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7. Solucionario

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ANEXOS Guía didáctica: Ética<br />

o una cosa. Con lo cual podemos llegar a la conclusión de que los actos morales se refieren siempre a<br />

personas.<br />

Podríamos preguntamos, aún, de dónde aparece esa densa tradición determinista en ética, y<br />

eso sin duda nos llevaría muy lejos, precisamente hacia las relaciones entre ética y epistemología.<br />

Consideremos de momento este fenómeno como parte de los tantos reduccionismos que han jalonado<br />

la historia del pensamiento, y que han pretendido explicar la complejidad de los fenómenos en base<br />

a un reducido grupo de ellos. Recordemos el optimismo de la física de principios del siglo pasado,<br />

o el mito del genoma humano con su pretendido descubrimiento de ‘las fuentes de la vida’, o el<br />

psicoanálisis o el marxismo más ortodoxos.<br />

Hace algún tiempo exponíamos al respecto:<br />

“En un excelente artículo Larry May se cuestiona sobre la responsabilidad ética y política de los<br />

filósofos; al hilo de sus planteamientos digamos, al menos, que si el hecho de medir las consecuencias<br />

de las propias acciones tiene un componente ético, el filósofo, entendido en su sentido más amplio,<br />

debería estar mejor capacitado para hacerlo. Una de las consecuencias del aludido cierre epistémico es<br />

el ‘simplismo’. No pocas veces se han interpretado los fenómenos, por muy complejos que estos sean,<br />

a partir de un reducido número de variables. (...) Otro de los factores que tienden a acentuarse can el<br />

cierre epistémico es el ‘absolutismo’. Desde la escolástica medieval, el racionalismo, el empirismo inglés,<br />

la ilustración, el romanticismo (Hegel), el positivismo, el marxismo, la fenomenología (de Husserl)..., con<br />

raras excepciones como la de Kant, han pretendido una interpretación definitiva -la suyade la realidad.<br />

Esto mismo tiende a darse, como veíamos, en las reducidas ‘islas’ de nuestro conocimiento. Par otra parte,<br />

la crisis de la filosofía en nuestro tiempo es, entre otras cosas, la crisis del valor que hemos asignado a la<br />

filosofía como conceptualización de nuestro desmedido ‘afán de seguridad gnoseológica’, la fantasía ilusa<br />

de saberlo todo ya, al precio que sea, aunque ese precio sea encerrar nuestra mente -como el avestruzen<br />

el hoyo de nuestros planteamientos simplistas can pretensión de absoluto” (Orellana; Romero, 1997).<br />

Algo así como una dimensión ética de la metaética.<br />

Algunos modos de ver la ética<br />

La moralidad de las acciones humanas, que se asigna a la consciencia moral, puede considerarse<br />

dependiendo de dos elementos. En primer lugar lo que los griegos llamaban ‘areté’ (virtud o excelencia),<br />

que es una orientación normativa interior de búsqueda de la perfección, de autorrealización personal,<br />

de los profundos deseos de búsqueda del bien, la verdad y la belleza, de vivir mejor, de aquello por lo<br />

cual tiene sentido la vida. Esa aspiración a los más grandes horizontes está detrás de nuestros motivos<br />

e intenciones profundos; aunque otra cosa bien diferente es que podamos explicar esa tendencia.<br />

El segundo elemento es la libertad, que no sin la dura carga de condicionamientos psicobiológicos y<br />

socioculturales, es característica esencial del ser humano y de cuyo ejercicio, mediante el entendimiento<br />

y la voluntad, se desprende la responsabilidad de las acciones, y por lo tanto su valoración moral. ¿Pero<br />

responsable de qué? Nuestros actos tienen repercusiones en los demás, aun los más recónditos, porque<br />

forman o deforman nuestro carácter. Tenemos libertad para amar o para ser egoístas, para hacer el bien<br />

o hacer el mal, para ser auténticos o para mentirnos. Somos, pues, responsables de lo que nuestras<br />

acciones produzcan en los demás, y somos responsables de lo que produzcan en nosotros mismos,<br />

porque nuestra estructura antropológica nos exige ser más, ser mejores, como antes decíamos, y somos<br />

más en la medida en que amemos, soñemos, luchemos. Una impresión en nuestra conciencia moral,<br />

también difícil de explicar, pero fácil de experimentar, es que cuando eso hacemos nos sentimos<br />

felices. Más adelante veremos que la ética presupone una antropología. Una reflexión crítica de lo<br />

UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La Universidad Católica de Loja 181

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