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Juan de Amesti Mendizabal
Por otro lado, la Iglesia de San Juan de Molinar en Gordejuela tiene una reja que cierra
parcialmente el baptisterio (Figs. 1101-1116). La reja está apoyada sobre un zócalo de piedra.
El cuerpo de barrotes está integrado por barrotes de tres peras (Fig. 1110), aunque los
barrotes extremos y uno intermedio están cincelados con un motivo extremadamente original
y complejo, puesto que incluyen detalles que recuerdan a los de alcachofa, otros simulan
copas, etc. . (Figs. 1106 y 1107). Asimismo, hay un friso de complicada ejecución, que está
animado por clavos variados y volutas y sustenta la crestería (Figs. 1108 y 1114). Esta está
presidida por un motivo central con el anagrama de Jesús IHS (Fig. 1111), flanqueado por
sendos esquemas de S (Fig. 1113). En los extremos aparecen enmarcados motivos de la
Pasión del Señor, ejecutados con tal precisión que la tenaza y el martillo parecen de uso
(Fig. 1110). Esta reja, que es la menor de Las Encartaciones, posiblemente no fue ejecutada
para el lugar en el que está ubicada. A esta conclusión nos induce el hecho de que el barrote
principal y el motivo central de la crestería no están alineados y tengan un ligero descentramiento.
Asimismo, la curvatura del arco ha obligado a eliminar parte de uno de los motivos
laterales de la crestería (Fig.1101).
La iglesia de Santa Cecilia en Santecilla en Carranza presenta una reja encargada a finales
del siglo XVII por D. Juan Prieto de Ahedo (t 1715). Esta reja, que cierra la capilla de su
fundador, está dedicada a San Juan Bautista (Figs. 1716 y 1718). La reja se compone de tres
cuerpos de barrotes de alcachofa (Figs. 1721 y 1723). El inferior apoya sobre zócalo de piedra
y contiene la puerta de dos hojas en el centro. Barrotes de doble alcachofa de apreciable
diámetro flanquean la puerta central y los extremos del conjunto. Estos barrotes están rematados
por capiteles de formas hojosas. El cuerpo intermedio es similar al anterior, aunque
lógicamente carece de puerta.
Ambos cuerpos están rematados por frisos, animados por molduras arquitectónicas realizadas
con gruesas pletinas y decorados con clavos con forma de flor (Figs. 1724, 1726 y 1727).
Por último, el cuerpo superior, que es semicircular, cierra totalmente la capilla, ya que está
encajado en la embocadura del arco (Fig. 1717). Este sector contiene barrotes dispuestos radialmente.
Estos barrotes tienen formas diversas: doble alcachofa, salomónicos y cilíndricos
(los dos últimos rematados en estrella) (Fig. 1720 y 1722).
El conjunto es rico y se encuentra en perfecto estado de conservación. Además, la capilla
guarda un interesante retablo.
La Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva en Carranza tiene dos rejas, que al igual que el
templo, fueron encargados por los testamentarios de D. Pedro Negrete y Sierra a finales del
siglo XVIII (Figs. 1696, 1698 y 1705). Ambas rejas son iguales y no cierran completamente
el hueco que protegen. Cada una de las rejas tiene sendos cuerpos iguales, aunque el inferior
tiene la puerta de ingreso. El cuerpo de barrotes es de doble pera (Fig. 1703), pero los que
enmarcan el acceso son de sección cuadrada (Fig. 1704). Ambos cuerpos están separados
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