Francisco Petrarca, con los seys Triunfos de toscano - eHumanista

310 Roxana Recio
acordaron los athenienses de desterralle. El qual por el destierro se fue a Persia, donde Xerses
estava, a quien él poco antes avía vencido, y fue recebido con gran alegría y muy gran honra; y
queriendo Xerses por vengança de él hazer guerra a los de Athenas porque así le avían
desterrado, hizo un gran exército haziendo a Temístocles capitán general. Lo qual como
Temístocles lo supo, pensó en sí que, si en aquello sirvía a Xerses, hazía trayción a su naturaleza;
y si quería ayudar a sus naturales, haría aleve a Xerses. Acordó satisfazer a todas partes con su
muerte, donde luego tomó ponçoña y en destierro y desventura morió fuera de su patria natural.
Para saber quién fue Teseo y quántas dignas obras obrase por su patria, harto fue contado
en el 609 Triumpho de Amor, mas tanpoco pudo huyr la vulgar y rabiosa invidia, y así fue tanbién
desterrado y en la isla de Schiro míseramente vivió y murió.
Arístides no solamente en armas fue muy excellente, mas aun en letras fue muy docto y
claríssimo philósopho. El qual en sola una cosa que hizo salvó toda la Grecia de dos muy
grandes tyranos, porque, queriendo los lacedemonios y los athenienses vengarse de las injurias
que avían recebido de los de Persia, los lacedemonios eligieron por capitán a uno llamado
Pausania y los athenienses hizieron otro, y entre sí tractavan de hazerse del todo señores.
Arístides, siendo con mucha diligencia atento a las cosas de aquellos dos, conosció el engaño y,
haziendo manifiesto esto que passava, hizo desterrar a Pausania, y así se salvó Grecia de tan gran
peligro. El otro capitán, viéndose en tal manera descovierto, movió luego guerra, adonde fue
vencido de Thunón. Allende de esto juzgó siempre Arístides ninguna gloria ser a la república
provechosa la qual con engaño se le atribuyese, y así un día dixo Temístocles después que ovo la
victoria contra los de Persia que sabía un consejo muy saludable para el senado, mas que no le
diría 610 sino a un hombre solo. Entonçes el senado deputó a Arístides, y a él le dixo Themístocles
que la armada de naves que los lacedemonios tenían en Egipto se podía quemar muy ligeramente
y que él daría manera para ello, y que así sus enemigos los lacedemonios serían en poco tiempo
destruydos. Arístides entonces, aviendo oído el parescer de Temístocles, dixo 611 en el senado,
estando todos muy atentos al consejo que avían dicho ser muy provechoso, que aquello que
Temístocles le avía dicho era de muy gran provecho, mas que era muy contra su honra por ser
cosa desonesta. Y así los del senado de Athenas juzgaron que no podía a la república ser en nada
provechoso lo que en sí carescía de honestidad. Y no menos de esto el excellente Arístides fue
de su tierra desterrado y, como scrive Valerio en el V libro al capítulo III, con él salieron en
destierro la virtud y continencia y la sanctidad de Grecia.
Dize más adelante de esto que vio con estos tres al buen Foçón, que fue echado y muerto
de su tierra, en el qual se mostró bien contrario el galardón a sus obras; y tras éste dize que vio a
Pirrho y al muy amigo de gente romana, que era el muy honrado rey Massinissa. Y dize así:
609 en el: B “en”.
610 diría: B “daria”.
611 dixo: B “dixolo”.
Con estos tres vi Foçón
de su tierra echado y muerto;
siendo de gran perfectión,
muy contrario galardón
de sus obras fue por cierto.
[fol. cviii v] El buen Pirrho muy potente
vi mirando ya de prissa,
y el amigo a nuestra gente:
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