Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

378 Roxana Recio
principio de Roma hasta su tiempo. Tanbién scrivió De la natural historia, donde demuestra aver
tenido opinión que nuestra ánima era mortal con el cuerpo.
Scrivió muchos dichos muy notables, de los quales nos bastará agora referir lo que
scrivió de la vida humana y su naturaleza al principio del VII libro de Natural historia, donde
dize: “El mundo, tierras, gentes, mares, yslas insignes y noble cibdades así son como avemos
contado, y la naturaleza de los animales no menos me paresce digna de contemplación que las
passadas, mas, comoquiera que sea 857 , es atribuydo el principado de todas ellas al hombre, por
cuya causa paresce las aya engendrado natura. Mas según los halagueros dones y desabridas
mercedes de naturaleza, no sé quál nombre mejor la pertenezca ser llamada: o madre, o
madrastra del hombre. Primeramente este príncipe de todos los animales, no teniendo nada de
suyo, cubre sus miembros con cosas ajenas, en lo qual natura humana proveyó mejor a los otros
animales, porque los dio coverturas de conchas, cortezas, cueros, spinas, setas, pelos, plumas,
escamas, vellones, y a los troncos y árbores dio cortezas y aun muchas vezes dobladas porque del
calor y frío podiessen estar seguros. Mas al hombre desnudo y en tierra desnuda el día de su
nascimiento le saca para lloros y sollozcos en siendo nascido, los quales llantos y lágrimas son el
principio triste de nuestro vivir: risa entera y muy complida a nadie se dio antes de los quarenta
días. Y para más declaración de nuestra miseria vemos por experiencia que aun las 858 fieras y
animales que entre nosotros nascen son sueltas de toda presión y atamiento, y a sólo el hombre
por desdicha de su nascimiento le atan de manos y pies y le dexan llorar siendo animal señor de
todos los animales, mostrando al principio por tormentos qué tal á de ser la sucessión de la vida;
y todo esto solamente por culpa de ser nacido. ¡O, locura tan fuera de términos en aquéllos que
teniendo tales principios piensan aver sido engendrados para presunción y sobervia! La primera
sperança de fuerça, antes que el tiempo nos la haga tener, semejables nos haze a las bestias, pues
andamos a quatro pies. Pues miremos quánto tiempo estamos en saber andar, y hablar, y comer
y otras cosas necesarias. Verdaderamente podemos dezir ser el hombre [fol. cxxxii v] el más
imbécile y tardío de todos los animales. Pues, ¿qué diremos de las tristezas por las
emfermedades, y de los cuydados por las medicinas sólo por sostener la vida en pie? Sabemos
también que los otros animales sienten su naturaleza, porque los unos tienen ligereza en correr,
otros celeridad en volar, otros poderosas fuerças, otros destreza en nadar, mas el hombre ninguna
cosa sin que se lo enseñen sabe, ni andar, ni hablar, ni comer. Finalmente de nuestra natura no
sabemos sino llorar, que son las enseñanças de nuestra naturaleza. Y por esto dixeron muchos
que de dos cosas nos fuera: la una muy buena, que era o no nascer 859 ; o después de nascidos morir
luego. Porque a solos los hombres son dados los lloros y los apetitos de presunción, la sobrada
avaricia, la desmedida codicia de vivir; a éstos solos es dada la superstición, y el cuydado de
sepoltura y lo que de ellos será en lo por venir. A ningún animal es la vida más flaca, ni la
codicia más gruessa, ni el 860 temor más confuso, ni la furia más cruel. Finalmente vemos los
otros animales en su género vivir conformes y ayuntarse unos con otros favoresciéndose contra
los dessemejables, y sabemos cierto que la fiereza de unos leones no haze mal entre sí mismos,
ni los bocados de las serpientes se esecutan en serpientes, ni los animales o peces marinos pelean
sino contra diverso género del suyo, mas a los hombres vemos que de todos sus males son causa
los hombres”.
857 sea: B “sean”.
858 las: B “a las”.
859 o no nascer: B “no o nacer”.
860 el: R “en”.
eHumanista 2012