Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

421 Roxana Recio
entiendan en emendar la vida porque, viniendo la muerte no pensada, no les sea tan amarga y
desabrida a este mesmo effecto. Dize satirizando Persio en la tercera Sátira maltratando nuestra
negligencia: “Discite, o miseri, et causas cognoscite rerum: quid sumus et quidnam victuri
gignimur, ordo quis datus, aut mete quam mollis flexus unde, quis modus argento, quid fas
optare, quid asper utile nummus habet, patrie carisque propinquis quantum elargiri deceat,
quante deus esse iussit et humana qua parte locutus est in re”. Dize: “Aprended, malaventurados,
y conosced las causas de las cosas, y mirad qué cosa somos, y para qué hemos de vivir, y para
qué somos engendrados. Y ved quánta mudança ay en las cosas, y mirad que nuestra codicia no
tiene fin y no sabemos qué es lo que hemos de desear, porque no conoscemos el daño y provecho
que está en el dinero, ni sabemos quánto manda Dios repartir con nuestra naturaleza y con
nuestros padres y personas necessitadas”. Luego cosa conveniente es en este valle de miserias
volver los ojos a la verdadera penitencia, pues allí se quita y limpia la mácula de la ánima Y
como dize el maestro de las Sentencias en el quarto a la distinctión XX que á de ser este tiempo
entretanto que dura la vida, lo qual dize por sentencia de San León papa, no nos parece según
esto que sea cosa segura guardar el arrepentimiento al fin de la vida, porque es muy gran peligro
para el ánima, porque entonce no es el hombre dispuesto a satisfazer con obras; y mostrando esto
muy claro Sancto Augustino, dize a este propósito in sermone De penitentia: “Si quis positus in
ultima necessitate voluerit penitentiam accipere et mox rexonciliatur et hinc vadit fateor vobis
quia nulli negamus quod petit, sed non presumimus quia bene hinc exit. Si securus hinc exierit,
ego nescio. Penitentiam dare possumus, securitatem vero non. Nunquid dico damnabitur? Non,
sed nec dico liberabitur. Vis ergo a dubio liberari? Age penitentiam dum sanus es, quia
penitentiam egisti eo tempore quo peccare potuisti. Si enim vis agere penitentiam quando
peccare non potes, peccata te dimisserunt, non tu illa”. Dize: “Si alguno estuviere en el artíclo de
la muerte y quisiere hazer penitencia, y estonces hazerse amigo con Dios, y luego muriere, yo os
confiesso que a ninguno niega Dios lo que pide, mas yo no pienso que él se parte [fol. cxlviii r]
de esta vida seguro. A lo menos, si se salvará yo no lo sé. Podémosle ymponer penitencia, mas
no seguridad de su salvación; y no afirmo que se condenará, ni tanpoco digo que se salvará.
¿Quiéreste librar de dubda? Haz penitencia quando estás sano y puedes, porque estonce ha el
hombre de pagar: quando puede pecar. Porque si quieres hazer penitencia quando no puedes
pecar, los pecados te dexan a ti y no tú a ellos”. Y pues ansí es, no sólo no avemos de esperar
que la muerte haga sus tiros, mas que aun no se acerque a nosotros, la qual cosa suele la ygnara
gente hazer al contrario. La qual gente en seguir locura se puede juzgar infinita, como scrive
Salomón en el Ecclesiastés al primero capítulo diziendo: “Perverse dificile corriguntur et stultor
infinitus est numerus”. Dize: “Los malos con mucha dificultad se emmiendan y es infinito el
número de los malos y locos”. Pues razón es que pensemos en quán breve espacio, compellidos
por la muerte, avremos de buscar otras moradas diversas a las que posseemos, porque algunos
serán asumtos al paraíso, otros submersos en el ynfierno, otros detenidos para la divina justicia
en un tercero lugar llamado purgatorio. El qual ser cierto lo fundaremos en el Triumpho que se
sigue, contra la sentencia del obstinado hereje Viraldo y de qualquier otro que con ceguedad
siguiesse su opinión.
Podría ocurrir una duda a algunos que leyessen este Triumpho, que dirían por qué razón
nuestro poeta, queriendo mostrar en este Triumpho el tiempo superar la fama de los hombres, ha
contado hasta agora y concluyendo el processo de nuestra vida ser breve, y aquélla ser sotopuesta
a muchos peligros los quales en breve la puedan hazer que no sea. A la qual duda se responde
que nuestro poeta lo hizo con gran artificio y razón porque, teniendo la fama origen sólo de las
obras virtuosas obradas de los hombres en el mundo y aviendo sido de aquéllas nuestra vida, no
eHumanista 2012