por orden del OKH [Oberkommando des Heeres, Mando Superior del Ejército (N. del<br />

T.)] y publicadas por el Kriegsgeschichtlichen Forschungsanstalt des Heeres [Instituto de Investigación<br />

del Ejército sobre Historia de la Guerra, N. del T.], vol. 6: Die Wirren in der Reichshauptstadt und<br />

im nördlichen Deutschland 1918 -1920, Berlín, 1940; aquí se glorifi caba naturalmente la actuación<br />

de la soldadesca, pero el análisis es importante porque la mayoría de los documentos fueron<br />

destruidos en la I Primera Guerra Mundial. Contra ello, de manera apologética, y encubriendo<br />

el sospechoso papel de los KPDs, váse la descripción del SED: H. Schmidt y A. Loesdau, Die<br />

Januarkämpfe 1919 in Berlin, Bezirksleitung der SED Groß-Berlin, 1960.<br />

143 K. Liebknecht, «Meinungsverschiedenheiten in der deutschen Sozialdemokratie», en la obra<br />

del mismo autor Politische Aufzeichnungen aus seinem Nachlaß, escrita en los años 1917-1918,<br />

Berlín, 1921. Citado por Hillmann, op. cit., p. 9.

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