Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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cuerpos, lo qual muy justamente dize nuestro poeta que tovieron freno y uso de muy templada
fortuna sin otra pompa ninguna, siendo conformados con la humildad. Bien lo demuestra Cristo
en Sant Juan al XIII, quando dize: “Exemplum enim dedi vobis ut, quem ad modum ego feci
vobis, ita et vos faciatis”. Dize: “Yo os di exemplo y dotrina para que, como yo lo hize con
vosotros, assí lo hagáys vosotros con vuestros próximos”. Esto dixo quando lavó los pies a sus
discípulos. La qual humildad y negación de pompa nos muestra la Yglesia en el baptismo
quando nos haze renunciar a Sathanás, y a sus pompas y sus obras; al qual propósito Cirillo
alexandrino in libro Tesaurorum dize: “Itaque, fratres charissimi, Christum imitemur, ut ipsius
oves necesse est non inflemur vento superbie ne forte serpens propter nostram contentionem nos
eiciat [fol. clxiii r] ut olim Evam de paradiso”. Dize: “Amados hermanos, pues somos ovejas de
Jesucristo, conviene que le sigamos sin sobervia, porque el diablo con su tentación no nos
engañe y eche de paraíso como a Eva nuestra madre”. ¡Pues quita, quita de ti esta pompa, y esta
presumptión nefanda, y la humana diligencia y usança perversa, usando bien de los bienes
siguiendo a Cristo de todo coracón! Y podrá con seguridad esperar aquella voz sacratíssima el
día del juyzio, que dirá: “Venite, benedicti patris mei, possidere paratum vobis regnum”. Dize:
“Venit, benditos del mi padre, y posseed el reyno del cielo que para siempre os está aparejado”.
Donde con los ángeles para siempre serán los buenos ciudadanos del cielo.
Añade agora nuestro poeta en los versos siguientes los propios los propios lugares de los
seys estados del ánima, diziendo que estos cinco Triumphos avemos visto acá en la tierra
figurados en las cinco variaciones del ánima, como dezimos la subjeción de la razón a la
voluntad, que fue Triumpho de Amor: y tras éste de Castidad, y Muerte, y Fama y Tiempo que
fueron triumphando el uno del otro, que son los cinco que avemos arriba puesto. Éstos vimos
acá en tierra, mas el sexto de la Eternidad tras el juyzio veremos, plaziendo a su infinita
misericordia en el cielo; y ansí en este estado de la medida eterna veremos muerto el tiempo y la
muerte juntamente, como dize agora:
Estos cinco Triumphos visto
acá abaxo en tierra avemos.
El sexto de gloria mixto,
quando plega a Jesucristo,
allá arriba le veremos.
El Tiempo muy sin ampara
veremos todo desecho,
y la Muerte muy avara
veremos muerta a la clara,
y el Tiempo muerto de hecho.
Siendo la fragilidad del mundo, y de las otras cosas sotopuestas al govierno de los cielos,
de tal natura que por ninguna manera son capaces de la eternidad, sólo la presencia de Dios es
aquélla que,viéndola por objecto sin otro impedimento, podrá darnos aquella medida eterna de
manera que la comprehendamos, o nos dará su omnímoda privación. Y por esto dize nuestro
poeta que este sexto Triumpho de la Divinidad veremos en el cielo, aviendo visto los cinco acá
abaxo; de donde es necessario que toda cosa produzida falte y venga a menos.
A lo qual dize “El tiempo muy sin ampara etc.”, devemos saber que después del día del
juyzio será muerto el tiempo; de donde no avemos de entender sino que tendrá un estado sin
ninguna mutación. Y por esto siendo quitada al tiempo la mudança, le será quitada toda
sucessión de cosas; e como el tiempo primeramente es ocasión de qualquier sucessión de
influencia y variación, y ansí será de la muerte, pues tendremos estados yncorruptos, de manera
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