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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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88 Roxana Recio<br />

xxx; y si no la acertavan, le diessen a él el mismo precio que él dava a todos. Los tantnatos<br />

respondieron que eran <strong>con</strong>tentos, por eso que preposiese su pregunta, y Sansón dixo así: “Del<br />

que comió salió manjar, y <strong>de</strong>l fuerte salió dulçor”. Los tantnatos, como no acertavan en lo que<br />

era, dixeron a la mujer <strong>de</strong> Sansón que supiese <strong>de</strong> su marido qué era la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> aquello; si<br />

no, que la prometían <strong>de</strong> quemarle la casa y <strong>de</strong>struir toda su parentela. La mujer, como se vio<br />

amedrentada, importunó al marido que se lo dixese, lo cual le dixo por hazerla plazer; y como<br />

ella lo supo, luego lo <strong>de</strong>claró a <strong>los</strong> otros, a don<strong>de</strong> viniendo el séptimodía vinieron aquél<strong>los</strong> y<br />

dixeron a Sansón: “¿Qué cosa más dulce que la miel, ni que más fuerte la ay que león?” Y<br />

Sansón oyendo aquello les dixo: “Si vosotros no oviésse<strong>de</strong>s arado <strong>con</strong> la mi vaquilla, no me<br />

<strong>de</strong>satára<strong>de</strong>s la pregunta”. Y muy enojado, <strong>de</strong>xó a su muger y se tornó a casa <strong>de</strong> su padre <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> pagar la apuesta <strong>de</strong> las treinta camisas y treinta vestiduras, las cuales avía él tomado a xxx<br />

hombres que mató en Ascalona. Como la suegra vio partir a Sansón su yerno airado, acordó <strong>de</strong><br />

casar su hija <strong>con</strong> otro mancebo natural <strong>de</strong> allí que la amava mucho. Passados algunos días tornó<br />

Sansón <strong>de</strong>senojado a ver a su muger, y entrando en casa topó su suegro; y queriendo entrar<br />

don<strong>de</strong> estava su muger, no le <strong>de</strong>xó entrar diziéndole que se fuesse, porque ya avía casado a su<br />

hija <strong>con</strong> otro, viendo cómo él se avía enojado <strong>con</strong> ella. Sansón entonces dixo: “Agora soy yo <strong>de</strong>l<br />

todo escusado si, en cuanto pudiere, hago daño a <strong>los</strong> philisteos”. Y así se partió, y discurriendo<br />

por la comarca quemoles todos <strong>los</strong> panes. Como <strong>los</strong> philisteos supieron esto, fueron a casa <strong>de</strong> su<br />

suegro y, poniéndole fuego a la casa, le quemaron <strong>con</strong> toda su gente y hazienda a causa <strong>de</strong><br />

Sansón. Lo cual como vino a noticia <strong>de</strong> Sansón, movido a gran dolor por el mal <strong>de</strong> su muger<br />

passada, <strong>de</strong>liberó hazer <strong>de</strong> esto la vengança, y metiose en una cueva es<strong>con</strong>dida, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> hazía<br />

gran<strong>de</strong>s daños a <strong>los</strong> philisteos. Y un día vino gran número a cercalle la 101 espelunca 102 por atalle,<br />

lo cual <strong>con</strong>sintió él porque juraron <strong>de</strong> no matarle, aunque le atassen. Mas como le levavan así<br />

atado, en llegando a un lugar llamado Maxilla <strong>los</strong> philisteos <strong>de</strong>scobrieron una celada y<br />

quisieronle matar, y él viendo esta traición hizo gran fuerça a las ataduras y quebrolas; y<br />

hallándose sin armas, tomó una quixada <strong>de</strong> asno, y <strong>con</strong> aquélla mató mil philisteos y hizo que <strong>los</strong><br />

otros huyesen. Vino <strong>de</strong>spués Sansón a una tierra llamada Gazán y, viendo allí una muger <strong>de</strong>l<br />

partido, entró a usar <strong>con</strong> ella, mas, como <strong>los</strong> philisteos lo sintieron, cerraron las puertas <strong>de</strong> la<br />

villa porque no se saliesse. Y Sansón sintiendo aquello, levantose a medianoche y, hallándose<br />

cerrado, <strong>de</strong>squició las puertas y levolas a cuestas hasta ponerlas encima <strong>de</strong>l monte <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong><br />

Ebrán.<br />

Últimamente amó Sansón a una muger llamada Dalida, a la cual prometieron <strong>los</strong><br />

philisteos grandíssimos dones si dava or<strong>de</strong>n que él viniese a sus manos <strong>de</strong> el<strong>los</strong> preso. Ella<br />

movida mucho por la cobdicia, preguntó muchas vezes a Sansón qué era la causa <strong>de</strong> tanta fuerça<br />

como tenía, a lo cual Sansón no quería respon<strong>de</strong>r la verdad, hasta que ella [fol. xxix v] un día <strong>con</strong><br />

muchas lágrimas le importunó tanto hasta que él, vencido <strong>de</strong> su falso amor, la dixo cómo toda su<br />

fuerça estava en <strong>los</strong> cavel<strong>los</strong>. Y por esto haziéndole Dalida un día más rega<strong>los</strong> que solía, se le<br />

adormeció en el regaço; y entonces Dalida tomó unas tigeras y tresquilole <strong>los</strong> cabel<strong>los</strong>. Don<strong>de</strong><br />

siendo <strong>de</strong>spués salteado por <strong>los</strong> philisteos y no teniendo las fuerças usadas, le fue forçado quedar<br />

en presión, y luego le fueron sacados <strong>los</strong> ojos; y así vivió muy miserablemente hasta que <strong>los</strong><br />

cabel<strong>los</strong> le tornaron a crescer. Y así sintiendo Sansón un día cómo las fuerças se le fortificavan,<br />

al tiempo que estavan haziendo sacrificio en el templo, y todos <strong>los</strong> philisteos estavan <strong>de</strong>ntro,<br />

llegose a tiento a un solo pilar sobre el cual estava fundado todo el he<strong>de</strong>ficio y, abraçándose <strong>con</strong><br />

101 la: B “<strong>con</strong>”.<br />

102 espelunca: “cueva”.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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