7. Solucionario
7. Solucionario
7. Solucionario
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ANEXOS Guía didáctica: Ética<br />
responsabilidad social en unos determinados códigos, no por azar denominados deontológicos. En el<br />
campo de la ética, claramente desde Kant, unas normas son consideradas como morales, cuando no<br />
son impuestas y dictadas heterónomamente al sujeto implicado en su obediencia, sino que él mismo las<br />
concibe y las asume como propias y buenas, y por ello las obedece; de igual forma las normas y deberes<br />
profesionales recogidos en un código serán morales cuando no constituyan puras imposiciones dictadas<br />
desde fuera ( > ) a unos profesionales (a los periodistas), sino cuando sean dictadas y<br />
asumidas desde dentro ( > ) de los profesionales (de los periodistas), y consideradas por<br />
ellos mismos como normas morales 38 en cuanto explicitan su propio éthos profesional y concretan su<br />
particular manera de percibir el > a fin de llevar a término las funciones y los objetivos que las<br />
colectividades –y ellos mismos—demandan.<br />
V. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA: BASE ÉTICO-ANTROPOLÓGICA DE LAS DEONTOLOGÍAS<br />
Según lo dicho más arriba, sólo afirmando > como constituyente intrínseco, tanto del<br />
deber como de la virtud, se posee el punto de referencia que justifica moralmente una norma y un<br />
acto, es decir, aquella se convierte en norma moral y éste en acto virtuoso cuando expresan ambos<br />
el > . Por tanto, el problema de lo que es el > constituye, a mi<br />
juicio, no sólo la cuestión fundamental de la ética filosófica, sino también el objetivo primordial de<br />
la ética profesional que busque orientar mínimamente, a través de normas, valores y virtudes, la vida<br />
moral de una profesión. Y éste es un difícil reto (excesivamente olvidado en nuestra sociedad y en el<br />
pensamiento actual) tanto de la teoría ética como de la ética profesional: el desvelamiento y la defensa<br />
de lo que es incondicionalmente bueno.<br />
¿Y qué es aquello a lo que podemos denominar > o > ? En<br />
verdad la respuesta a esta pregunta ha supuesto históricamente el desarrollo de diferentes sistemas<br />
éticos desde sus orígenes griegos hasta las más destacables filosofías del siglo XX, que aquí no podemos<br />
ni siquiera sintetizar. No obstante, considero que a pesar de todas las dificultades teóricas (de carácter<br />
epistemológico e incluso metafísico) que supone afirmar la realidad del > , hay que indicar<br />
sin reservas que en nuestro actual contexto sociocultural, heredero de la Ilustración, es la dignidad<br />
de cada persona lo que constituye justamente aquel bien incondicional que siempre, en todas partes<br />
y por todos los hombres, debe ser, no sólo admitido, sino garantizado jurídicamente y defendido<br />
políticamente. Es la dignidad del hombre el mayor bien incondicional, aquello que debe constituir<br />
el núcleo principal de toda ética filosófica y de toda deontología profesional que se precie. La piedra<br />
angular sobre la que ha de apoyarse toda la cultura intelectual, jurídica y política de nuestro mundo<br />
occidental es, sin duda, la defensa y salvaguarda de la dignidad de la persona. Su valor absoluto e<br />
innegociable se convierte por todo ello en el filtro desde el que cabe juzgar como morales los actos,<br />
los valores y las normas; aquéllos han de generar virtudes, los valores se han de realizar, y las normas<br />
obedecer, porque respaldan, persiguen y fomentan la dignidad de todo hombre. Se podría incluso<br />
afirmar que es tal dignidad sin precio el > que ha de ser querido por sí mismo,<br />
concebido como el más elevado, preferible antes que ninguno, y al que todos los otros bienes y<br />
derechos han de supeditarse.<br />
Por otra parte, esta afirmación de lo que se considera bueno incondicionalmente (la dignidad de<br />
toda persona), dada su abstracción y generalidad, propias de todo principio ético-filosófico, requiere<br />
siempre, en la profesión periodística, como en cualquier otra, algún tipo de concreción en leyes y<br />
deberes (dimensión normativa-deontológica de la moral), en ideales culturales, valores morales y fines<br />
sociales (dimensión teleológica-axiológica de la moral), y en virtudes o hábitos a adquirir a través de<br />
38 Sobre la búsqueda de la moral y jurídica en la profesión periodística destacan, entre otros, el ya antiguo<br />
libro de J.M Desantes, El autocontrol de la actividad informativa, Ed. Cuadernos para el Diálogo, Madrid 1973, y la reciente<br />
publicación de P. Lucas Murillo. El derecho a la autodeterminación informativa. Tecnos, Madrid, 1990.<br />
UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La Universidad Católica de Loja 169