06.01.2013 Views

Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

445 Roxana Recio<br />

¡O, digna y excelente memoria! ¡O, singularísima fama <strong>de</strong> las ánimas bienaventuradas!<br />

¡O, quánto es digno nuestro excelentíssimo divino scritor <strong>de</strong> mucha alabança! ¡Callen Dites<br />

Cretense y Dares Troyano, Plinio, Salustio, Virgilio y Horacio! ¡Callen Homero, Séneca y<br />

Lucano, <strong>con</strong> todos <strong>los</strong> otros que escrivieron en <strong>con</strong>paración y <strong>de</strong>lante el aspecto <strong>de</strong> nuestro poeta,<br />

que escrivió el ser y hechos <strong>de</strong> las ánimas bienaventuradas y quál es la voluntad y el intelecto<br />

divino pre<strong>de</strong>stinante y retribuente en nosotros según nuestras obras! El qual no lee las cosas<br />

como <strong>los</strong> otros scriptores en general, mas nota cada cosa en particular sin <strong>de</strong>xar hecho ni dicho<br />

<strong>de</strong> nadie; <strong>de</strong> lo qual escrivió el libro <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l qual habla Moysén en el Éxodo al XXXII<br />

capítulo, Isaías al VIII, Daniel al XI, y Sant Juan en el Apocalipsis al capítulo XX. Pues este libro,<br />

don<strong>de</strong> son scritas todas las obras meritorias, estará siempre avierto <strong>de</strong>lante <strong>los</strong> bienaventurados<br />

para dalles más gloria; adon<strong>de</strong> mirando el un spíritu las obras <strong>de</strong>l otro, uno en otro tendrá la<br />

memoria <strong>de</strong> las suyas para siempre. Quandoquiera que una cosa es or<strong>de</strong>nada a un fin,<br />

<strong>con</strong>venientemente se nombra aquella cosa <strong>de</strong> su mesmo fin, y a este propósito dize el philósopho<br />

en el II <strong>de</strong> la Phísica: “Generatio est natura quia est vita in natura”. Dize: “La generación es<br />

naturaleza porque es camino <strong>de</strong> la natura”. Y por tanto siendo nosotros y nuestra vida or<strong>de</strong>nados<br />

a la bienaventurança, justamente se pue<strong>de</strong> llamar bienaventurada el ánima quando procura<br />

<strong>con</strong>seguir el fin para que fue criada, que es la gloria celestial, a la qual va partiéndose <strong>de</strong> esta<br />

vida y <strong>de</strong> las gentes <strong>de</strong> ella; la qual vida es verda<strong>de</strong>ramente una corriente y raudal muy<br />

apresurado, que no ay cosa que en correr presto se le pueda comparar, pues no ay cerrar <strong>de</strong> ojos<br />

que tan presto passe como passan <strong>los</strong> plazeres y gloria mundana. Pues bienaventurada es el<br />

ánima que en tanta hondura y velocidad <strong>de</strong> piélago sabe hallar vado para passar sin per<strong>de</strong>rse,<br />

llevando <strong>con</strong>sigo aquella vestidura <strong>de</strong> cándida ynocencia <strong>con</strong>signada a nosotros por la madre<br />

Yglesia, la qual <strong>de</strong>ve llevar ante el tribunal <strong>de</strong> Nuestro Señor, según la visión <strong>de</strong> Sant Juan al VII<br />

<strong>de</strong>l Apocalipsis quando vio la turba gran<strong>de</strong> estar <strong>de</strong>lante el torno en presencia <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>ro sin<br />

manzilla, vestidos todos <strong>de</strong> cándidas vestiduras.<br />

Después que el poeta en <strong>los</strong> versos superiores ha loado el estado <strong>de</strong> las ánimas beatas,<br />

dize agora la mísera <strong>con</strong>dición <strong>de</strong> <strong>los</strong> mortales, <strong>los</strong> quales estiman aver bienaventurança en las<br />

cosas transitorias, y exclama diziendo: “¡O, miserable gente vulgar, ciega <strong>de</strong>l todo <strong>de</strong> la lumbre<br />

<strong>de</strong>l entendimiento, que pone su fin y esperança en cosas que el tiempo <strong>con</strong> gran presteza las<br />

licua! ¡O, sordos a la sapiencia! ¡O, pobres <strong>de</strong> juyzio, pues <strong>de</strong>xáys la verda<strong>de</strong>ra esperança por la<br />

falsa que os engaña!<br />

¡O, ciega gente vulgar<br />

que sus esperanças pone<br />

en cosas que, sin dudar,<br />

lleva el tiempo a más andar<br />

y luego nos las traspone!<br />

¡Sordos, por cierto <strong>de</strong>snudos,<br />

falibles y <strong>de</strong>leznables, 935<br />

<strong>de</strong> seso y <strong>con</strong>sejo rudos,<br />

sin piedad enfermos crudos!<br />

¡O, mortales miserables!<br />

Por más claro entendimiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> versos que se siguen es <strong>de</strong> saber que dize el<br />

philósopho que <strong>los</strong> bienes son en tres maneras distinctos; <strong>con</strong>viene saber: bienes <strong>de</strong>l ánimo,<br />

bienes <strong>de</strong>l cuerpo, bienes <strong>de</strong> la fortuna. Y la sperança sabemos que tiene por objeto suyo el bien<br />

935 <strong>de</strong>leznables: R “<strong>de</strong>zlenables”.<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!