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Curros e Murguía: unha relación... 89
Outro tanto se di no “Discurso-contestación por el Sr. D.
Manuel Murguía” (ó Discurso de recepción do académico de
número José A. Parga Sanjurjo), Boletín de la Real Academia Gallega
n.º 16-17, 20/11/1907, traballo no cal estes tres poetas son colocados
unha vez máis nun lugar preeminente (e Curros é definido
como “poeta de cuerpo entero, de estro robusto”), deixando patente
o seu carácter de modelos ou referentes respecto dos restantes
escritores galegos, ó dicir que: “Galicia tendrá siempre que poner
en primer lugar el nombre de estos tres inspirados, tendrá que
amarlos con amor eterno, porque ellos expresaron con una fuerza,
verdad y galanura sin igual, la vida de nuestro pueblo, las penas sin
límites que les abruman y el coro de esperanzas que vinieron a animarle
en estos momentos de redención para todos los afligidos (...)
Y si se ha de constituir la nueva sociedad con sólidos fundamentos
(...) forzoso es contar con ese pasado como con un elemento
primario (...) Separarse de esa fecunda corriente es separarse
de la mitad de uno mismo”.
Unha nova manifestación da querencia de Murguía por
Curros atopámola no “Prólogo” á 2ª edición de En las orillas del Sar
(1909), no cal o distingue coa súa predilección e defíneo como un
ser xemelgo da súa muller: “Aquel inmortal amigo, por mi desgracia
también recién enterrado, e inolvidable su memoria en mi corazón,
Curros Enríquez, que con ella compartió más tarde el triunfo
y el dolor de los hostigados por la suerte, amaba la obra de Rosalía
Castro como la de un precursor y de una hermana. Honrando su
alma de poeta, la anteponía á la suya, cuando en realidad eran dos
seres gemelos que, heridos por una misma mano, habían soportado
igual carga”.
En “La poesía gallega en el siglo XVII”, pola súa parte (traballo
incluído en Desde el cielo, 1910), cítaos unha vez máis como
integrantes do grupo que iniciou o renacemento da poesía rexional
e exemplos do que el chama “actual florecimiento de nuestra poesía”,
referíndose a eles como “dueños de una más adecuada expresión
de los sentimientos, de una forma impecable, de una intensidad
y vigor de la inspiración hasta entonces desconocida”.