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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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444 Roxana Recio<br />

semejança, y entonce lo veremos cara a cara”. De manera que posseeremos el summo bien sin<br />

alguna mezcla <strong>de</strong> mal, el qual sólo el tiempo produze y mezcla; don<strong>de</strong> nuestro poeta toma el<br />

tiempo por cielo que se buelve, porque Dios por sí no pue<strong>de</strong> ser ocasión <strong>de</strong> algún mal, siendo<br />

summa perfectión. Y por tanto dize Sant Juan al I capitulo hablando <strong>de</strong> Dios: “Sine ipso factum<br />

est nichil”. Don<strong>de</strong> g<strong>los</strong>ando <strong>los</strong> theólogos dizen: “Nichil in pecatum”. De don<strong>de</strong> aunque sea<br />

Nuestro Re<strong>de</strong>mptor la prima ocasión <strong>de</strong> las cosas, como se prueva por Augustín in III De trinitate<br />

y por Aristótiles in II <strong>de</strong> Methaphísica, avemos <strong>de</strong> saber que, aunque Él como último fin mueva<br />

el universo, es atribuydo esto al cielo assí como a ynstrumento y ocasión segunda. Adon<strong>de</strong> el<br />

philósopho primo <strong>de</strong> la Metaura afirma este mundo inferior governarse effetualmente <strong>de</strong>l cielo, y<br />

<strong>de</strong>spués afirma que <strong>de</strong>l juyzio a<strong>de</strong>lante no se moverá más, y assí no serán más las segundas<br />

ocasiones, mas sólo la primera que es Dios. Pues <strong>con</strong>venientemente affirma el philósopho<br />

diziendo que el mal viene <strong>con</strong> el tiempo y <strong>con</strong> él se va, siendo el aci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l cielo, como ya<br />

<strong>de</strong>zimos por autoridad <strong>de</strong> nuestro poeta.<br />

También avemos <strong>de</strong> saber que en la octava espera es puesto un círculo <strong>con</strong>tenido entre<br />

dos trópicos, en <strong>los</strong> quales se haze el solsticio <strong>de</strong>l ynvierno y <strong>de</strong>l verano quandoquiera que el sol<br />

es llegado a el<strong>los</strong>; el qual se llama zodiaco, distinto en XII partes llamadas signos, según la<br />

semejança <strong>de</strong> aquel<strong>los</strong> animales que son allí anumerados. Y por este círculo o algo baxo <strong>de</strong> él se<br />

mueve el sol, passando <strong>los</strong> doze signos en espacio <strong>de</strong> un año; por lo qual, según la propriedad y<br />

complisión <strong>de</strong> aquél<strong>los</strong>, haze el sol generación en el mundo y en nosotros diversas qualida<strong>de</strong>s y<br />

dispusiciones. Y por tal que no tendrá más movimiento <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l juyzio dize el poeta que no<br />

tendrá el sol más alvergo en Tauro, ni Piscis, ni en otro signo, según que por el año discurren.<br />

Mas si alguno preguntasse si tomará sitio nuevo o, si no le toma, en dón<strong>de</strong> parará para<br />

estar siempre firme, respondo que no se moverá el sol <strong>de</strong> la spera don<strong>de</strong> está, ni se mudarán las<br />

partes <strong>de</strong>l zodiaco, mas sólo faltarán las qualida<strong>de</strong>s proporcionadas a la corruptión <strong>de</strong>l hombre, y<br />

el sol estará firme en el signo <strong>de</strong> Aries a lo que la verdad muestra, en el XV grado, <strong>de</strong>viendo 934<br />

Dios escojer para juzgar aquel mesmo día el qual escogió para encarnar y morir. Al fin esto<br />

juzgámoslo por razón referiéndonos a Sant Augustín, que dize: “Melius est dubitare <strong>de</strong> occultis<br />

quam litigare <strong>de</strong> incertis”. Dize: “Mejor es dudar en lo que no sabemos que porfiar en lo que no<br />

está <strong>de</strong>terminado”; como el maestro dize en el quarto <strong>de</strong> las Sentencias a la última distinción.<br />

Aviendo el poeta dicho lo passado, exclama dignamente cerca <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> las ánimas<br />

bienaventuradas, diziendo: “Bienaventurados aquél<strong>los</strong> que se hallan <strong>con</strong>stituydos en tal estado y<br />

tienen tal grado <strong>de</strong> tener sus nombres assentados en la eterna memoria, y bienaventurados<br />

aquél<strong>los</strong> que <strong>con</strong> sus buenas obras esperan passar seguros esta gran corriente tan peligrosa, la<br />

qual a muchos agrada tanto”.<br />

934 <strong>de</strong>viendo: R “<strong>de</strong>vidiendo”.<br />

[fol. clvii r] ¡O, quán bienaventurado<br />

quien en coro celestial<br />

se verá, o tiene grado<br />

que esté su nombre asentado<br />

en la memoria eternal!<br />

¡Dichoso quien halla el vado<br />

<strong>de</strong> este corriente raudal,<br />

el qual es vida llamado<br />

y <strong>de</strong> muchos tan loado<br />

que tienen por bien su mal!<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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