16.01.2013 Views

Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

104 El «otro» movimiento obrero<br />

el comportamiento de la Generalcommission lo prueba sufi cientemente—,<br />

que los trabajadores forzados belgas y polacos eran utilizados en<br />

la industria alemana, junto con los prisioneros de guerra, como punta<br />

de lanza para la recomposición de toda la clase obrera —así, toleraron<br />

también tácitamente toda la brutalidad que esto suponía. 104 El propio<br />

mecanismo de movilización era simple y sin escrúpulos. Por un lado,<br />

se logró crear, según las necesidades, un desempleo artifi cial en los centros<br />

industriales ocupados por medio del desmantelamiento y cierre de<br />

fábricas acompañado de una política monetaria restrictiva; 105 por otro,<br />

se produjo, por medio de la retirada de ayudas al desempleo, racionamiento<br />

de alimentos, etc., un clima que prácticamente no dejaba abierta<br />

ninguna otra posibilidad que la emigración por trabajo. Si a pesar<br />

de estas medidas, las listas de alistamiento no eran lo sufi cientemente<br />

grandes, se echaba mano de grandes razzias de detenciones masivas y<br />

arbitrarias y de actos simulados, en los cuales los asistentes eran llevados<br />

a las ofi cinas de reclutamiento forzoso. 106 Los regímenes de ocupación<br />

produjeron incluso un marco jurídico para legitimar este comportamiento<br />

sin escrúpulos en Bélgica y Polonia con los «decretos para la<br />

lucha contra la aversión al trabajo», 107 un hecho que indica una vez más<br />

el esmero con el que la máquina militar alemana adoptaba la estrategia<br />

de clase del Estado empresarial. Tras semejantes razzias, los trabajadores<br />

forzosos seleccionados eran franqueados expresamente a campamentos<br />

para prisioneros de guerra [Soltau, Wittenberg, Kassel-Niederzwehre,<br />

Güben, Munster, Altengrabow y Meschede] en vagones de transporte<br />

104 Una vez integrados en el Vaterlandspartei, los sindicatos alemanes no vieron, naturalmente,<br />

ningún motivo para ocuparse de los llamamientos a la solidaridad internacionalista de los<br />

trabajadores belgas. Véase: Appel des ouvriers belges aux ouvriers de tous le pays du monde civilisé,<br />

publicado en F. Passelecq, Déportation et travail forcé..., op. cit., pp. 193 y ss.<br />

105 Esto también fue sólo el preludio de lo que sucedería a partir de 1939 en Europa. Una<br />

investigación valiosa podría consistir en comparar los objetivos de economía exterior del capitalismo<br />

alemán de 1914-1918 con los de los años 1940-1942. No faltan estudios aislados al respecto.<br />

106 Sobre esto trabaja detalladamente W. Basler, op. cit., pp. 242-243, 262-263, 282 y ss, 310-<br />

311, 332-333; DZAP, Reichsamt des Innern, Arbeiterfragen in besetzten russischen Gebieten, núm.<br />

19.798; Deutschland im Ersten Weltkrieg, vol. 2, pp. 494 y ss; W. Gutsche, op. cit., pp. 83-84; F.<br />

Passelecq, Déportation..., op. cit., pp. 90 y ss., 325 y ss.<br />

107 Estos decretos tienen su origen con gran probabilidad —para los polacos con seguridad— en<br />

una orden del Intendente General Ludendorff. Véase DZAP, Reichsamt des Innern, Arbeiterfrage<br />

in besetzten russischen Gebieten, núm. 19.798, Bl. 154-155.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!