Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

430 Roxana Recio
la primera, que veríamos en poco tiempo acabarse muchas famas por pérdida o corrupción de
libros; la segunda, que siendo la vida más luenga se curarían menos los hombres de prolongarse
por fama, quando por la longura de vida en sí mesmos serían satisfechos.
Aviendo hasta agora nuestro excellente poeta contado las sentencias sobredichas, añade
al presente lo que él hizo, y en qué disposición se tornó, y qué obgecto le paresció después ver,
diziendo que, después de aver oído tan digno razonamiento, él le dio muy llena y indubitada fe
porque es devido a la verdad creer sin contradezir, y en esta consideración vio nuestra gloria
deshazerse ante el Tiempo como nieve ante el sol; y que vio llevar tales presas al Tiempo de
nuestros nombres que los tuvo por cosa de poca estima, aunque esto ser de esta manera no lo
creen los hombres.
Oído su razonar
como a la verdad se deve,
yo di fe sin contrastar,
y vi nuestra gloria andar
como al sol hecha de nieve.
Tales presas vi llevar,
al tiempo de vuestros nombres,
que no los quise stimar
viéndolos así robar,
mas no lo creen los hombres.
Nunca se deve, ni se puede, ni se quiere dudar de la verdad, pues es tal y de tanta
excellencia que es obra del Spíritu Santo, y Cristo afirma de sí ser la summa verdad. Y allende
de esto es muy buena enseñança la del Ecclesiástico al IIII capítulo quando dize: “Non
contradicas verbo veritatis ullo modo”. Dize: “En ninguna manera contradigas la verdad”. Y al
XXVII es escrito: “Ante omnia opera verbum verax precedat te”. Dize: “En todas las cosas
siempre di la verdad”. La qual cosa confirma Aristótiles en el primo de la Éthica quando dize
que la verdad se á de preferir a la amistad, a la qual en el octavo juntamente con Cicerón in libro
De amicicia atribuye tanta dignidad, principalmente contra Platón, padre y maestro, diziendo:
“Sed pro defensione veritatis esset propria oppugnare oportere, presertim philosophos forsan
magis extimandum est; nam, cum ambo sint amici, pium est veritatem in honore preferre”. Dize:
“Por la verdad conviene que el hombre a sí mesmo contradiga, mayormente siendo philósopho; y
aunque a ambos quiera bien, en más ha de tener la verdad”.
Y assí guardando este muy buen estatuto, el poeta confiessa la verdad y affirma toda
nuestra nuestra gloria por el curso del tiempo deshazerse. Luego muy justamente sabremos que
el discurso de los años nos roba 922 los nombres. Cicerón in De somno Scipionis, introduziendo
Scipión Africano hablar al Emiliano su nieto, escrive al propósito nuestro estas dignas palabras:
“Cernis propheto, quantis in angustiis se vestra gloria dilatari velit. Ipsi autem, qui de vobis
loquuntur, quam diu loquantar? Qui etiam si cupiat proles illa futurorum hominum deinceps
unius cuiusque nostrum laudes patribus acceptas posteris procedere, tamen propter eluviones
exustionesque terrarum, quas accidere tempus certo necesse est, non modo non eternam, sed ne
diuturnam quidem assequi gloriam possumus”. Dize Cipión a su nieto: “Ya vees en quántas
fatigas y angustias la gloria humana de los mortales está puesta, y cómo los hombres en tanto que
biven en ella se jatan. Y si pudiese la sucessión de los hombres perpetuarla, y la gloria que
recibe de sus antepassados pudiesse dexar..., aunque por las destruyciones de la tierra que de
922 roba: R “roban”.
eHumanista 2012