santurtzi - Bizkaiko Batzar Nagusiak

Juan de Amesti Mendizabal
en flechas (Ermita de La Mella) (Fig. 771) o en flor de lis (San Juan de Valmaseda) (Fig.
1375). Asimismo, merece ser destacado por su rusticidad el gallo de la veleta de la Iglesia de
San Miguel en Arcentales (Fig. 1395). Este motivo de sabor popular tiene larga tradición en
nuestro país, puesto que ya había sido utilizado por los árabes en las mezquitas.
El resto de las veletas de Las Encartaciones datan de hace menos de cien años.
Puertas exteriores
Las puertas son similares a las de los edificios civiles (Iglesia de San Esteban de Gordejuela)
(Fig. 1223), aunque normalmente tienen mayores dimensiones y en algunos casos tienen dos
hojas con profusa talla en madera. En este sentido, destacan las de las Iglesias de San Juan
en el barrio de Molinar en Gordejuela (Fig. 1078).
Por lo que se refiere a las piezas de herraje, tenemos que reconocer que son similares a
las de la arquitectura civil. De todos modos, conviene destacar los clavos de las Iglesias de
Santa María de Güeñes (Fig. 649) y San Juan de Molinar en Gordejuela (Fig. 1079), puesto
que descuellan por su tamaño. En general, todas las piezas tienen mayores dimensiones
que las de los edificios domésticos (cerrojo de la Iglesia de Santa María de Güeñes (70cm.)
(Fig 656); tranca de la Iglesia de Santa María de Güeñes (2’08 m.) (Fig. 660); bisagras
de la Iglesia de Santa María de Portugalete (105 m.) (Fig. 19), Iglesia de San Esteban de
Irazagorria (1´32 m.) (Fig. 1222), etc.. El trazado de los crisquetes, bocallaves, etc.. también
es similar, pero destacan por el diseño los refuerzos de la Iglesia de Santa María de
Portugalete (Fig. 18). Por otro lado, la cerradura de la Iglesia de San Juan de Molinar en
Gordejuela es una pieza excepcional, puesto que cuenta con tres cierres. El accionamiento
del primer cierre da paso al segundo que libera el cerrojo, que deja ver la bocallave del
último (Fig. 1080). En cuanto a los refuerzos merecen ser destacados los de la Iglesia de
San Miguel en Arcentales, puesto que no envuelven a la puerta -siendo el único caso de la
herrería encartada- (Fig 1402).
Puertas interiores
Las puertas interiores de las iglesias son similares a las de los edificios civiles y también
tienen cuarterones [Puerta de la Sacristía de la Iglesia de La Mella en Zalla (Fig. 777) y las
puertas de los conventos de Santa Clara de Valmaseda (Fig. 1301) y Santa Isabel de Gordejuela
(Fig. 1044)]. No obstante, hay excepciones destacables. Así, la Iglesia de San Miguel
de Arcentales tiene una puerta de comunicación con la sacristía en el propio retablo (Figs.
1409 y 1410). Esta puerta tiene tallado un motivo vegetal barroco muy recargado. Por otro
lado, la puerta de la sacristía de la Capilla del Palacio del Conde de Villapaterna en Carranza,
realizada en madera de nogal, destaca por la originalidad de su diseño y, además,
se da la circunstancia que está trabajada en ambas caras (Fig. 1761). Curiosamente, ambos
ejemplos tienen tres bisagras y el ejemplo carranzano tiene un excepcional picaporte.
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