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Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

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350 Roxana Recio<br />

fortuna, usando <strong>de</strong> diligencia en el asentar <strong>los</strong> reales, en or<strong>de</strong>rnar <strong>los</strong> escadrones, en acometer<br />

<strong>con</strong> osadía, en esperar <strong>con</strong> esfuerço y finalmente en or<strong>de</strong>nar todas las cosas <strong>con</strong> tanta pru<strong>de</strong>ncia<br />

que no pueda acaescer cosa alguna <strong>con</strong>tra la intención <strong>de</strong>l capitán. Y <strong>de</strong> esta manera la<br />

pru<strong>de</strong>ncia es <strong>de</strong> mayor fuerça que la fortuna. A la tercera razón se respon<strong>de</strong> que la guerra justa<br />

no es <strong>con</strong>traria a la humana benivolencia, mas antes fue ynstituyda por reparo y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las<br />

enojosas injurias; y por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r lo que 780 <strong>con</strong> paz se possee <strong>de</strong> <strong>los</strong> que sin razón lo buscaren. Así<br />

que la cavallería fue establescida para resistir, [fol. cxxii r] y tanto nos obligó la <strong>de</strong>fensión <strong>de</strong> la<br />

patria que lícitamente rompe el amor <strong>de</strong> padres a hijos por <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la república. A la quarta 781<br />

y última razón se respon<strong>de</strong> que no menos se gana la felicidad política por el acto <strong>de</strong> la pru<strong>de</strong>ncia<br />

que la <strong>con</strong>templativa por el hábito <strong>de</strong> la sapiencia, ni son menos honorables <strong>los</strong> actos <strong>de</strong> las<br />

virtu<strong>de</strong>s que <strong>los</strong> hábitos <strong>de</strong> las sciencias. Y finalmente, como testifica Tulio, la dulçura <strong>de</strong> las<br />

letras más se <strong>con</strong>si<strong>de</strong>ra por bien particular que por público.<br />

Demás <strong>de</strong> esto, aviendo respondido ya a las quatro razones, podríamos traer muchos<br />

exemp<strong>los</strong> que favorescen las armas más que las letras, entre <strong>los</strong> quales es uno el <strong>de</strong> Marco Curcio<br />

quando se abrío el hoyo don<strong>de</strong> poco a poco se yva hundiendo Roma y supieron que no se cerraría<br />

si no echavan <strong>de</strong>ntro la cosa que más señorío y auctoridad dava a la república romana, y por esto<br />

se echó Marco Curtio <strong>de</strong>ntro armado y luego se cerró; don<strong>de</strong> se <strong>con</strong>cluye ser las armas <strong>de</strong> más<br />

excelencia que las letras. Allen<strong>de</strong> <strong>de</strong> esto se anteponen las armas en aquel testo <strong>de</strong> leys 782 quando<br />

dize: “Imperatoriam maiestatem non solum armis <strong>de</strong>coratam verum, etiam 783 legibus oportet esse<br />

armatam, ut utrumque tempus et bellorum et pacis recte possit gubernari”. Y pues dize que la<br />

magestad imperial no solamente á <strong>de</strong> ser armada y illustrada <strong>con</strong> armas, mas tanbién <strong>con</strong> leys,<br />

para que en guerra y en paz pueda muy bien governar. Síguese que las armas son <strong>de</strong> más<br />

excelencia, pues las ponen aquí primero que las sciencias. Otras muchas cosas podríamos traer a<br />

nuestro propósito, mas por la prolixidad las <strong>de</strong>xaremos, y piense 784 cada uno <strong>de</strong> quán poco valor<br />

serían las leys si no oviesse armas para ponellas en execución; y vengamos a <strong>con</strong>cluyr <strong>con</strong><br />

Aristóteles en el primo <strong>de</strong> la Política, que dize que, assí como las armas hazen al hombre injusto,<br />

muy cruel y vituperable, así al justo y virtuoso le hazen más digno y glorioso, y más excelente<br />

que a otro ninguno.<br />

Viniendo agora a la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>l testo, pone aquí nuestro poeta en el presente capítulo<br />

que él no sabía apartarse <strong>de</strong> la vista <strong>de</strong> tan excelentes hombres como <strong>los</strong> passados y, estando en<br />

este pensamiento, sintió que le dixeron: “¡O, <strong>Francisco</strong> <strong>Petrarca</strong>! Mira, mira a la otra mano, que<br />

allí verás tanbién gente que ganó fama y honor por las letras, que es otra manera apartada <strong>de</strong> las<br />

armas”. Y en oyendo esto, dize nuestro poeta que se volvió a mirar a la parte que le <strong>de</strong>zían y vio<br />

luego a Platón más esmerado que quantos yvan allí, el qual alcançó tan alto <strong>con</strong> su ingenio que<br />

ninguno subió allí si por gracia divina no le fuesse dado. Y dize el verso <strong>de</strong> esta manera:<br />

780 lo que: R “lo”.<br />

781 quarta: B “qual”.<br />

782 leys: B “ley”.<br />

783 etiam: B “tamen”.<br />

784 y piense: B “piense”.<br />

[fol. cxxii v] Yo quitarme <strong>de</strong> tal vista<br />

no supe hasta que oí:<br />

“Mira al lado, do se aquista<br />

otro honor que <strong>de</strong> <strong>con</strong>quista”.<br />

Y luego allá me bolví:<br />

<strong>eHumanista</strong> 2012

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