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536 Antonio Piñeiro
que o seu pai Benjamín Martínez lle mercara a Sofía Curros pasa á
propiedade de Jesús González Campos.
A parte que se describe é a seguinte:
Los pisos bajo y primero de la parte izquierda entrando, de la
casa llamada de Curros, sita en la calle de Curros Enríquez, número
treinta y siete de esta villa de Celanova, perteneciendo la otra parte de
casa al Centro Gallego de la Habana. La planta baja comprende cuatro
departamentos destinados uno a vivienda y los restantes a cuadras,
bodega y leñeras. El piso primero comprende cinco habitaciones, y al
final de estas otra destinada a servicios higiénicos que pertenece en
comunidad a doña Peregrina Martínez y a la Entidad propietaria de la
otra parte de casa, existiendo también un patio de unos treinta metros
cuadrados, que pertenece proindiviso al Centro Gallego de la Habana
y a doña Peregrina Martínez. Al fondo existe una huerta de dos áreas
y setenta y tres centiáreas. Ocupa la parte edificada que se permuta,
unos sesenta metros cuadrados. Linda en conjunto, derecha entrando,
la otra parte de casa propiedad del Centro Gallego de la habana y casa
de don Alfonso Fernández, izquierda, callejón y huerta propiedad de
dicho Centro Gallego, fondo, de herederos de Manuel Sánchez y
frente calle Curros Enríquez.
10 de decembro de 1952. Nace o Patronato “Pro-casa de Curros
Enríquez”: Froito, posiblemente, da calor do centenario, un ano
despois desta celebración nace en Ourense o “Comité-Patronato
Pro-Casa Curros Enríquez” co obxectivo fundamental de “adquirir
totalmente la casa en que nació Curros Enriquez”, para “darle el
destino que más convenga: escuela, biblioteca, museo, etc..”,
segundo expresan nos estatutos fundacionais.
Este primeiro Patronato estaría composto por Manuel
Rodríguez Alonso en calidade de alcalde vixente do Concello de
Celanova, que exercerá como presidente, como vicepresidente José
Fernández Gallego, como secretario Constantino Añel González,
como tesoureiro Víctor Zorelle González e como vocais o mestre
nacional Daniel González Rodríguez e o procurador Clodomiro
Rodríguez Fernández.
Cabe salientar que naqueles estatutos primeiros, entre
outras singularidades, os seus redactores quixeron que o Patronato