santurtzi - Bizkaiko Batzar Nagusiak
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Forja Artística en Las Encartaciones de Bizkaia<br />
[Palacio de Artecona Salazar en Gordejuela) (Fig. 1246). Merece mención especial, las<br />
aldabillas con muelle del palacio de Portillo (s. XVIII) en El Callejo en Carranza por sus<br />
cincelados y escudos calados (Fig. 1610).<br />
Normalmente, había trancas para asegurar el cierre de las puertas balconeras. Había dos<br />
tipos de trancas: unas de gancho fijo (Fig. 1854) y otras con gancho móvil (Fig. 141).<br />
En algunos casos, las puertas de balcón y las contraventanas giraban por medio de pernios<br />
que permitian un fácil desmontaje [Palacio de Allende Salazar en el barrio de Irazagorria<br />
(Gordejuela) (Fig. 1193)].<br />
Puertas interiores<br />
Las puertas interiores de los siglos XVII y XVIII eran de cuarterones y tienen dos bisagras o<br />
pernios, un crisquete y, a veces, una cerradura (Figs. 198 y 317). Por el contrario, las puertas<br />
del siglo XIX eran atabladas (Fig. 951) o de pocos y grandes cuarterones (Fig. 410), tenían<br />
picaporte y, a veces, cerradura. El diseño del crisquete, similar a los de las puertas exteriores,<br />
variaba según la importancia de la dependencia [En este sentido ver los crisquetes de las<br />
puertas del Palacio de Colina (1763) en Lanestosa (Figs. 1861 y 1881)].<br />
Había tres tipos de sistema de funcionamiento de los crisquetes. La mayoría funcionaban<br />
mediante presión del pulsador [Palacio de Allendesalazar en el barrio de Irazagorria (Gordejuela)<br />
(Figs. 1189 y 1191)]. Otras veces el pulsador giraba en su eje que estaba en la parte<br />
superior del tirador [Palacio de Colina (1763) en Lanestosa (Figs 1864 y 1865)]. Por último,<br />
había crisquetes que funcionaban mediante el giro de una palanca, situada en la parte baja<br />
del tirador, de modo que el pulsador permanecía fijo [Palacio de Tueros en el barrio de San<br />
Pedro (Trucíos) (Fig. 1458)]. De todos modos, la solución más generalizada era la primera.<br />
Algunas puertas se cerraban con llave. En estos casos el dibujo de la bocallave era similar<br />
a los de las puertas exteriores, aunque las dimensiones eran menores (Fig. 847). Esto mismo<br />
ocurría con la llave (Fig. 848). Hay que destacar los calados de la bocallave de la puerta del<br />
“payo” del Palacio de Colina en Lanestosa (Fig. 1828).<br />
En el siglo XIX desapareció el crisquete como pieza de cierre y se generalizó el picaporte.<br />
Este ya existía del siglo XVIII. De este siglo datan algunos picaportes de extraordinaria belleza<br />
como los del Palacio de Alvarado en el barrio de El Valle en Muzkiz (Fig. 193). Los<br />
picaportes del siglo XIX eran mucho más sencillos [Palacio de Ubieta en el barrio de Zubiete<br />
(Gordejuela) (Fig 964)].<br />
Algunas puertas antiguas tenían tiradores de un tamaño aproximado de 10cm. con aspecto de<br />
pequeñas aldabas. En el siglo XIX, desaparecieron los tiradores. Estas piezas tienen una gran<br />
similitud con las de algunos muebles como los bargueños que lucían en sus tapas este tipo de<br />
herraje (Figs. 825, 933, 1123 y 1199). Es de destacar el tirador de una de las puertas -de claro<br />
carácter gótico- del Palacio de Oxirando en Gordejuela (Fig. 1131).