Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

414 Roxana Recio
la ligereza con que el tiempo yva tras la guía que nunca reposa, lo qual sería maravilloso podello
contar.
Quien de su ser teme o cura
procure con ordenança,
mientra el buen seso le dura,
fundar en parte segura
para siempre su esperança;
[fol. cxlv v] que quánto volar yo vía
el tiempo presto y ligero,
que reposo no tenía
siguiendo siempre su guía,
poder dezillo no spero.
Saludable enseñamiento es ciertamente éste que nuestro poeta aquí pone. Para el cuyo
entendimiento es de saber que nuestro alvedrío no es otra cosa sino un poderío de poder escojer y
elegir, y no elegir, el obgeto representado 906 del entendimiento a la voluntad nuestra; el qual ser
libre bien lo demuestra el maestro de las Sentencias en el segundo a las diez y seys distinctión y
tanbién se muestra en el processo De causa Dei contra Pelagium. La qual libertad en dos
maneras se pierde. La una por la muerte natural, la qual venida ni se puede obrar ni elegir, y de
ésta habla nuestro poeta en los versos precedentes. La otra manera es quando por la costumbre
los hombres hazen un hábito impermutable, según arriva deximos en el Triumpho de Amor, y
como al propósito habla Jeremía al XII capítulo diziendo: “Si mutare potest Ethiops pellem suam
et pardus varietates suas, et vos poteritis benefacere cum didiceritis malum”. Dize: “Si el negro
puede mudar su pelejo en blanco y el león pardo sus colores, assí vosotros podréys bien obrar si
aprendistes hazer mal”. Tanbién Aristótiles en el III de la 907 Éthica confirmando lo mesmo: “Non
enim egrotans si vult sanus fiet, si ita contingat ut sponte egrotet per incontinentiam atque
lasciviam preceptis medicorum adversatis. Tunc ergo licebat illi non egrotare sed nunc non
amplius licet, quem ad modum nec emissum lapidem quis retinere potest. Erat tamen in illo
capere ipsum atque emittere. Principium enim erat in ipso sic iniusto et flagitioso licebat at initio
talis non esse”. Dize: “No porque el enfermo quiera ser sano sana, aunque por su voluntad puede
enfermar, por ser glotón incontinente y lacivo luxurioso contra los mandamientos médicos; ante
qual enfermo enfermasse pudiera no enfermar. Mas después de enfermo no está en su mano.
Así como el que tira la piedra después de sallida de la mana no la puede tener, aunque primero
estava en su poder tomalla y tiralla, de esta manera pudiera el malo y injusto en el principio no
ser tal, y no después”. Así que muy provechoso es para guardarse libre contra la una y otra
manera ponery firmar el coraçón en cosa estable y segura, porque sólo mediante esta providencia
se gana la felicidad, siendo aquélla sólo gozo y quietud por la possessión de la cosa sperada y
amada. De donde si aquel objeto fuesse permutable, no podría el hombre ser bienaventurado por
el temor continuo de no perder la cosa ganada; del qual temor nasce en nuestro ánimo una
passión que es incompatible con nuestra beatitud. Y por esto se concluye ninguna cosa terrenal
poder ser el objeto de nuestra felicidad, porque cada qual es variable y se puede perder
ligeramente, 908 de manera que con la possessión de ellas están siempre unidos temor y çelos; y
por esto dize bien Ovidio en el II de la Methamorphosis demostrando no se cosa mortal el obgeto
906 representado: R “representando”.
907 la: R “las”.
908 ligeramente: R “ligaramente”.
eHumanista 2012