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La superficie estatal con potencial de uso forestal alcanza un 48.2 %: 2’448,422 hectáreas de selvas altas, medias y bajas, estando bajo manejo 633,937 hectáreas. El 78 % de estas áreas se ubica en los municipios de Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto. La costa soporta un intenso uso turístico en el norte del estado. El Municipio de Solidaridad ha construido trece mil cuartos en los últimos tres años y planea continuar con el mismo ritmo el próximo lustro. El sur del estado igualmente cuenta con proyectos de desarrollo turístico costero (Costa Maya) que incluye la inversión propiamente turística, así en como infraestructura urbana y de servicios para los próximo años. Otro uso de suelo importante, por su superficie y por su trascendencia para la conservación del medio ambiente estatal es el de las áreas naturales protegidas (ANP): aproximadamente el 25 % del área total de la entidad se encuentra bajo protección. El estado cuenta con un total de 20 ANP: 12 federales, 7 estatales y 1 privada, lo que hace un total de 1’281,954.69 hectáreas bajo régimen de protección. Actualmente existe una propuesta para la integración de 146,320 hectáreas adicionales al estatus de protección ecológica, lo que incrementaría la superficie bajo este régimen a alrededor del 28 % del territorio de la entidad. El área que ocupan los principales asentamientos humanos en el estado es de aproximadamente doce mil hectáreas, siendo las ciudades de Cancún y Chetumal las más grandes e importantes. De la superficie total del estado 5 millones 84 mil 300 hectáreas, 60 % es de propiedad ejidal y 5.9 % de propiedad privada. Existen 276 ejidos y 23,230 ejidatarios con derechos sobre una superficie de 3.05 millones de hectáreas. El 76 % de esta superficie y el 80 % de los ejidos se localizan en los municipios de Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos. Recurso forestal “En el estado están registradas aproximadamente 160 especies maderables de las cuales 8 cuentan con un mercado definido y 66 tienen potencial comercial; a partir de sus características físicas y posibilidades de aprovechamiento y transformación se clasifican en: preciosas, blandas, duras y palizada. Hay 71 predios con autorización para el aprovechamiento forestal maderable, distribuidos en seis de los ocho municipios que conforman el estado, con una superficie de 591,993 hectáreas en aprovechamiento forestal permanente; de éstas, 463,959 están en explotación y 128,034 en descanso. De la primera superficie, los volúmenes aprovechables para el año 2002 fueron del orden de: 8,459 m3 rollo de especies preciosas, cedro y caoba; 31,540 m3 rollo de especies blandas; 98,880 m3 rollo de maderas duras y 29,020 m3 rollo de palizada, es decir, especies comunes de madera dura, que no alcanzaron diámetros aserrables. PLANES ESTATALES DE EDUCACIÓN, CAPACITACIÓN Y COMUNICACIÓN AMBIENTALES • QUINTANA ROO 463

Con respecto a especies y productos no maderables en el estado solamente se está realizado el aprovechamiento comercial del látex de chicozapote, para la producción de chicle y las hojas de palma de guano, cuyos volúmenes de producción en el 2002, fueron del orden de las 24 y 35 toneladas respectivamente. Una característica central de la actividad forestal en la entidad es la organización social, cuyo inicio data de 1983, año en el que, con el apoyo de los Gobiernos Federal y Estatal y en el marco del Convenio de Cooperación México-Alemania se dieron los primeros trabajos organizativos de la actividad. Hoy día existen 11 organizaciones sociales campesinas, siete orientadas al aprovechamiento maderable; dos a la explotación del chicle y dos a las plantaciones forestales comerciales y agroforestería. Los municipios más importantes, desde la perspectiva de producción maderable y no maderable son: Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, localizados en el sur y centro del estado. Donde se da la existencia de selvas medianas con presencia natural de caoba y cedro, especies de alto valor comercial, junto a especies blandas y duras y de chicozapote, materia prima para el chicle. Los municipios de Lázaro Cárdenas y Benito Juárez en el norte de la entidad, también se han incorporado a los procesos productivos maderables sustentables, con algunos programas de manejo forestal”. Vida silvestre “La biodiversidad del estado es muy rica. Pero en la medida que en lo últimos 20 años ha habido un cambio acelerado en el uso del suelo, en amplias zonas de la entidad, la riqueza biótica se ha degradado. El estado carece de un programa rector que atienda lo relacionado con la vida silvestre. La aplicación de la normatividad es difícil debido a prácticas no reguladas, desvinculación y descoordinación interinstitucional e intrainstitucional. Hay poca información, infraestructura insuficiente y los recursos humanos, materiales y financieros asignados a la administración de la vida silvestre son escasos. Quintana Roo enfrenta problemas de tráfico de vida silvestre, con el consecuente impacto sobre especies importantes para la biodiversidad y los ecosistemas estatales. Hay cacería furtiva, además de captura, colecta, transporte y comercio no autorizado. Existen opciones de cooperación internacional desaprovechadas y el potencial de la vida silvestre es subutilizado con un impacto colateral en el desarrollo de las comunidades rurales. La actividad cinegética organizada es incipiente. Sin embargo, se cuenta con especies con posibilidades de aprovechamiento, como el pavo ocelado, el pecarí de collar y el venado cola blanca. La cacería fotográfica es una actividad con enorme potencial dada la riqueza biológica de la entidad. 464 PLANES ESTATALES DE EDUCACIÓN, CAPACITACIÓN Y COMUNICACIÓN AMBIENTALES • QUINTANA ROO

