santurtzi - Bizkaiko Batzar Nagusiak

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Forja Artística en Las Encartaciones de Bizkaia
Algunas puertas tenían tiradores similares a los de los edificios civiles (Figs. 1313, 1407 y
1751). En este apartado, destaca por la originalidad de su diseño el tirador de puerta de celda
del Convento de Santa Isabel de Gordejuela, puesto que es muy parecido a los de algunos
muebles del siglo XVI (Fig. 1046).
Hay que resaltar la variedad de las formas de los crisquetes, las bisagras y las bocallaves de
las puertas de las celdas del Convento de Santa Isabel en Gordejuela (Figs. 1036-1057).
Otra pieza interesante es la tranca con cerradura abultada de una puerta de dos hojas del
Convento de Santa Clara en Valmaseda (Fig. 1315).
Rejas exteriores
No presentan novedades respecto a los edificios civiles que acabamos de estudiar. En general,
las rejas de los edificios religiosos de Las Encartaciones no sobresalen respecto a los muros
del edificio, aunque hay más variedad de formas. En este sentido, las rejas de la Iglesia de San
Juan de Somorrostro son una excepción, puesto que están voladas. Estas rejas tienen barrotes
de doble pera y un copete, formado por un motivo central de cruz con terminaciones en forma
de flor de lis flanqueada por dos esquemas en S (Figs. 284-286).
Indudablemente, la reja exterior más importante es la que cierra la Capilla de San Antonio
en La Mella (Figs. 770 y 772). Este conjunto fue encargado por la viuda de D. Antonio de
Urrutia y Salazar en torno a 1700 para que fuera el panteón familiar. El conjunto de La Mella
recuerda bastante al cercano de El Berrón (Burgos) (Fig. 1930), puesto que ambos cuentan
con un palacio barroco y una capilla anexa con acceso a través de una reja.
La reja de la Capilla de La Mella presenta barrotes de doble pera y consta de tres cuerpos; el
último es semicircular y contiene dos cartelas y una panela (Figs. 773 y 775).
Esta ermita, que está en frente del Palacio de Urrutia, guarda un retablo barroco, dedicado a
San Antonio, y una figura orante de D. Antonio de Urrutia, realizada en piedra arenisca.
En la Iglesia de Santa María de Portugalete, hay una verja exterior que cierra uno de los vanos
de la sacristía. Esta sobria reja tiene gruesos barrotes -de sección cilíndrica- que atraviesan
pletinas de gran grosor. A pesar de la sencillez y, en cierto modo, tosquedad, de este ejemplo,
llama la atención el extraordinario desarrollo de los barrotes y las pletinas (Fig. 16).
Por otro lado, el convento de las Clarisas de Valmaseda es el conjunto que presenta mayor
variedad de rejas. Así, encontramos las típicas rejas de convento, formadas por barrotes de
cuadradillo macizo que al entrecruzarse forman una retícula muy cerrada (Fig. 1278); otras
rejas están presididas por barrotes de pera (Fig. 1287) y, por último, encontramos una curiosa
reja formada por barrotes de sección cuadrada, cuya sección disminuye hacia los extremos
y rematan en cuadradillo girado (Figs. 1283 y 1284).
Indudablemente, todos los edificios religiosos encartados poseen rejas exteriores, pero no
ofrecen novedades respecto a lo que hemos comentado. De todos modos, hay que citar por su