La triste realidad - Plataforma cívica de urbanizaciones y ...

LA TRISTE REALIDAD
La concejala de Educación, Deportes y qué sé yo de cuántas cosas
más, en el Excelentísimo Ayuntamiento de Chiva; Doña Amparo Lapuente
Casas, vecina de la misma Urbanización donde un servidor igualmente
reside, con motivo del escrito publicado por el diario Levante El Mercantil
Valenciano, el pasado día 30 de Enero del presente año, y el cual bajo la
veracidad escribo y firmo, me llama por teléfono, aduciendo, ¿que cómo
puedo hablar de una vecina y citarla en un medio de comunicación, sin
poseer el gusto por mi parte de conocerla?. Le respondo que tampoco tengo
el gusto de conocer al señor Zapatero, al Señor Bush, y a un largo etc., pero
que, a través de sus actuaciones políticas igualmente escribo de ellos.
De un modo muy cortés, educado y un tanto empalagoso, me
conmina a mantener una reunión. No me niego. Es más, la emplazo para
que nos veamos en su despacho en el Ayuntamiento de Chiva, con luces y
taquígrafos. Me agrada tener testigos en mis conversaciones un tanto
farragosas o confusas.
Doña Amparo también tiene mucha prisa, diría yo, que, en demasía.
Me solicita de modo encarecido a que me vea con ella esa misma tarde en
la cafetería, situada en el Motel la Carreta.
Le pregunto muy tajante: si asistirá sola o acompañada. Me responde
que sola. “Estaremos solitos los dos”. Es su respuesta categórica. Y acepto.
Al principio de la entrevista, la conversación suya tan sólo giraba de un
modo simpático, sobre porqué, en mi escrito, la citaba como desposada con
Don Luis Araque Martínez. ¿Qué tenía ella que ver con éste Señor y el cual
es su marido?, increíble pero cierto. ¿Porqué mi manía persecutoria hacia
Don José Manuel Haro? ¿Qué si tenía yo idea del cambio que, el
Ayuntamiento de Chiva, tenía previsto en nuestra Urbanización……, y en
todas las demás urbanizaciones?.
Que el Señor Haro es su ídolo, es algo incuestionable, y que si
nuestra Junta cambia de presidente, al igual cambiarán muchas cosas. Le
aconsejé desde mi criterio, repetidas veces que, su marido no debía de
actuar de los modos y con las maneras que había esgrimido, y que lo mejor
que podía hacer dada su profesión, era retirarse con toda su pretendida
Junta, y dejar que la Junta actual, elegida a través de la democracia,
trabajase tranquila. La democracia y su estilo de gobierno, son
irrenunciables y extensibles hasta alcanzar cualquier ámbito de la sociedad,
y la Urbanización Olimar, es un exponente más, de libertad y democracia, y
en la cual, no necesitamos ninguna interferencia política.
Un servidor ya mayor y con bastantes achaques, estaba ya cansado
de ésta plática, puramente política y que se alargaba en demasía, así como,
de las ida y venidas de Doña Amparo al baño. Me imagino que, más bien
eran una burda treta para realizar llamadas telefónicas, sin embargo lo
manifiesto desde mi ignorancia.

Sobre las 23 horas, se presentó sin más, Don Luis Araque Martínez,
y se unió a la conversación. Tenso, pero afable. A la primera cucharada dos
moscas. Ya no estábamos solitos, ya eran dos, y uno. El uno, viejo y con
pocas luces, y ya, un tanto desvaído y apagado. Me quedé a oscuras. A
partir de ese instante, la reunión ya involucraba, al Señor Araque con su
digna esposa, Concejala de Educación y Deportes al Ayuntamiento de
Chiva, así como la evidencia política de apoyo al mismo, por parte del
Consistorio, al citado esposo de Doña Amparo, y se oficializaba y de qué
modo, a favor de poseer el control de nuestra Urbanización, por parte de
Don José Manuel Haro. ¿Por qué, lo ignoro? ¿Quizás sea por nuestra
ubicación geográfica tras las obras del AVE? ¿Quizás por los viales? En mi
confusa mente, tan sólo alcanzo hasta, el quizás.
El otro pueril objetivo del edil y de su marido Don Luis Araque, fue
conquistar la prebenda justa y conseguida, de una ampliación en mi escrito,
del día 30 de Enero, y que de modo involuntario omití. La verdad, mi
verdad, siempre caminarán por la misma vereda. Pero estas líneas añadidas,
tan sólo, ratifican más mi escrito, y no lo anula, y mucho menos me retracto
del mismo. Con ello, deseo dejar en entredicho el modo y manera en que,
en la asamblea, lo leyó o leyeron, por dos veces, dando a entender que, a
través del mismo un servidor, se retractaba del escrito ya citado y publicado
el día 30 de Enero. ¡Yo no me retracto, me reafirmo en el mismo!
Desde estas líneas deseo aclarar que, mi ánimo queda muy lejano de
lacerar, ultrajar o injuriar a la persona de Don José Manuel Haro, el cual
ejerce como Excelentísimo Alcalde de mi municipio, y supongo que su
labor, al igual que la de los demás componentes de su equipo de gobierno,
está guiada por la mejor voluntad, mas yo defiendo mis intereses sociales,
conjuntamente a los de mis vecinos, tanto los ubicados en mi urbanización,
como, los intereses de las restantes urbanizaciones del Municipio de Chiva.
Intereses sociales, cada día, más necesarios y más exigibles dentro
del siglo en el que vivimos, y siempre, amparado por La Constitución. Un
Ayuntamiento, y lo expongo amparado por la justicia, no puede
suministrarle agua de riego, es un ejemplo, a quien le cobra una
contribución urbana, y esto es una pequeñez ante la insolidaridad del
Consistorio, ante unas urbanizaciones que, él ha legalizado en su día, y que
le reportan a sus arcas, más allá del 70%, de sus ingresos.
Por último aclararle a la Señora Concejala de Educación y Deportes,
e igualmente vecina mía, que, queda muy lejos de mi ánimo, molestarla ni
a ella, ni a su marido, ni a nivel profesional ni personal, pero……., las
miserias políticas haberlas las hay. Al igual que existen las más hábiles o
burdas manipulaciones, por parte del Ayuntamiento de Chiva, y las cuales,
nos alcanzan hasta la Urbanización Olimar. Y esto, es tan triste, como real.