UNIVERSIDAD DEL BIO-BIO - Universidad del Bío-Bío

La curva de los costos totales de la calidad tiene un punto de mínimo. Este
mínimo no es sencillamente un concepto filosófico; el mínimo tiene significado y
aplicación práctica. La aplicación del modelo divide la curva de los costos totales de
la calidad en tres zonas. Estas zonas pueden identificarse en función de los distintos
tipos de costo que componen los costos totales de la calidad, como sigue:
Zona de mejora de la calidad: Parte izquierda de la figura. La característica
diferencial de esta zona es que los costos por fallas constituyen más del 70% del
total de costos de la calidad, mientras que los de prevención están por debajo del
10% del total. En estos casos, la experiencia ha demostrado que pueden
conseguirse proyectos de mejora beneficiosos.
Zona de perfeccionismo: Parte derecha de la figura; se caracteriza por el hecho de
que los costos de verificación exceden a los costos por fallas. Ahora los proyectos de
mejora han de consistir en descubrir y eliminar los costos indebidos del
perfeccionamiento. Estos puede hacerse con programas tales como:
� Estudiar el costo de detectar defectos en comparación al perjuicio que se
produciría si no fueran detectados.
� Revisar las normas de calidad para ver si realmente “se hace lo que se dice
que se hace”.
� Ver si es factible reducir la inspección mediante el control da la capacidad del
proceso y manteniendo entre tanto la producción clasificada por su orden
cronológico de salida.
� Considerar la posibilidad de comprobar las decisiones a fin de reducir los
costos de inspección.
Zona de indiferencia (zona central de la figura): En esta zona se ha alcanzado o
aproximado al nivel óptimo de costos (costos por fallas y costos de prevención 50%).
De aquí nace necesariamente la siguiente pregunta: ¿cómo mantener este nivel
óptimo? La interrogante será respondida a través de la optimización de costos.
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