Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

457 Roxana Recio
“Radix enim omnium malorum cupiditas est quam quidem appetentes erraverunt a lege et
inserverunt se doloribus multis”. Dize: “La cobdicia es raíz de todos los males y los que más se
meten en ella apártanse de la ley y razón, y házense sujetos a muchos trabajos y angustias”. Al
qual propósito dize Quinto Curtio: “Nichil nepharius est avaricia”. Dize: “No ay cosa peor que
la avaricia”. De lo qual los antiguos philósophos Crates tebano, Zenón euticense, Tales
milesio, 954 Anaxágoras clazomenio, Diógenes cínico, Bías prienense y otros muchos en el
Triumpho de Fama contados desecharon siempre las riquezas, así como ocasión de muchos
afanes y vicios. Y Elliguro spartano, como muestra Justino, en las sus leyes quitó todo uso de
oro y plata, assí como materia de todo mal y escándalo.
Últimamente quanto a la vanidad de los cuydados de los hombres y a su vano sudor, bien
lo muestra Salomón quando dize: “Vanitas vanitatum et omnia vanitas”. Dize: “Vanidad de
vanidades y todas las cosas son vanidad”. También Empedocles dezía que la mejor cosa que el
hombre podía hazer era despreciar las cosas que eran sin firmeza. De donde justamente se
hallarán engañados todos los que confiaron 955 en ellas, y llorarán juntamente con Boecio su mal
en el segundo De consolación contra sí mesmo, diziendo: “Heu primus quis fuit ille, auri qui
pondera tecti gemmasque latere volentes preciosa pericula fodit?”. Dize: “¿Quién fue el primero
que halló el oro encubierto? ¿Y quién halló las piedras preciosas ascondidas, precioso peligro?
Y así hallándose engañados, provarán la divina justicia según merecerán sus locos pensamientos.
Continúa una disposición que tendrán las ánimas, diziendo que delante Dios y todo el
mundo serán públicas las cosas secretas sin poderse nada encobrir, de manera que todo lo bueno
y malo de cada uno será manifiesto, sin poderse encobrir. Y vista allí toda conoscencia, será
quien juzgará según razón, porque tendrá conocimiento de ella; y dada la sentencia por Nuestro
Señor, yrán luego los buenos a la gloria, y los malos a la pena con tanta furia y priessa como las
fieras que se van esconder de miedo de los perros.
No será cosa cubierta,
por muy secreta que sea,
mas toda conciencia abierta,
buena o mala, descubierta,
que todo el mundo la vea.
Será allí quien juzgará
razón, por bien conocer,
y después caminará
cada qual do Dios querrá,
como fiera a se esconder.
La divina justicia y divina bondad ninguna cosa entiende dexar de dar la qual pueda
acrecentar más gloria a las ánimas bienaventuradas, y por contrario también entiende dar a los
malos toda la pena y confusión que será possible. Y porque las obras buenas serán para dar
gloria a sus hechores, y las malas darán vergüença y pena a los malos, por esto permitirá Nuestro
Redemptor que todas las conciencias malas y buenas se vean allí claramente, assí como nos lo
dize el apóstol en la segunda Ad Romanos al V capítulo quando dize: “Omnes enim nos
manifestari opportet ante tribunal Christi, ut referat unusquisque propria corporis, prout gessit
sive bonum sive malum”. Dize: “Conviene que todos parezcamos delante del acatamiento de
Dios, para que cada uno dé cuenta del bien o mal que ha hecho”. Y A los romanos al XIIII:
954 Tales milesio: R “milesio”.
955 confiaron: R “confiando”.
eHumanista 2012