santurtzi - Bizkaiko Batzar Nagusiak
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Juan de Amesti Mendizabal<br />
Esta base, formada por un armazón de pletinas de hierro entrecruzadas, soporta un suelo<br />
de losas, que paulatinamente ha sido sustituido por otro de madera como consecuencia<br />
del deterioro ocasionado por el paso del tiempo (Figs. 109 y 181). Esta variante de base<br />
presenta faldones para tapar los cantos de las pletinas y las losas (Figs. 104 y 117). Unos<br />
son muy sencillos, mientras que otros más barrocos exhiben un motivo escaleriforme de chapa<br />
recortada decorada con clavos (Fig. 1393). Otro tipo es similar a los faldones de las bases de<br />
los púlpitos de las iglesias encartadas (Figs. 323 y 1296) (Veáse: Casa Gorostiza en Sopuerta<br />
y el púlpito de la Iglesia del Convento de Santa Clara en Valmaseda).<br />
Asimismo, son frecuentes los balcones, cuya base está formada por grandes piedras molduradas<br />
(Figs. 152, 206, 220 y 240). No obstante, hay que decir que las bases de los balcones<br />
erigidos en el siglo XIX son más sencillas y menos desarrolladas que las del periodo barroco<br />
(Figs 402 y 853).<br />
El tercer tipo de balcones presenta una base de tabla clavada a canes de madera. Estos canes<br />
son una prolongación exterior de las vigas del suelo del piso (Figs. 728 y 894). De todos modos,<br />
este tipo de balcón es muy escaso.<br />
El cuerpo de la barandilla está siempre formado por balaustres de hierro forjado, remachados<br />
en la parte superior e inferior a pletinas que se introducen en la pared. El balaustre<br />
más común es el denominado de pera. Es de sección circular de aproximadamente 22mm<br />
de diámetro, con anillos y un abultamiento en forma de pera. Su altura es aproximadamente<br />
de un metro (Figs. 1232 y 1681). Existe una gran variedad de barrotes de pera de<br />
acuerdo con la distribución de los anillos, el diseño de la pera, y el grosor -mucho menor<br />
en el siglo XIX-(Fig. 1534).<br />
Otros barrotes que suelen formar la balaustrada del balcón son los de doble pera (Figs 151,<br />
1668 y 1753). En este sentido destaca por su diseño el barrote de la Casa nº 14 de la calle<br />
Arena en Lanestosa (Fig. 1903).<br />
El balaustre de anillos, es decir sin pera, es mucho más escaso (Fig. 340).<br />
Posiblemente, el balaustre más frecuente tanto en los extremos del balcón como intercalado<br />
entre los barrotes es el de alcachofa (Fig. 265). El motivo de alcachofa se obtiene al cincelar<br />
un barrote de pera para obtener una forma hojosa. En algunos casos, el barrote de alcachofa<br />
presenta en la parte inferior sección cuadrada animada con sencillas muescas (Figs. 221 y<br />
1452). Este barrote también puede ser de doble alcachofa, ejecutado con gran destreza (Fig.<br />
335) o de forma tosca (Fig. 895). Otra de las múltiples versiones de este motivo es el existente<br />
en una casa en San Esteban en el Valle de Carranza cuyo motivo está formado por unos sencillos<br />
cincelados sobre un balaustre de pera (Fig. 1665). Este mismo caso está presente en el<br />
solar de Ybarra en Gordejuela (Fig. 989). Otro balaustre de gran calidad es el de alcachofa<br />
y copa (Figs. 11, 119, 732 y 764).<br />
Por último, merece mencionarse por su rareza los del balcón lateral del Palacio de Treto<br />
en Muzkiz (Fig. 166). Lo mismo sucede con el barrote de la Torre de La Laguna en el Valle<br />
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