Con respecto a especies y productos no maderables en el estado solamente<br />

se está realizado el aprovechamiento comercial del látex de chicozapote, para<br />

la producción de chicle y las hojas de palma de guano, cuyos volúmenes de<br />

producción en el 2002, fueron del orden de las 24 y 35 toneladas respectivamente.<br />

Una característica central de la actividad forestal en la entidad es la organización<br />

social, cuyo inicio data de 1983, año en el que, con el apoyo de los<br />

Gobiernos Federal y Estatal y en el marco del Convenio de Cooperación<br />

México-Alemania se dieron los primeros trabajos organizativos de la actividad.<br />

Hoy día existen 11 organizaciones sociales campesinas, siete orientadas al<br />

aprovechamiento maderable; dos a la explotación del chicle y dos a las plantaciones<br />

forestales comerciales y agroforestería.<br />

Los municipios más importantes, desde la perspectiva de producción maderable<br />

y no maderable son: Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y José María<br />

Morelos, localizados en el sur y centro del estado. Donde se da la existencia de<br />

selvas medianas con presencia natural de caoba y cedro, especies de alto valor<br />

comercial, junto a especies blandas y duras y de chicozapote, materia prima<br />

para el chicle.<br />

Los municipios de Lázaro Cárdenas y Benito Juárez en el norte de la entidad,<br />

también se han incorporado a los procesos productivos maderables sustentables,<br />

con algunos programas de manejo forestal”.<br />

Vida silvestre<br />

“La biodiversidad del estado es muy rica. Pero en la medida que en lo últimos<br />

20 años ha habido un cambio acelerado en el uso del suelo, en amplias zonas<br />

de la entidad, la riqueza biótica se ha degradado.<br />

El estado carece de un programa rector que atienda lo relacionado con la vida<br />

silvestre. La aplicación de la normatividad es difícil debido a prácticas no reguladas,<br />

desvinculación y descoordinación interinstitucional e intrainstitucional.<br />

Hay poca información, infraestructura insuficiente y los recursos humanos,<br />

materiales y financieros asignados a la administración de la vida silvestre son<br />

escasos.<br />

Quintana Roo enfrenta problemas de tráfico de vida silvestre, con el consecuente<br />

impacto sobre especies importantes para la biodiversidad y los ecosistemas<br />

estatales. Hay cacería furtiva, además de captura, colecta, transporte y<br />

comercio no autorizado.<br />

Existen opciones de cooperación internacional desaprovechadas y el potencial<br />

de la vida silvestre es subutilizado con un impacto colateral en el desarrollo<br />

de las comunidades rurales.<br />

La actividad cinegética organizada es incipiente. Sin embargo, se cuenta con<br />

especies con posibilidades de aprovechamiento, como el pavo ocelado, el<br />

pecarí de collar y el venado cola blanca. La cacería fotográfica es una actividad<br />

con enorme potencial dada la riqueza biológica de la entidad.<br />

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