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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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91 Roxana Recio<br />

“Mira Asuero en qué manera<br />

el su amor le va tratando:<br />

<strong>de</strong>xó la muger primera<br />

por más paz <strong>con</strong> la postrera,<br />

y así anduvo mendigando;<br />

<strong>de</strong>l un nudo se liberta,<br />

<strong>de</strong>l otro se haze esclavo,<br />

y tal malicia cubierta<br />

es como sacar <strong>de</strong> puerta<br />

un clavo <strong>con</strong> otro clavo.<br />

El rey Asuero por ser muy po<strong>de</strong>roso señoreó <strong>de</strong> la India inferior hasta la Ethiopía, en el<br />

cual medio avía veinte y siete provincias a él sometidas. Éste era casado <strong>con</strong> una muy hermosa<br />

muger llamada Vasti, <strong>de</strong> la cual era sobremanera enamorado. Don<strong>de</strong> acaesció que el año tercio<br />

<strong>de</strong>l su reinar Asuero hizo un grandíssimo <strong>con</strong>vite a <strong>los</strong> príncipes <strong>de</strong> Persia y Media, y a <strong>los</strong><br />

prefectos <strong>de</strong> otras provincias, y también <strong>con</strong>vidó a todo el pueblo <strong>de</strong> aquella principal cibdad<br />

suya llamada Susa, y or<strong>de</strong>nó que este <strong>con</strong>vite durasse siete días según su costumbre antigua. El<br />

séptimo día <strong>de</strong>l <strong>con</strong>vite acaesció [fol. xxx v] que el rey Asuero estava algo más alegre que<br />

acostumbrava, y mandó a <strong>los</strong> eunucos suyos que traxessen allí la reina Basti, la cual, como le fue<br />

propuesta la voluntad <strong>de</strong>l rey, respondió que no quería; y el rey oyendo la tal respuesta, enojose<br />

mucho, principalmente porque quería mostrar a <strong>los</strong> <strong>con</strong>vidados la hermosura <strong>de</strong> la reina. Y<br />

estando por esto muy airado, tomó <strong>con</strong>sejo <strong>con</strong> siete príncipes <strong>de</strong> Persia y <strong>de</strong> Media que allí<br />

estavan, llamados Darsema, Setharo, Taesiso, Admata, Mares, Marsana y Manuchia, qué cosa les<br />

parescía sobre aquella inobediencia se <strong>de</strong>vía hazer. Respondió Manuchia que su parescer era,<br />

pues la injuria se avía hecho a <strong>los</strong> <strong>con</strong>vidados también como al rey, que ella fuesse privada <strong>de</strong>l<br />

reino y puesta otra en su lugar, porque <strong>con</strong> exemplo <strong>de</strong> ella no fuesen otras mugeres<br />

<strong>de</strong>sobedientes a sus maridos. Parescioles a todos muy justa esta sentencia, y acordó Asuero <strong>de</strong><br />

poner esto en execución. Mas porque <strong>los</strong> eunucos <strong>con</strong>oscían que el rey amava mucho a Vasti y<br />

que prestamente se tornaría a ella si luego no le traían otra, acordaron <strong>de</strong> dar el cargo <strong>de</strong> ello al<br />

principal eunuco, llamado Egeo. El cual puesto en buscar <strong>con</strong> mucha diligencia donzellas por el<br />

reino, llegó a una cibdad llamada Sussis, don<strong>de</strong> halló una donzella hebrea muy hermosa y sin<br />

parientes llamada Hester, que estava en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un viejo tío suyo llamado Mardocheo; así que<br />

tomándola la levó al rey. Y cotejadas <strong>con</strong> todas las otras, le paresció al rey sin comparación más<br />

hermosa, y así la tomó por muger y la <strong>con</strong>stituyó por reina; a la cual amó tanto que en muy poco<br />

tiempo puso en olvido a la primera muger llamada Basti.<br />

Segundariamente es <strong>de</strong> saber que <strong>con</strong> mucha razón dize nuestro poeta que, como un clavo<br />

saca otro, así un amor a otro, lo cual pone por singular remedio <strong>con</strong>tra el amor, porque <strong>de</strong>l amor<br />

nasce una <strong>de</strong>lectación, la cual induze al hombre la costumbre; y <strong>de</strong> aquí se <strong>con</strong>vierte en natura,<br />

según la sentencia <strong>de</strong> Avenruiz en el primero y séptimo <strong>de</strong> la Phísica. Porque cuando el hombre<br />

ama una sola cosa, es por fuerça que en aquella juntamente esté affixada la fantasía y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />

la possesión <strong>de</strong> ella, mas, cuando se muda a amar otra, entonces olvida la passada, como no<br />

pue<strong>de</strong> el ánimo estar atento a dos obgetos <strong>de</strong> amor <strong>con</strong> igual querer y benivolencia, así como se<br />

muestra en el octavo <strong>de</strong> la Éthica; y es esta la comparación que, como el río repartido en muchas<br />

acequias uno por otro se disminuye, así también el <strong>de</strong>seo repartido en diversos <strong>de</strong>sseos viene a<br />

menguar el uno por ocasión <strong>de</strong>l 103 otro. Y así el amor <strong>de</strong> Asuero <strong>con</strong> la reina Vasti, repartido<br />

103 <strong>de</strong>l: R “<strong>de</strong> el”.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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