Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

382 Roxana Recio
espacio de tiempo acabó la muerte sus días. Y estando para espirar, se volvió al médico, que se
llamava Eustochio, y le dixo assí: “Divinum quod in nobis est, o Eustochi, in id quod in universo
ad divinum iam revertur”. Dize: “¡O, Eustochio! El ánima, que es immortal divina en este
mundo, ya se buelve a la divinidad de Dios para el otro”. Morió Plotino de edad de LXVI años y
escrivió muchos libros de philosophía moral y natural, y theología.
Ay algunos que dizen, y aun no de pequeña auctoridad, que Plotino, viendo las cosas del
mundo ser por la mayor parte sometidas al govierno de la fortuna y baxo de su protectión,
queriendo evitar y escusar sus golpes se fue a vivir en vida solitaria, creyendo en tal lugar vivir
con algún sosiego, mas en este estado Plotino se hinchió todo de lepra. Por lo qual muy enojado
de sí mismo y de su enfermedad muy enojosa, dizen que se alteró en tanta manera que morió.
Assí que concluyendo éste haver sido su destino o hado que desde su nascimiento venía con él,
dize nuestro excellente poeta que no se pudo librar. Y esta enfermedad, como escrive Guillelmo
de Plazencia en el tercero libro de la Prática suya, entre las otras ocasiones la principal es quando
en la generación al principio de ella se mezcla la simiente humana con la sangre menstrua de la
muger en el ayuntamiento natural del hombre y de la muger. Otros atribuyen este hado o destino
a la muerte por averle venido de aquella manera.
En el tercer lugar nos occurre una difícil y muy justa duda, la qual es en qué manera sea
compatible y se sufra con la necessidad del hado y prohibición de la humana providencia, la qual
nuestro Petrarca muestra en aqueste lugar y en aquel soneto “Parrà forse ad alcuno che a lodar
quella”, mas muy más claro lo dize en aquellas otras “Rota è l‟alta colona et il verde lauro”, y en
la otra “El mal mi preme, et mi spaventa il pegio”, y las alabanças y comendaciones de la
operación virtuosa, las quales scrivió el poeta en el Triumpho de la Castidad y presupone en este
Triumpho de Fama; y en qué manera se quite la contradición que paresce en él en esta parte y en
las otras donde affirma la libertad del libre alvedrío, así como en aquella canción que dize: “Nel
dolce templo de la prima etade”, mas muy más claro en el último Triumpho y en aquella canción
“Io vo pensando, et nel pensier m‟assale”. A las quales dudas brevemente respondiendo, digo
que por dos vías se vee claramente convenir a los hombres alabança de sus obras, también siendo
la predestinación y necesidad de todas las obras [fol. cxxxiiii r] nuestras. La una es que, quando
assí fuesse, que el hombre fuesse forçadamente necessitado a tal obra. Esta fuerça del todo es
oculta y no sabida al entendimiento del qual obra para saber si es o no es, y por este respeto
conformándose con su beneplácito y voluntad aquellas obras que son difinir ser bien, assí, por
quanto está en él esforçándose a obrar aquéllas, conveniente cosa es de tal effecto loarle. Y esto
es aquello que pertenece de hazer a cada uno mientra vive, porque, como dize el testo De
iuriscosnsulti ff. De regulis iuris: “Semper in benigniora sunt preferenda”. Dize: “Siempre
devemos más de usar de misericordia que de rigor”. La segunda vía es que, assí como un
predestinado o prescito puede ser no predestinado haziendo la proposición en el sentido diviso,
assí esta necesidad, siendo dependiente de la cosa por venir, no es absoluta y por esto puede ser
no necessaria, por donde se deva con razón obrar siempre bien y en aquella operación se deva
loar justamente el que la obra. Mas si alguno dixesse que la cosa necessaria es contingente,
podiendo indifferentemente ser y no ser, respóndese a esto que no se sigue de la sentencia
sobredicha, porque esta dictión necessidad en la proposición del senso diviso donde sea
principal, este verbo puede significar toda cosa a la qual es necessaria o puede ser tal según las
reglas logicales. Y si alegassen al philósopho en el III de la Phísica, el qual dize que en las cosas
eternas no es differente la potencia del ser, se responde que aquella auctoridad se deve entender
en el compósito senso y no diviso, conviene saber, que sí es possible alguna cosa ser eterna
eHumanista 2012