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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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49 Roxana Recio<br />

edificó <strong>de</strong> muy más nobles y fuertes edificios que primero estava. Después procuró <strong>de</strong> cobrar a<br />

Exíona <strong>de</strong> <strong>los</strong> griegos, no curando <strong>de</strong>las injurias passadas, mas <strong>los</strong> griegos no solamente no<br />

quisieron restituílla, mas aún injuriaron muy gravemente a Anthenor, que tal embaxada levava.<br />

Así que Príamo, muy sentido <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, juntó mucho número <strong>de</strong> troyanos, preguntándoles qué<br />

cosa sobre esto les parescía <strong>de</strong> hazer; al cual respondieron Héctor Heleno, y Casandra su hija, y<br />

Perithoo cavallero troyano que se quitasse <strong>de</strong> guerra, mas Paris, que ya estava en la casa real<br />

<strong>con</strong>oscido por hijo <strong>de</strong>l rey, <strong>con</strong>tó la promessa que Venus le avía hecho <strong>de</strong> darle la más hermosa<br />

muger <strong>de</strong>l mundo; dio por <strong>con</strong>sejo que se enviasse exército a Grecia para que, tomando alguna<br />

muger <strong>de</strong> estima, se cobrasse Exíona en su <strong>de</strong>scuento. Plugo a Príamo esta sentencia, y mandó<br />

que Paris y Eneas fuessen por capitanes <strong>de</strong> la armada. Partidos éstos <strong>de</strong> Troya según el<br />

mandamiento <strong>de</strong> Príamo y <strong>con</strong> vientos próperos llegados en la isla Citerea, llegó la fama a<br />

Helena <strong>de</strong> esta venida y <strong>de</strong> la hermosura <strong>de</strong> Paris. Por lo cual muy <strong>de</strong>sseosa <strong>de</strong> verle, tomó por<br />

ocasión <strong>de</strong> ir a hazer sacrificio a Venus, y partiéndose <strong>de</strong> Lace<strong>de</strong>monia vino a la isla don<strong>de</strong> Paris<br />

estava rezien llegado; así que mirándose Paris y Helena muy fixamente, cada uno loava la<br />

hermosura <strong>de</strong>l otro. Viendo Paris que sus volunta<strong>de</strong>s eran <strong>con</strong>formes, fuese a las naves a tomar<br />

armas y tornó al templo, y tomando arrebatadamente la gentil Helena la levaron a Troya.<br />

Sintiendo esto <strong>los</strong> griegos por gravíssima injuria <strong>de</strong>liberaron vengarse, y así juntaron gran copia<br />

<strong>de</strong> naves y mucha gente, y pusieron campo a Troya; en la cual guerra muchos reis y príncipes<br />

griegos murieron, y <strong>los</strong> troyanos fueron totalmente <strong>de</strong>struídos <strong>de</strong> tal manera, que <strong>con</strong> razón<br />

nuestro poeta dize que fue el mundo buelto <strong>de</strong> arriva abaxo a causa <strong>de</strong>l pastor Alexandro que<br />

Helena tenía <strong>con</strong>sigo, que <strong>de</strong>spués llamaron Paris como arriva <strong>de</strong>ximos.<br />

Prosigue nuestro poeta, y dize que entre las otras tristes compañas sintió a Enona llorar<br />

por Paris, y a Menalao por Helena, y Hermión por el su muy amado Orestes, y también vio<br />

llamar <strong>con</strong> afición Laodomía a su Protesilao; y junto <strong>con</strong> éstos vio cómo Argia amó a Poliniz <strong>con</strong><br />

más fe que la muger avarienta <strong>de</strong> Amphiarao a su marido, como veremos en la historia que <strong>de</strong> él<br />

<strong>con</strong>taremos.<br />

“Enona sentí llorar<br />

por Paris <strong>con</strong> tristes huestes,<br />

Menalao reclamar<br />

por Elena le <strong>de</strong>xar,<br />

y Ermión llamar a Orestes.<br />

Y timbién vi que llamara<br />

Laodomía Protesilao;<br />

Argia Poliniz amara<br />

<strong>con</strong> mejor fe que la avara<br />

muger <strong>de</strong>l Amphiarao.<br />

Cierto <strong>con</strong> gran razón se quexa quien es pagado <strong>con</strong> ingratitud <strong>de</strong> beneficios que en otro<br />

aya hecho. Y por esto Enona se dolía <strong>de</strong> Paris, porque cuando andava hecho pastor halló en la<br />

selva a Enona, la cual <strong>con</strong> mucho amor y fe muy pura le sirvió y le amó, usando <strong>con</strong> él <strong>de</strong> toda la<br />

liberalidad que en semejante lugar podía ser usada, mas in<strong>con</strong>tinente que fue <strong>con</strong>oscido por hijo<br />

<strong>de</strong>l rey y fue levado a la casa real pagó <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> Enona <strong>con</strong> olvido perpetuo. Mas ni por<br />

tanta ingratitud se le menguó a Enona el amor que siempre le tovo, ante mientras fue vivo nunca<br />

<strong>de</strong> su memoria se caía; y <strong>de</strong>spués que mataron a Paris, así como vio el cuerpo muerto se salió <strong>de</strong><br />

su seso y murió <strong>de</strong> dolor.<br />

Cuasi semejante experiencia <strong>de</strong> ingratitud tuvo Menalao <strong>de</strong> Helena, como quiera que<br />

pudo más en ella la vana hermosura <strong>de</strong>l adulterio que el amor verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l marido.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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