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7. Solucionario

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174<br />

Guía didáctica: Ética<br />

VIII. > : APROXIMACIÓN HISTÓRICA E INSTITUCIONAL<br />

UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La Universidad Católica de Loja<br />

ANEXOS<br />

El concepto de profesión en sus orígenes, como mostró Max Weber > 52 , sobre todo en su sentido<br />

alemán ( Beruf ), posee una importante reminiscencia religiosa: la idea de una misión encomendada<br />

><br />

por Dios, según la cual cada hombre había de seguir su llamada ( vocación ) en las tareas específicas<br />

><br />

de su circunstancia laboral, impregnándola de un fuerte carácter religioso-moral. Fue sobre todo el<br />

protestantismo quien le concedió un sello claramente ético-religioso a cada profesión, hasta el punto<br />

de que proponía sentir como un deber el cumplimiento de las tareas específicas profesionales a las que<br />

Dios había conducido a cada uno a través de su historia personal. El trabajo, gracias al protestantismo<br />

y en contraste con la tradición católica, adquiría así un sentido sagrado que implicaba una exigencia<br />

moral: el cumplimiento en el mundo de los deberes que a cada cual impone la posición que ocupa<br />

><br />

se convierte no sólo en la prueba del amor al designio que Dios ofrece o concede a cada uno (sentido<br />

religioso), sino cada vez más en la manifestación patente de amor al prójimo, de servicio a los demás<br />

(sentido ético).<br />

Bien es verdad que en nuestro contexto secularizado ha perdido vigencia para la mayoría<br />

el sentido religioso de la profesión, sin embargo, las profesiones más relevantes mantienen en sus<br />

juramentos, códigos y reglas básicas un sentido moral de la profesión, que aunque se adaptan histórica<br />

y culturalmente, prevalece en ellos el deber fundamental de trabajar buscando prioritariamente el bien<br />

de los demás antes que el propio. Este principio moral no por más antiguo es menos válido, hasta el<br />

punto de que la dignidad de toda profesión radica en la mayor conciencia que se posee de servicio a la<br />

sociedad, como lo prueba el hecho de que tal concepción > encabeza prácticamente todos<br />

los códigos deontológicos existentes de las más variadas profesiones. En estas reflexiones introductorias<br />

se supone como válido el intento de asociar al máximo el sentido auténtico de la profesión con el de<br />

la realización de unos deberes sociomorales, sin menospreciar por ello otros rasgos que caracterizan al<br />

proceso institucional de la mayoría de las profesiones 54 .<br />

El proceso diversificador de las instituciones sociales que la complejidad de la industrialización y<br />

urbanización ha fomentado durante este siglo, como han puesto de relieve prestigiosos sociólogos55 , ha<br />

originado un significativo número de profesiones y especializaciones que, a pesar de todo, se presentan<br />

ante la sociedad como sus servidores por encima de intereses corporativos o privados. La mayoría de<br />

las profesiones se han concebido a sí mismas con una fuerte carga moral y han querido recurrir a la<br />

52 M. Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Península, Barcelona, 1979, Cap. III. Agudas reflexiones<br />

de Weber sobre la función política y la responsabilidad moral de la profesión periodística se encuentran en El político y el<br />

científico, Alianza, Madrid, 1981, pp. 117 ss.<br />

53 M. Weber, op. cit., p. 90. Este sociólogo no duda en considerar que la valoración ético-religiosa de la vida profesional<br />

constituye una de las más sobresalientes aportaciones de la Reforma: Lo propio y específico de la Reforma, en contraste con<br />

><br />

54 Alguno de estos rasgos necesarios para que pueda hablarse con propiedad de una profesión con legitimidad social, además<br />

del código deontológico que exprese su conciencia de responsabilidad moral, serían los siguientes: a) la delimitación de un<br />

campo específico de actividad para responder a las necesidades sociales que explican el surgimiento de una profesión; b) la<br />

adquisición de una cualificada preparación, conocimientos teóricos y capacidades técnicas, a través de las correspondientes<br />

instituciones educativas durante un período de formación; c) la dedicación exclusiva, y con un cierto carácter excluyente, a<br />

su profesión, obteniendo de ella la correspondiente retribución. De estos rasgos, y algunos más, como veremos después, se<br />

puede extraer una aceptable definición de lo que es, en sentido estricto, una profesión. Sobre este particular: J. Cordero,<br />

> , Cuadernos de Trabajo Social, 1 (1988), pp. 15-34; A. Hortal, Ética delas<br />

><br />

55 Por ejemplo: E. Durkheim, La división del trabajo social, Akal, Madrid, 1982; T. Parsons, Estructura y proceso en las<br />

sociedades modernas, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1966, y El sistema social, Ed. Revista de Occidente, Madrid,<br />

1976; P. L. Berger, Un mundo sin hogar. Modernización y conciencia, Sal Terrae, Santander, 1979 (con B. Berger y H. Kellner);<br />

D. Bell, El advenimiento de la sociedad postindustrial, Alianza, Madrid, 1976. Sobre las variadas y complejas implicaciones<br />

del proceso de modernización en la vida moral, política y religiosa de los hombres: E. Bonete, La faz oculta de la modernidad,<br />

Tecnos, Madrid, 1995.

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