Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

446 Roxana Recio
futuro. Por la qual cosa acaece que los hombres vulgares piensan que quando posseen los bienes
del cuerpo y los de la fortuna son bienaventurados, y otros que no tienen la lumbre de la fe
cathólica estiman que los bienes del ánimo son de más beatitud, principalmente el 936 hábito de la
sabiduría, como escrive Aristóteles en el VI de la Éthica y Cicerón en el II De los officios y en el
libro De amicicia. La qual imaginación y sentencia quánto sea falsa harto lo avemos mostrado, y
quanto a lo de la sabiduría mundana claro lo muestra Salomón ser todos en error quando en el
Ecclesiastés al II capítulo, queriendo mostrar la humana sapiencia ser señoreada del tiempo, dize
estas palabras: “Non enim erit memoria sapientis simpliciter et stulti in perpetuum. Et futura
tempora oblivione cuncta pariter operient”. Dize: “No será ygual la memoria y del loco para
durar siempre, aunque el largo tiempo a todas las cosas da fin”. Y así queda manifiesto no ser
esto la vera beatitud, y por tanto llama miserables, y sordos y ciegos a los que piensan en estas
cosas aver bienaventurança.
Pues agora aviendo ya mostrado la falsa opinión de los vulgares, descrive agora con una
digna reprehensión quál es el ser y manera de todos los que esto piensan, y después dirá quál á de
ser el objecto que an de tener ante los ojos. Y quánta sea la elegancia de nuestro poeta y la
ignorancia de aquéllos a quien reprehende claro se muestra en lo que dize.
Pues baste esto, y digamos lo que consiguiendo dize: “¡O, mortales, mirad que vuestro
objeto no deve ser el bien mundano, sino aquel inmenso Dios que mundo y elementos turba, y
rige y sosiega! Al saber del qual no yo sólo no lo alcanço, mas los ángeles son contentos de ver
una de mill partes y contino están con gran sed y grandíssimo deseo de recebir semejante merced
que aquélla”. Y pues es así, éste á de ser el blanco de vuestros pensamientos, donde siempre con
ellos avéys de tirar.
[fol. clvii v] En quien mundo y elementos
rije y turba por compás
estén nuestros pensamientos;
al cuyo saber atentos
no quedo solo detrás,
mas ángeles son contentos
de mil partes una ver,
y son sus entendimientos
deseosos y sedientos
de tal merced poseer.
Devemos saber que Dios es infinito, como lo muestra bien el philósopho in primo De
celo in De bona fortuna, XII de la Methaphísica, donde dize: “Movet enim per tempus infinitum
et non habet potenciam infinitam finitum”. E Sancto Anselmo lo confirma, y Athanasio, y Juan
Damasceno en las sus Sentencias diziendo: “Deus est sien principio principium primum
increatum ingenitum eternum infinitum ad infinita potens”. Dize: “Dios sin principio es
principio primero sin ser criado; sin ser engendrado es eterno infinito que puede hazer infinitas
cosas”. Asimesmo el Trimegisto quando dize: “Deus spera intellectuallis cuius centrum ubique
est circumferencia vero nusquam”. Dize: “Dios es una espera o redondez intelectual, y su centro
está en todo lugar, y el término de su comprensión 937 es sin término”. Y últimamente David
propheta al Psalmo CXLIIII diziendo: “Magnitudinis eius non est finis”. Dize: “No tiene fin su
grandeza”. Por esto no es comprehensible por el intellecto criado, siendo toda criatura solamente
936 el: R “al”.
937 comprensión: R “compension”.
eHumanista 2012