Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

395 Roxana Recio
Diógenes cínico, assí como escrive Diogenes Laercio, fue sinopeo hijo de un Ycesio
Mensario. El qual de principio se dio a falsar moneda y por esto fue desterrado; y él por consejo
del oráculo de Apolo se vino a Athenas, donde, como halló a Antístenes philósopho, se dio a él
por discípulo. Y puesto que muchas vezes él de sí le echasse, finalmente por humildad alcançó
Diógenes la voluntad de su maestro, porque, tomando Antístenes un palo y queriéndole apalear,
abaxó la cabeça para recebir los palos diziéndole: “Dame quantos quisieres, que nunca hallarás
palo tan duro que me pueda apartar de ti”. Assí que continuando Diógenes, de falsador de
monedas se tornó gran philósopho de la seta de los cínicos, los quales solamente guardavan la
ley de natura y todas las otras cosas juzgavan ser superfluas. Y por su casa y aposento no quiso
más de una tinaja o cubeta pequeña, la qual bolvía contino a los rayos del sol, y era opinión que
todas las riquezas despreciava salvo lo que le bastava para su uso quotidiano. Y dezía que todo
deleyte era malo y aborrecible, y por esto scrive de él Séneca in VI De beneficiis: “Potentior fuit
Diogenes Alexandro omnia possidente. Plus enim erat quod Diogenes nolet accipere quam quod
ipse posset dare”. Dize: “Más poderoso fue Diógenes que Alexánder, que posseía todo el
mundo, porque más es Diógenes no querer recebir lo que Alexánder le dava que no Alexandro
podérselo dar”. Esto mismo confirma Tulio en las Tosculanas, y Valerio Máximo en el IIII libro
al capítulo III.
Pues que sean Diógenes y los cínicos sin vergüença en sus obras, harto claro lo demuestra
Augustín XIIII De civitate Dei quando dize hablando de los cínicos: “Contra humanam
verecundiam inmundam imprudentemque sentenciam proferebant”. Y añade: “Vicit tum pudor
naturalis opinione huius erroris”. “Dizen 891 los cínicos philósophos esta suzia y sin razón
sentencia que de ninguna cosa de hazer o dezir se avía de aver vergüença, mas la natural
vergüença venció a este error”.
Cerca de sus opiniones, principalmente imaginó 892 Diógenes el principio de todas las
cosas ser el ayre, como es escrito del philósopho en muchos lugares, de Augustín VIII De civitate
Dei y de Eusebio XIIII De preparatione evangelica, el qual dize así de Anaxímenes: “Anaximenes
vero Milesies principium rerum aerem opinatus est ex quo fiere cunta et in quem resolvi
contendit animam enim nostram aerem esse ait, hic enim nos continet universum et mundum
spiritus et aer fovet”. Dize: “Este philósopho pensó que el ayre es principio de todas las cosas,
porque de él se hazen y en él se resuelven, y que nuestra ánima también es ayre, y por él se
sustenta todo el mundo”. [fol. cxxxviii v] A las quales palabras añadiendo Augustín VIII De
civitate Dei, dize y declara quál fuesse primero la opinión de Diógenes, diziendo ansí: “Diogenes
autem Anaximene auditor ex aere dicit constare omnia”. Dize: “Diógenes discípulo de
Anaxímenes dize que que todas las cosas son hechas de ayre, no discrepando de la sentencia de
su precetor”. Fue Diógenes muy paciente, y provose quando una vez un discípulo suyo por
burlar de él le escupió en la cara, que no respondió nada, sino con mucha paciencia diziendo:
“Yo digo, Léntulo, que se engañan los que dizen que no tienes boca”. Otros dizen que este
Léntulo no era su discípulo.
Hizo Diógenes muchos hechos notables y escrivió muchos dichos morales, assí como se
vee en Laercio; y en tanta manera, que dezía Alexandro que, si no fuera Alexandro, que no
quisiera ser sino Diógenes. Principalmente scrivió: “Sermonum ad graciam institutum melleum
esse laquem. Cupiditatem arcem ominum esse malorum. Meliore esse est indicat mala lingua
quem carpit superat enim conscia quicquid mali confixerit lingua”. Dize: “Las palabras dichas
con gracia lazos son de miel. La codicia es alcáçar de todos los males. El maldiziente, quando
891 Dizen: R “Dize”.
892 imaginó: R “magino”.
eHumanista 2012