Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

464 Roxana Recio
que por verla entera clama
en su sancta compañía.
Es agora de notar que, queriendo micer Francisco sublimar a madona Laura según
costumbre de todo fiel enamorado, dize que ella será la primera entre todos los que se yrán a
rehazer. Donde se afirma por nuestro poeta aver purgatorio donde las ánimas se van a rehazer,
adonde permutan el estado que lievan, quando de este mundo passan, por la mácula que de
pecado lievan, por la qual mácula les es proybida la súbita entrada en la gloria hasta que se purga
de ella.
Pues queriendo agora mostrar cómo ay purgatorio, como tuvieron algunos malos el
contrario, diré primeramente del cielo y de las bodas de la vida eterna, a las quales nadie puede
entrar sin aquella cándida vestidura de la ynocencia, como testifica Sant Matheo al XVII.
Segundariamente es de pressuponer que, aunque el justo no caya al día siete vezes en
pecado, no puede evitar la mácula del pecado original, assí como fue arriva expresso; de la qual
es necessario que por pena se satisfaga allá divina justicia. Y si alguno dixesse que la passión de
Cristo fue suficiente medio a restaurar el pecado cometido y quitar la damnación eterna, y
allende de esto el baptismo fue bastante a quitar toda la mácula contracta de Adam, respondo
esto ser verdad en quanto a la culpa, mas no en quanto a la obligación de la pena; la qual, aunque
en los niños que mueren sin batismo no 958 sea “de sensu”, sino totalmente de daño, en los que
mueren baptizados es trasmutada en pena, aunque sea pequeña, porque en ellos no cayó pena de
daño, sino aquélla que digo por donde hazen su satisfación.
En el tercer lugar es de pressuponer que, aunque el hombre sea pecador, si se torna a
verdadera penitencia, passa seguro de las penas del ynfierno, assí como testifica Cristo en Sant
Juan al V capítulo quando dize: “Amen amen dico vobis quia qui verbum meum audit et credit ei
qui misit me habeat vitam eternam et in iudicium non veniet, sed transiet de morte ad vitam”.
Dize: “En verdad os digo que el que oye mis palabras y cree aquél que me embió, Dios Padre,
posseerá la bienaventurança y no será juzgada, y de esta muerte passará a la vida eterna”. Y al
tercio dize: “Sic Deus dilexit mundum ut filium eius unigenitum daret, ut omnis qui in ipso
crediderit non pereat, sed habeat vitam eternam”. Dize: “ Tuvo Dios tanto amor a los pecadores
del mundo que un solo Hijo suyo dio para la redemptión de todos los pecadores, para que todos
los que en Él creyeren no perezcan y alcancen la bienaventurança”. Y en San Matheo al VIII
confirmando el propósito escripto dize: “Misericordiam volo et non sacrificium. Non veni
vocare justos, sed peccatores ad penitenciam”. Dize: “Misericordia pido y no sacrificio, porque
yo no vine a salvar los justos, sino a remediar los pecadores que hagan penitencia”. La qual
misericordia se entiende quando Dios quiere perdonar al pecador XXVII vezes, donde se pone el
número determinado y infinido.
En el IIII lugar y último presupone la justicia divina distribuyda según diversos méritos; la
qual cosa no solamente es notoria por los sacros doctores, mas por los philósophos, oradores y
poetas. Pues por estos fundamentos es manifiesto y se puede concluyr por dos suficientes
razones yr a purgatorio a rehazerse. La una tomando un justo que no pecó mortal mas
venialmente y un pecador que sea grandíssimo convertido y muerto en estado de gracia, y que
entrambos sean muertos en un mesmo día, preguntan si ygualmente éstos suben al cielo o no.
Responden que, si podría dezir que es tanto meritoria la fe sola y contrición del pecador como la
fe y obras del justo, sería falsa la opinión de los theólogos si los no yguales tuviessen gloria
ygual, pues ponen aver en el cielo grados de gloria según el merecimiento de cada uno. Mas si
alguno dixesse que esta diversidad se entendía en la parte menor por aver más pecado en el
958 no: R “non”.
eHumanista 2012